CULTURA
Jackson, en colaboración con el reverendo Sharpton, ha lanzado una auténtica cruzada a favor de los músicos negros para atacar a la industria del disco y, en especial, a Sony
Michael Jackson encabeza una revuelta de los afroamericanos contra las discográficas
AVIER MAS DE XAXÀS
CORRESPONSAL
WASHINGTON. - Michael Jackson ha montado la gran pelea de su vida. Ha lanzado una cruzada a favor de los derechos de los cantantes y músicos negros, acusando a la industria discográfica, especialmente a Sony, de ser racista y movilizando a aliados tan poderosos como el reverendo Al Sharpton, la voz más firme a favor de los afroamericanos neoyorquinos, y al abogado Johnnie Cochran, que se hizo famoso defendiendo a O. J. Simpson.
Jackson nunca se ha distinguido por ser un defensor de la comunidad afroamericana. Es más, muchos negros se han sentido traicionados por un personaje que lleva años tratando de blanquearse la piel y que se operó la nariz, los ojos y los labios para eliminar los rasgos africanos de su cara.
Jackson, según opinan los analistas de la industria discográfica, ha levantado la bandera de la injusticia racial para atacar a Tommy Mottola, presidente ejecutivo de Sony, la compañía que edita sus discos.
Jackson cree que Mottola le ha traicionado. Le acusa de no haber promocionado bien su último trabajo, "Invencible", que ha vendido dos millones de copias, bastante menos de lo esperado. Sony asegura que ha hecho todo lo necesario y ha sugerido que si el disco no se ha vendido es porque Jackson ya no es el que era y su música no atrae al público joven. El ego de la estrella del pop ha sufrido un golpe importante y ahora quiere una compensación: exige a Sony que invierta ocho millones de dólares más en un vídeo promocional del disco y que le permita recuperar los derechos de su catálogo dentro de tres años en lugar de los siete que estipula el contrato.
Mottola no piensa ceder. Ha invertido 50 millones de dólares en la producción y promoción de "Invencible" y todavía no los ha recuperado. Jackson, además, no hace más que burlarse de él. El sábado estuvo delante de la sede de Sony Music en Nueva York enseñando fotos de Mottola con cuernos de demonio.
Los amigos de Jackson aseguran que la pelea no ha hecho más que empezar y que, lo más probable, es que acabe en los tribunales. Parece ser que sus abogados preparan una demanda judicial contra Mottola.
Mientras tanto, el reverendo Sharpton aprovecha la publicidad del caso para impulsar su lucha particular a favor de los negros. Asegura que la industria discográfica se parece mucho a una cordillera: "Cuanto más subes, más blanca es". Nunca un afroamericano ha dirigido ninguna de las cuatro grandes discográficas, lo que Sharpton achaca a un racismo muy arraigado. Ha pedido a las compañías que le demuestren que no es así devolviendo a la comunidad negra parte del dinero que sacan de ella, y que lo hagan contratando empresas afroamericanas para la promoción y el marketing de sus productos.