Chicago, Estados Unidos (1 mayo 2006).- Desde las calles de Nueva York hasta los campos de lechuga de California, cientos de miles de inmigrantes se ausentaron de sus trabajos y boicotearon los negocios hoy para pedir la legitimización de millones de empleados que viven ilegalmente en Estados Unidos.
En lo que pudo haber sido la mayor manifestación vista en el país respecto del tema, cientos de restaurantes, fábricas y otros negocios estuvieron cerrados. Los proyectos de construcción fueron interrumpidos, los niños se quedaron en casa y grandes multitudes salieron a las calles.
"Si estas personas son suficientemente buenas para pagar impuestos, entonces son suficientemente buenas para ser ciudadanos", dijo Chris Delgado, un asesor de impuestos de Skokie, Illinois, quien se unió a la manifestación de Chicago.
Los Ángeles se preparó para dos manifestaciones que esperaban convocar a más de un millón de personas. En Chicago, más de 300 mil marcharon ondeando banderas y empujando coches de bebés.
Otras protestas masivas se registraron en Denver, Houston, San Francisco y muchas otras ciudades.
El objetivo común era lograr que el Congreso estadounidense reconozca los derechos de un estimado de alrededor de 12 millones de inmigrantes ilegales, y descartar una propuesta que convertiría en criminales a ellos y a todo aquel que los ayude.
Miles de personas también marcharon en México en un acto de solidaridad con sus compatriotas residentes en Estados Unidos.
No estaba claro el golpe económico del boicot realizado en un día laborable, pero el impacto podría no ser tan grande pese a que los inmigrantes ilegales son una parte importante de la economía, dijo James Glassman, de JP Morgan.
La acción es importante desde lo simbólico, sostuvo por su parte Bill Cheney, economista jefe del John Hancock Financial Service, quien agregó que no parecía que fuera a tener un impacto apreciable en los negocios en el mes o en el actual trimestre.
Algunos operadores del área de comida rápida expresaron su preocupación ante la gran dependencia de la actividad al trabajo de los inmigrantes.
En San Antonio, las estructuras de acero del Riverwalk se estremecieron cuando más de 15 mil manifestantes recorrieron las principales calles exigiendo una reforma migratoria justa para los trabajadores, sobre todo a los de origen hispano e ilegales.
De acuerdo a algunos líderes, el poder de convocatoria de esta marcha tuvo un impacto menor a la realizada el 10 de abril, cuando poco más de 20 mil personas recorrieron las arterias de esta ciudad texana, aunque la de hoy no deslució en intensidad y consignas.
Organizada por diversas coaliciones, la marcha de hoy llegó hasta las oficinas centrales del Senador republicano John Cornyn, y a gritos de "¡Cornyn, racista, te tenemos en la lista!" y "¡Ningún ser humano es ilegal!", la multitud azotó las puertas del legislador, las cuales previamente habían sido cerradas por empleados para impedir el paso de la gente, en su mayoría hispanos.
En Houston, con una presencia hispana que rebasó las expectativas de los organizadores, algunos de los cuales hablan de hasta 20 mil personas congregadas en el Memorial Park, se realizó la protesta.
Las manifestaciones continuaron por la tarde con un "rally" realizado en el Bayland Park, donde miles de personas hispanas se congregaron para exigir una amnistía.
El "rally" tuvo un ambiente de verdadera fiesta, incluso con notas festivas de mariachi, reuniendo a mexicanos, hondureños, salvadoreños, guatemaltecos y cubanos, entre otros.
En Phoenix, amenazas de muerte y la renuencia de las autoridades policiales a controlar una cadena humana que bloquearía unas 25 millas a la redonda no impidió que miles de inmigrantes hispanos se manifestaran en varios puntos de esta ciudad.
La cadena, aunque entrecortada, se entrelazó en por lo menos cinco puntos caracterizados por ser áreas en donde las autoridades de inmigración han efectuado redadas para detener a trabajadores indocumentados.
Por: Daniel de la Fuente, José de Jesús García y Enrique Lomas