Daniela
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Nostradamus, un hombre admirado, temido y odiado
Fuente: Notimex
Michel Nostradamus destacado médico francés, considerado por la clase aristocrática de Europa como "la voz de Dios" por describir el devenir de la humanidad y diversos sucesos que se fueron cumpliendo puntualmente, nació el 14 de diciembre de 1503.
Su nombre real Michel de Nostre-Dame fue originario de la población de Saint-Remy, en Provenza, Francia e hijo natural de René y Jacques de Nostre-Dame.
De niño solía reunirse con sus abuelos maternos --médicos personales del rey Renato y de su hijo, el duque de Calabria-- quienes desde pequeño le inculcaron el placer por la lectura, los idiomas y el estudio.
Insigne y respetado médico, herbario y creador de cosméticos y sustancias para conservar la fruta, Nostradamus aprendió con relativa soltura el latín, griego y hebreo, además de sentir una especial predilección por las matemáticas y el estudio de las ciencias astrales.
Ante el azote de la peste bubónica a la Francia del Renacimiento, la cual ocasionó la muerte a miles de personas, Nostradamus utilizó el conocimiento de todas sus ciencias y evitó, con sus ungüentos de herbario, salvar la vida a las personas.
La perdida de su esposa e hijos por esta enfermedad, lo sumergió en una amargura difícil de superar, situación que lo lleva a involucrarse cada vez más en su práctica adivinatoria, que ejercía con la intención de arrancar de su memoria el recuerdo de su familia perdida.
El tiempo lo convierte en un hombre temido y odiado, a raíz de la publicación, en diez volúmenes, de "Las Centurias" (1555), libros que revelan sus profecías y que son interpretadas por la clase baja de la sociedad, como visiones satánicas.
Pese a eso, Nostradamus fue acogido por la clase aristocrática de su tiempo y la casa real francesa, que concedieron total crédito a sus predicciones, considerándolo como "la voz de Dios".
Visitado por los ricos y nobles de toda Europa, para solicitarle sus servicios astrológicos, obtuvo gran fama lo que le permitió vivir con cierta tranquilidad en una magnífica casa en la rue de la Poissonerie, en Salon, donde contrae segundas nupcias con Anne Posart Gemelle, una viuda con recursos que le facilita una vida desahogada.
Nostradamus puso en marcha un negocio de cosméticos que le mantenía ocupado durante el día, y le permitió, con el tiempo, ganarse el respeto de sus conciudadanos, además por que acudía a la misa y por convertirse en un defensor de la vida religiosa.
Por la noche se instalaba en el pequeño ático de su casa, rodeado de sus astrolabios (instrumentos para medir los astros), varillas de virtudes, espejos mágicos y el cuenco de latón para realizar sus oráculos.
Aunque nadie sabe con certeza cuales eran las artes o técnicas que Michel de Nostre-Dame dominaba, lo cierto es que sus predicciones tuvieron un altísimo porcentaje de aciertos que le llevaron a escribirlas en su tan afamada y reeditada "Centurias".
Un libro con más de mil predicciones y publicado en diez volúmenes, el cual despertó las más dispares reacciones. Mientras unos opinaron que era obra de un genio, otros aseveraron que provenía de Satanás.
Sus colegas médicos le tacharon de embaucador, en tanto poetas y filósofos de su época no supieron como entender sus embrollados versos. Sin embargo granjeó la simpatía de la corte y fue recibido por la reina Catalina de Médicis, una de sus más avidas admiradoras y nombrado médico y consejero del Rey Enrique II.
En "Las Centurias" Nostradamus describe el devenir de la humanidad y diversos sucesos que se fueron cumpliendo puntualmente como La Revolución Francesa, la llegada al poder de Napoleón, la Segunda Guerra Mundial, la existencia de personajes como Hitler, Mussolini y Franco, así como la muerte de Kennedy, entre otros.
Nostradamus murió el 2 de julio de 1566 a consecuencia de una hidropesía (acumulación anormal de líquidos). El hombre que había vaticinado tantos acontecimientos venideros, también predijo su muerte.
El último escrito de su almanaque dice: "A su retorno de la embajada, el obsequio del rey puesto en su sitio. Nada más hará. Irá a reunirse con Dios. Parientes cercanos, amigos, hermanos de sangre (le encontrarán) completamente muerto cerca de la cama y del banco", y fue exactamente así como lo encontraron.
Fuente: Notimex
Michel Nostradamus destacado médico francés, considerado por la clase aristocrática de Europa como "la voz de Dios" por describir el devenir de la humanidad y diversos sucesos que se fueron cumpliendo puntualmente, nació el 14 de diciembre de 1503.
Su nombre real Michel de Nostre-Dame fue originario de la población de Saint-Remy, en Provenza, Francia e hijo natural de René y Jacques de Nostre-Dame.
De niño solía reunirse con sus abuelos maternos --médicos personales del rey Renato y de su hijo, el duque de Calabria-- quienes desde pequeño le inculcaron el placer por la lectura, los idiomas y el estudio.
Insigne y respetado médico, herbario y creador de cosméticos y sustancias para conservar la fruta, Nostradamus aprendió con relativa soltura el latín, griego y hebreo, además de sentir una especial predilección por las matemáticas y el estudio de las ciencias astrales.
Ante el azote de la peste bubónica a la Francia del Renacimiento, la cual ocasionó la muerte a miles de personas, Nostradamus utilizó el conocimiento de todas sus ciencias y evitó, con sus ungüentos de herbario, salvar la vida a las personas.
La perdida de su esposa e hijos por esta enfermedad, lo sumergió en una amargura difícil de superar, situación que lo lleva a involucrarse cada vez más en su práctica adivinatoria, que ejercía con la intención de arrancar de su memoria el recuerdo de su familia perdida.
El tiempo lo convierte en un hombre temido y odiado, a raíz de la publicación, en diez volúmenes, de "Las Centurias" (1555), libros que revelan sus profecías y que son interpretadas por la clase baja de la sociedad, como visiones satánicas.
Pese a eso, Nostradamus fue acogido por la clase aristocrática de su tiempo y la casa real francesa, que concedieron total crédito a sus predicciones, considerándolo como "la voz de Dios".
Visitado por los ricos y nobles de toda Europa, para solicitarle sus servicios astrológicos, obtuvo gran fama lo que le permitió vivir con cierta tranquilidad en una magnífica casa en la rue de la Poissonerie, en Salon, donde contrae segundas nupcias con Anne Posart Gemelle, una viuda con recursos que le facilita una vida desahogada.
Nostradamus puso en marcha un negocio de cosméticos que le mantenía ocupado durante el día, y le permitió, con el tiempo, ganarse el respeto de sus conciudadanos, además por que acudía a la misa y por convertirse en un defensor de la vida religiosa.
Por la noche se instalaba en el pequeño ático de su casa, rodeado de sus astrolabios (instrumentos para medir los astros), varillas de virtudes, espejos mágicos y el cuenco de latón para realizar sus oráculos.
Aunque nadie sabe con certeza cuales eran las artes o técnicas que Michel de Nostre-Dame dominaba, lo cierto es que sus predicciones tuvieron un altísimo porcentaje de aciertos que le llevaron a escribirlas en su tan afamada y reeditada "Centurias".
Un libro con más de mil predicciones y publicado en diez volúmenes, el cual despertó las más dispares reacciones. Mientras unos opinaron que era obra de un genio, otros aseveraron que provenía de Satanás.
Sus colegas médicos le tacharon de embaucador, en tanto poetas y filósofos de su época no supieron como entender sus embrollados versos. Sin embargo granjeó la simpatía de la corte y fue recibido por la reina Catalina de Médicis, una de sus más avidas admiradoras y nombrado médico y consejero del Rey Enrique II.
En "Las Centurias" Nostradamus describe el devenir de la humanidad y diversos sucesos que se fueron cumpliendo puntualmente como La Revolución Francesa, la llegada al poder de Napoleón, la Segunda Guerra Mundial, la existencia de personajes como Hitler, Mussolini y Franco, así como la muerte de Kennedy, entre otros.
Nostradamus murió el 2 de julio de 1566 a consecuencia de una hidropesía (acumulación anormal de líquidos). El hombre que había vaticinado tantos acontecimientos venideros, también predijo su muerte.
El último escrito de su almanaque dice: "A su retorno de la embajada, el obsequio del rey puesto en su sitio. Nada más hará. Irá a reunirse con Dios. Parientes cercanos, amigos, hermanos de sangre (le encontrarán) completamente muerto cerca de la cama y del banco", y fue exactamente así como lo encontraron.
