Banda Ache, Indonesia (1 marzo 2007).- Darmi Ali perdió a sus tres hijas y a su esposa en el tsunami del 2004. El hombre de 44 años volvió a casarse y la semana pasada se convirtió en padre de trillizas.
"Estoy encantado", expresó Ali, un agente de policía que regresó a trabajar ayer a la sede regional de la fuerza en Ache, la provincia de Indonesia más castigada por los tsunami.
"Perdí a mis tres hijas, y ahora han sido reemplazadas por otras tres niñas", dijo emocionado el orgulloso padre.
Muchas de las 230 mil personas muertas en Asia por las marejadas eran niños que no pudieron nadar o dejar atrás a las olas gigantes. Casi la mitad de las víctimas eran residentes de Ache, al este del epicentro del sismo.
La historia de Ali reflejaba la de miles de padres de la provincia aquella mañana.
"Estaba agarrando a una de mis hijas, pero el tsunami se la llevó. A mí también me tiró. La traté de agarrar (nuevamente), pero no pude", recordó.
Las trillizas permanecerán en un hospital hasta que suban de peso. La más pequeña pesa sólo 1.10 kilos.
"Espero que sobrevivan todas", expresó la esposa de Ali, Mariati, mientras descansaba luego de amamantar a las niñas.
"Estoy encantado", expresó Ali, un agente de policía que regresó a trabajar ayer a la sede regional de la fuerza en Ache, la provincia de Indonesia más castigada por los tsunami.
"Perdí a mis tres hijas, y ahora han sido reemplazadas por otras tres niñas", dijo emocionado el orgulloso padre.
Muchas de las 230 mil personas muertas en Asia por las marejadas eran niños que no pudieron nadar o dejar atrás a las olas gigantes. Casi la mitad de las víctimas eran residentes de Ache, al este del epicentro del sismo.
La historia de Ali reflejaba la de miles de padres de la provincia aquella mañana.
"Estaba agarrando a una de mis hijas, pero el tsunami se la llevó. A mí también me tiró. La traté de agarrar (nuevamente), pero no pude", recordó.
Las trillizas permanecerán en un hospital hasta que suban de peso. La más pequeña pesa sólo 1.10 kilos.
"Espero que sobrevivan todas", expresó la esposa de Ali, Mariati, mientras descansaba luego de amamantar a las niñas.