Crissty
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¬.¬)Holas. Al grano, resulta que hace mucho tiempo que me llamaba la atención los escritos del psiquiatra norteamericano Brian Weiss, los he ido leyendo de a poco, no en orden cronológico. Son fascinantes, suena enormemente sincero, y el detalle de su mente analítica y científica puesta a prueba en su mismo trabajo, fue potente, al tener de un modo u otro que abrirse a las posibilidades... y más adelante de plano "creer" en lo obvio pero no con su mente solamente sino que con su sabiduría interior, lo que yo siempre intuitivamente he llamado esencia.
La psicología transpersonal apunta a la expansión del campo de la investigación psicológica para incluir dimensiones de la experiencia y del comportamiento humano que se asocian con la salud y el bienestar llevados al extremo. Para conseguirlo se nutre tanto de la ciencia occidental como de la sabiduría oriental, en un intento de integrar los conocimientos provenientes de ambas tradiciones en lo que se refiere a la realización de los potenciales humanos.
Los focos de su interés son muy amplios y el Journal of Transpersonal Psychology, que empezó a aparecer en 1969, se autodefine por su interés en "la publicación de investigaciones teóricas, aplicadas, trabajos empíricos, artículos y estudios sobre los procesos, valores y estados transpersonales, la conciencia unitiva, las metanecesidades, las experiencias cumbre, el éxtasis, la experiencia mística, el ser, la esencia, la beatitud, la reverencia, el asombro, la trascedencia del sí mismo, [...] las teorías y prácticas de la meditación, los caminos espirituales, la compasión, la cooperación transpersonal, la realización y actualización transpersonales y los conceptos, experiencias y actividades con ellos relacionados".
[FONT=Arial, Helvetica]Vemos que la sicología transpersonal se dedica a indagar sobre la naturaleza esencial del ser, hacia una búsqueda de la individualidad y más allá de ella. [/FONT]
Quiero ir comentando ciertos párrafos del primer libro de Weiss en este tema: Muchas Vidas, Muchos Maestros. Me encantaría poder compartir algo de él para que simplemente conozcan su experiencia, algo de su persona y que no se fuercen a nada... lo pueden tomar como ciencia ficción, como una anécdota, o como algo más... la respuesta clara la tendrá siempre lo más profundo de cada cual, su corazón, alma o esencia... cuando la dejen tomar parte en el análisis...
Lo siguiente es un fragmento de la hipnosis terapéutica de una de sus pacientes, Catherine, que sin querer se convirtió en regresiva sin perder su poder terapéutico, al contrario aumentándolo. Es en el medio de una de las regresiones, es decir ya había comenzado a relatar anteriormente su vida como Christian en este caso.
Por fin, Christian murió. Catherine permaneció apaciblemente tendida en el diván, respirando profunda y regularmente. Dejé escapar un hondo suspiro de alivio.
-Me siento libre... libre -susurró con suavidad-. Floto en la oscuridad... floto, nada más. Hay luz alrededor... y espíritus, otras personas.
Le pregunté si tenía algún pensamiento sobre la vida que acababa de concluir, su existencia como Christian.
-Debería haber perdonado más, pero no lo hice. No perdoné el daño que otros me causaron y debería haberlo hecho. No perdoné el mal. Me quedé con él dentro y lo albergué durante muchos años... Veo ojos... ojos.
-¿Ojos? -repetí, percibiendo el contacto-. ¿Qué clase de ojos?
-Los ojos de los Espíritus Maestros -susurró Catherine-, pero debo esperar. Tengo cosas en que pensar. Pasaron unos minutos en tenso silencio.
-¿Cómo sabrás cuándo estarán ellos dispuestos? -pregunté, expectante, rompiendo el largo silencio.
-Ellos me llamarán -respondió.
Pasaron unos minutos más. De pronto empezó a mover la cabeza de un lado a otro. Su voz, ronca y firme, señaló el camino.
-Hay muchas almas en esta dimensión. Yo no soy la única. Debemos ser pacientes. Eso es algo que tampoco aprendí nunca... hay muchas dimensiones...
Le pregunté si ya había estado allí, si se había reencarnado muchas veces.
-He estado en diferentes planos en diferentes tiempos. Cada uno es un nivel de conciencia superior. El plano al que vayamos dependerá de lo mucho que hayamos progresado...
Guardó silencio otra vez. Le pregunté qué lecciones debía aprender a fin de progresar. Respondió de inmediato.
-Que debemos compartir nuestro conocimiento con otros. Que todos tenemos muchas más capacidades de las que utilizamos. Algunos lo descubrimos antes que otros. Que uno debe dominar sus vicios antes de llegar a este punto. De lo contrario, los lleva consigo a otra vida.
Sólo uno mismo puede liberarse... de las malas costumbres que acumulamos cuando estamos en un cuerpo. Los Maestros no pueden hacerlo por nosotros. Si uno elige luchar y no liberarse, los llevará a otra vida. Y sólo cuando decidimos que somos lo bastante fuertes como para dominar los problemas externos, sólo entonces dejaremos de padecerlos en la vida siguiente.
»También debemos aprender a no acercarnos sólo a aquellos cuyas vibraciones coinciden con las nuestras. Es normal sentirse atraído por alguien que está en nuestro mismo nivel. Pero está mal. También es preciso acercarse a aquellos cuyas vibraciones no armonizan... con las de uno. Ésa es la importancia... de ayudar... a esas gentes.
»Se nos dan poderes intuitivos que debemos obedecer sin tratar de resistirnos. Quienes se resistan tropezarán con peligros. No se nos envía desde cada plano con poderes iguales. Algunos de nosotros poseemos poderes mayores que los otros, pues los hemos adquirido en otros tiempos. Luego, no todos somos creados iguales. Pero con el paso del tiempo llegaremos a un punto en el que todos seremos iguales.
Catherine hizo una pausa. Yo sabía que esos pensamientos no eran suyos. No tenía preparación alguna en física o en metafísica; nada sabía de planos, dimensiones y vibraciones. Pero más allá de esto, la belleza de las palabras y las ideas, las implicaciones filosóficas de esas afirmaciones... todo superaba la capacidad de Catherine. Ella nunca había hablado de manera tan concisa y poética. Yo sentía que una fuerza superior y distinta luchaba con la mente y las cuerdas vocales de mi paciente para traducir en palabras esos pensamientos, a fin de que yo comprendiera. No, ésa no era Catherine.
Su voz tenía un tono de ensoñación.
-Los que están en coma... permanecen en un estado de suspensión. Aún no están preparados para cruzar al otro plano... hasta que hayan decidido si quieren cruzar o no. Sólo ellos pueden decidirlo. Si consideran que no tienen nada más que aprender... en estado físico... entonces se les permite cruzar. Pero si tienen cosas por aprender, deben regresar, aunque no quieran. Ése es un período de descanso para ellos, un período en el que sus poderes mentales pueden descansar.
O sea que la gente en estado de coma puede decidir si regresar o no, según el aprendizaje que deba realizar todavía en estado físico. Si consideran que no tienen nada más que aprender, pueden ir directamente al estado espiritual, pese a toda la medicina moderna. Esta información coincidía detalladamente con las investigaciones publicadas sobre las experiencias próximas a la muerte y los motivos por los que algunos decidían regresar. A otros no se les permitía elegir: tenían que volver, pues les quedaba algo por aprender. Claro que todos los entrevistados tras una experiencia próxima a la muerte habían regresado a sus cuerpos.
[......]
En el consultorio, mientras reflexionaba sobre las últimas revelaciones de Catherine, me pregunté qué habrían dicho nuestros antepasados, los fundadores de la nación, ante la idea de que los seres humanos no son creados iguales. La gente nace con talentos, capacidades y poderes adquiridos en otras vidas. «Pero con el paso del tiempo llegaremos a un punto en el que todos seremos iguales.» Sospeché que ese punto distaba muchas, muchísimas vidas.
Pensé en Mozart y en su increíble talento de niño. ¿Habría sido también una herencia de capacidades anteriores? Al parecer, llevábamos con nosotros de una vida a otra tanto las capacidades como las deudas.
[.......]
-Tengo que regresar -insistió ella-. Antes tengo que ir hacia la luz. -De pronto se mostró alarmada-. Oh, oh, he vacilado mucho tiempo... y como he vacilado, tengo que esperar otra vez.
Mientras ella esperaba, le pregunté qué veía, qué sentía.
-Sólo otros espíritus, otras almas. Ellas también están esperando.
Le pregunté si había alguna enseñanza que pudiéramos recibir mientras esperaba.
-¿Puedes decirnos qué debemos saber? -le pregunté.
-No están aquí para decírmelo -respondió.
Fascinante. Si los Maestros no estaban allí para hablarle, Catherine no podía, por sí, proporcionar el conocimiento.
Una vez más pasaron varios minutos en silencio. Por fin debió de llegar el momento oportuno: había entrado en otra vida.
-Veo manzanos... y una casa, una casa blanca. Yo vivo en la casa. Las manzanas están podridas... gusanos, no sirven para comer. Hay un columpio, un columpio en el árbol.
Le pedí que se observara.
-Tengo pelo claro, pelo rubio. Tengo cinco años. Me llamo Catherine.
Me llevé una sorpresa. Había entrado en su vida actual; era Catherine a los cinco años. Pero debía de estar allí por algún motivo.
-¿Ocurrió algo allí, Catherine?
-Mi padre está enojado con nosotros... porque no debemos estar fuera. Me... me pega con un palo. Es muy pesado; duele... Tengo miedo. -Gemía, hablando como una criatura-. No para hasta hacernos daño. ¿Por qué nos hace esto? ¿Por qué es tan malo?
Le pedí que viera su propia vida desde una perspectiva más elevada y que respondiera a su propia pregunta. Poco tiempo antes había leído que eso se podía hacer. Algunos escritores llamaban a esa perspectiva «yo superior» o «yo elevado». Sentía curiosidad por saber si Catherine podía llegar a ese estado, en caso de que existiera.
En ese caso, sería una poderosa técnica terapéutica, un atajo hacia la penetración psicológica y la comprensión.
-Nunca nos quiso -susurró, muy suavemente-. Siente que somos intrusos en su vida... No nos quiere.
-¿Tampoco a tu hermano varón, Catherine? -pregunté.
-A mi hermano, menos aún. Su nacimiento no estaba planeado. No estaban casados cuando... él fue concebido.
Esa nueva información resultó ser asombrosa para Catherine. Ignoraba lo del embarazo prematrimonial. Más adelante, su madre le confirmó que así había sido.
Aunque estaba relatando una vida, Catherine exhibía ahora una sabiduría y un punto de vista con respecto a su existencia que, hasta entonces, habían estado restringidos al estado intermedio o espiritual. En cierto modo había una parte de su mente más «elevada» una especie de supraconciencia. Tal vez ése era el yo superior que otros describían. Aunque no estuviera en contacto con los Maestros y su espectacular conocimiento, aun así poseía, en su estado supraconsciente, profunda penetración psicológica y gran información, como la de la concepción de su hermano.
La Catherine consciente, cuando estaba despierta, se mostraba mucho más ansiosa y limitada, mucho más simple y comparativamente superficial. No podía recurrir a ese estado supraconsciente. Me pregunté si los profetas y los sabios de las religiones orientales y occidentales, esos que llamamos «realizados», eran capaces de utilizar ese estado para obtener su sabiduría y sus conocimientos. En ese caso, todos tendríamos la capacidad de hacerlo, pues todos debemos de poseer ese supraconsciente. El psicoanalista Carl Jung sabía de la existencia de los diferentes niveles de conciencia; escribió acerca del inconsciente colectivo, un estado que tiene similitudes con el supraconsciente de Catherine.
Cada vez me sentía más frustrado por el abismo infranqueable que había entre el intelecto despierto y consciente de Catherine y su mente supraconsciente en el nivel de trance. Mientras estaba hipnotizada podía mantener conmigo fascinantes diálogos filosóficos a nivel supraconsciente. Sin embargo, cuando estaba despierta no mostraba interés alguno por la filosofía ni los temas relacionados con ella. Vivía en el mundo de los detalles cotidianos, ignorante del genio que en ella habitaba.
Mientras tanto, su padre la estaba atormentando, y los motivos se hacían evidentes.
-Tiene muchas lecciones que aprender -sugerí, en tono de interrogación.
-Sí..., en efecto.
Le pregunté si sabía qué necesitaba aprender él.
-Ese conocimiento no se me revela. (La voz era objetiva y distante). Se me revela lo que es importante para mí, lo que me concierne. Cada persona debe ocuparse de sí misma... de hacerse... íntegra. Tenemos lecciones que aprender... cada uno de nosotros. Deben ser aprendidas una a una... en orden. Sólo entonces podemos saber qué necesita la persona de al lado, qué le falta o qué nos falta a nosotros para ser íntegros.
Hablaba en un susurro suave, y ese susurro encerraba una amorosa objetividad.
[....]
-Te hallas en un estado profundo. Dentro de un instante empezaré a contar hacia atrás, de tres a uno. Entrarás en un estado más profundo y te sentirás totalmente segura. Tu mente estará en libertad de vagar otra vez por el tiempo, hasta la época en que se inició el vínculo con el padre que tienes en tu vida actual, hasta el momento que tuvo mayor influencia en lo que ocurrió en tu infancia entre tú y él. Cuando yo diga «uno» volverás a esa vida y lo recordarás. Es importante para tu curación. Puedes hacerlo. Tres... dos... uno.
Hubo una larga pausa.
-No lo veo... ¡pero veo que están matando a la gente!
Su voz era ahora fuerte y ronca.
- "No tenemos derecho a interrumpir abruptamente la vida de alguien antes de que haya podido cumplir con su karma. Y es lo que estamos haciendo. No tenemos derecho. Sufrirán mayor castigo si los dejamos vivir. Cuando mueran y vayan a la próxima dimensión sufrirán allá. Estarán en un estado de gran inquietud. No tendrán paz. Y serán enviados de regreso aquí, pero para una vida muy dura. Y tendrán que compensar a esas personas a las que hicieron daño por las injusticias que cometieron contra ellas. Están interrumpiendo la vida de estas gentes y no tienen derecho a hacerlo. Sólo Dios puede castigarlas; nosotros, no"
Pasó un minuto de silencio.
-Se han ido -susurró.
Los Espíritus Maestros nos habían dado un mensaje más, potente y claro. No debemos matar, cualesquiera que sean las circunstancias. Sólo Dios puede "castigar" y/o "hacer justicia"
No recordaba nada, salvo sus encarnaciones como Christian y la pequeña Catherine. Se sentía cansada, pero también apacible y relajada, como si se le hubiera quitado un peso enorme.
Los invito a compartir cualquier inquietud, comentario, opinión, experiencia con lo relativo a la psicología, en especial transpersonal y por ligadura a: la hipnosis regresiva, estados y/o técnicas de meditación, etc
La psicología transpersonal apunta a la expansión del campo de la investigación psicológica para incluir dimensiones de la experiencia y del comportamiento humano que se asocian con la salud y el bienestar llevados al extremo. Para conseguirlo se nutre tanto de la ciencia occidental como de la sabiduría oriental, en un intento de integrar los conocimientos provenientes de ambas tradiciones en lo que se refiere a la realización de los potenciales humanos.
Los focos de su interés son muy amplios y el Journal of Transpersonal Psychology, que empezó a aparecer en 1969, se autodefine por su interés en "la publicación de investigaciones teóricas, aplicadas, trabajos empíricos, artículos y estudios sobre los procesos, valores y estados transpersonales, la conciencia unitiva, las metanecesidades, las experiencias cumbre, el éxtasis, la experiencia mística, el ser, la esencia, la beatitud, la reverencia, el asombro, la trascedencia del sí mismo, [...] las teorías y prácticas de la meditación, los caminos espirituales, la compasión, la cooperación transpersonal, la realización y actualización transpersonales y los conceptos, experiencias y actividades con ellos relacionados".
[FONT=Arial, Helvetica]Vemos que la sicología transpersonal se dedica a indagar sobre la naturaleza esencial del ser, hacia una búsqueda de la individualidad y más allá de ella. [/FONT]
Quiero ir comentando ciertos párrafos del primer libro de Weiss en este tema: Muchas Vidas, Muchos Maestros. Me encantaría poder compartir algo de él para que simplemente conozcan su experiencia, algo de su persona y que no se fuercen a nada... lo pueden tomar como ciencia ficción, como una anécdota, o como algo más... la respuesta clara la tendrá siempre lo más profundo de cada cual, su corazón, alma o esencia... cuando la dejen tomar parte en el análisis...
Lo siguiente es un fragmento de la hipnosis terapéutica de una de sus pacientes, Catherine, que sin querer se convirtió en regresiva sin perder su poder terapéutico, al contrario aumentándolo. Es en el medio de una de las regresiones, es decir ya había comenzado a relatar anteriormente su vida como Christian en este caso.
Por fin, Christian murió. Catherine permaneció apaciblemente tendida en el diván, respirando profunda y regularmente. Dejé escapar un hondo suspiro de alivio.
-Me siento libre... libre -susurró con suavidad-. Floto en la oscuridad... floto, nada más. Hay luz alrededor... y espíritus, otras personas.
Le pregunté si tenía algún pensamiento sobre la vida que acababa de concluir, su existencia como Christian.
-Debería haber perdonado más, pero no lo hice. No perdoné el daño que otros me causaron y debería haberlo hecho. No perdoné el mal. Me quedé con él dentro y lo albergué durante muchos años... Veo ojos... ojos.
-¿Ojos? -repetí, percibiendo el contacto-. ¿Qué clase de ojos?
-Los ojos de los Espíritus Maestros -susurró Catherine-, pero debo esperar. Tengo cosas en que pensar. Pasaron unos minutos en tenso silencio.
-¿Cómo sabrás cuándo estarán ellos dispuestos? -pregunté, expectante, rompiendo el largo silencio.
-Ellos me llamarán -respondió.
Pasaron unos minutos más. De pronto empezó a mover la cabeza de un lado a otro. Su voz, ronca y firme, señaló el camino.
-Hay muchas almas en esta dimensión. Yo no soy la única. Debemos ser pacientes. Eso es algo que tampoco aprendí nunca... hay muchas dimensiones...
Le pregunté si ya había estado allí, si se había reencarnado muchas veces.
-He estado en diferentes planos en diferentes tiempos. Cada uno es un nivel de conciencia superior. El plano al que vayamos dependerá de lo mucho que hayamos progresado...
Guardó silencio otra vez. Le pregunté qué lecciones debía aprender a fin de progresar. Respondió de inmediato.
-Que debemos compartir nuestro conocimiento con otros. Que todos tenemos muchas más capacidades de las que utilizamos. Algunos lo descubrimos antes que otros. Que uno debe dominar sus vicios antes de llegar a este punto. De lo contrario, los lleva consigo a otra vida.
Sólo uno mismo puede liberarse... de las malas costumbres que acumulamos cuando estamos en un cuerpo. Los Maestros no pueden hacerlo por nosotros. Si uno elige luchar y no liberarse, los llevará a otra vida. Y sólo cuando decidimos que somos lo bastante fuertes como para dominar los problemas externos, sólo entonces dejaremos de padecerlos en la vida siguiente.
»También debemos aprender a no acercarnos sólo a aquellos cuyas vibraciones coinciden con las nuestras. Es normal sentirse atraído por alguien que está en nuestro mismo nivel. Pero está mal. También es preciso acercarse a aquellos cuyas vibraciones no armonizan... con las de uno. Ésa es la importancia... de ayudar... a esas gentes.
»Se nos dan poderes intuitivos que debemos obedecer sin tratar de resistirnos. Quienes se resistan tropezarán con peligros. No se nos envía desde cada plano con poderes iguales. Algunos de nosotros poseemos poderes mayores que los otros, pues los hemos adquirido en otros tiempos. Luego, no todos somos creados iguales. Pero con el paso del tiempo llegaremos a un punto en el que todos seremos iguales.
Catherine hizo una pausa. Yo sabía que esos pensamientos no eran suyos. No tenía preparación alguna en física o en metafísica; nada sabía de planos, dimensiones y vibraciones. Pero más allá de esto, la belleza de las palabras y las ideas, las implicaciones filosóficas de esas afirmaciones... todo superaba la capacidad de Catherine. Ella nunca había hablado de manera tan concisa y poética. Yo sentía que una fuerza superior y distinta luchaba con la mente y las cuerdas vocales de mi paciente para traducir en palabras esos pensamientos, a fin de que yo comprendiera. No, ésa no era Catherine.
Su voz tenía un tono de ensoñación.
-Los que están en coma... permanecen en un estado de suspensión. Aún no están preparados para cruzar al otro plano... hasta que hayan decidido si quieren cruzar o no. Sólo ellos pueden decidirlo. Si consideran que no tienen nada más que aprender... en estado físico... entonces se les permite cruzar. Pero si tienen cosas por aprender, deben regresar, aunque no quieran. Ése es un período de descanso para ellos, un período en el que sus poderes mentales pueden descansar.
O sea que la gente en estado de coma puede decidir si regresar o no, según el aprendizaje que deba realizar todavía en estado físico. Si consideran que no tienen nada más que aprender, pueden ir directamente al estado espiritual, pese a toda la medicina moderna. Esta información coincidía detalladamente con las investigaciones publicadas sobre las experiencias próximas a la muerte y los motivos por los que algunos decidían regresar. A otros no se les permitía elegir: tenían que volver, pues les quedaba algo por aprender. Claro que todos los entrevistados tras una experiencia próxima a la muerte habían regresado a sus cuerpos.
[......]
En el consultorio, mientras reflexionaba sobre las últimas revelaciones de Catherine, me pregunté qué habrían dicho nuestros antepasados, los fundadores de la nación, ante la idea de que los seres humanos no son creados iguales. La gente nace con talentos, capacidades y poderes adquiridos en otras vidas. «Pero con el paso del tiempo llegaremos a un punto en el que todos seremos iguales.» Sospeché que ese punto distaba muchas, muchísimas vidas.
Pensé en Mozart y en su increíble talento de niño. ¿Habría sido también una herencia de capacidades anteriores? Al parecer, llevábamos con nosotros de una vida a otra tanto las capacidades como las deudas.
[.......]
-Tengo que regresar -insistió ella-. Antes tengo que ir hacia la luz. -De pronto se mostró alarmada-. Oh, oh, he vacilado mucho tiempo... y como he vacilado, tengo que esperar otra vez.
Mientras ella esperaba, le pregunté qué veía, qué sentía.
-Sólo otros espíritus, otras almas. Ellas también están esperando.
Le pregunté si había alguna enseñanza que pudiéramos recibir mientras esperaba.
-¿Puedes decirnos qué debemos saber? -le pregunté.
-No están aquí para decírmelo -respondió.
Fascinante. Si los Maestros no estaban allí para hablarle, Catherine no podía, por sí, proporcionar el conocimiento.
Una vez más pasaron varios minutos en silencio. Por fin debió de llegar el momento oportuno: había entrado en otra vida.
-Veo manzanos... y una casa, una casa blanca. Yo vivo en la casa. Las manzanas están podridas... gusanos, no sirven para comer. Hay un columpio, un columpio en el árbol.
Le pedí que se observara.
-Tengo pelo claro, pelo rubio. Tengo cinco años. Me llamo Catherine.
Me llevé una sorpresa. Había entrado en su vida actual; era Catherine a los cinco años. Pero debía de estar allí por algún motivo.
-¿Ocurrió algo allí, Catherine?
-Mi padre está enojado con nosotros... porque no debemos estar fuera. Me... me pega con un palo. Es muy pesado; duele... Tengo miedo. -Gemía, hablando como una criatura-. No para hasta hacernos daño. ¿Por qué nos hace esto? ¿Por qué es tan malo?
Le pedí que viera su propia vida desde una perspectiva más elevada y que respondiera a su propia pregunta. Poco tiempo antes había leído que eso se podía hacer. Algunos escritores llamaban a esa perspectiva «yo superior» o «yo elevado». Sentía curiosidad por saber si Catherine podía llegar a ese estado, en caso de que existiera.
En ese caso, sería una poderosa técnica terapéutica, un atajo hacia la penetración psicológica y la comprensión.
-Nunca nos quiso -susurró, muy suavemente-. Siente que somos intrusos en su vida... No nos quiere.
-¿Tampoco a tu hermano varón, Catherine? -pregunté.
-A mi hermano, menos aún. Su nacimiento no estaba planeado. No estaban casados cuando... él fue concebido.
Esa nueva información resultó ser asombrosa para Catherine. Ignoraba lo del embarazo prematrimonial. Más adelante, su madre le confirmó que así había sido.
Aunque estaba relatando una vida, Catherine exhibía ahora una sabiduría y un punto de vista con respecto a su existencia que, hasta entonces, habían estado restringidos al estado intermedio o espiritual. En cierto modo había una parte de su mente más «elevada» una especie de supraconciencia. Tal vez ése era el yo superior que otros describían. Aunque no estuviera en contacto con los Maestros y su espectacular conocimiento, aun así poseía, en su estado supraconsciente, profunda penetración psicológica y gran información, como la de la concepción de su hermano.
La Catherine consciente, cuando estaba despierta, se mostraba mucho más ansiosa y limitada, mucho más simple y comparativamente superficial. No podía recurrir a ese estado supraconsciente. Me pregunté si los profetas y los sabios de las religiones orientales y occidentales, esos que llamamos «realizados», eran capaces de utilizar ese estado para obtener su sabiduría y sus conocimientos. En ese caso, todos tendríamos la capacidad de hacerlo, pues todos debemos de poseer ese supraconsciente. El psicoanalista Carl Jung sabía de la existencia de los diferentes niveles de conciencia; escribió acerca del inconsciente colectivo, un estado que tiene similitudes con el supraconsciente de Catherine.
Cada vez me sentía más frustrado por el abismo infranqueable que había entre el intelecto despierto y consciente de Catherine y su mente supraconsciente en el nivel de trance. Mientras estaba hipnotizada podía mantener conmigo fascinantes diálogos filosóficos a nivel supraconsciente. Sin embargo, cuando estaba despierta no mostraba interés alguno por la filosofía ni los temas relacionados con ella. Vivía en el mundo de los detalles cotidianos, ignorante del genio que en ella habitaba.
Mientras tanto, su padre la estaba atormentando, y los motivos se hacían evidentes.
-Tiene muchas lecciones que aprender -sugerí, en tono de interrogación.
-Sí..., en efecto.
Le pregunté si sabía qué necesitaba aprender él.
-Ese conocimiento no se me revela. (La voz era objetiva y distante). Se me revela lo que es importante para mí, lo que me concierne. Cada persona debe ocuparse de sí misma... de hacerse... íntegra. Tenemos lecciones que aprender... cada uno de nosotros. Deben ser aprendidas una a una... en orden. Sólo entonces podemos saber qué necesita la persona de al lado, qué le falta o qué nos falta a nosotros para ser íntegros.
Hablaba en un susurro suave, y ese susurro encerraba una amorosa objetividad.
[....]
-Te hallas en un estado profundo. Dentro de un instante empezaré a contar hacia atrás, de tres a uno. Entrarás en un estado más profundo y te sentirás totalmente segura. Tu mente estará en libertad de vagar otra vez por el tiempo, hasta la época en que se inició el vínculo con el padre que tienes en tu vida actual, hasta el momento que tuvo mayor influencia en lo que ocurrió en tu infancia entre tú y él. Cuando yo diga «uno» volverás a esa vida y lo recordarás. Es importante para tu curación. Puedes hacerlo. Tres... dos... uno.
Hubo una larga pausa.
-No lo veo... ¡pero veo que están matando a la gente!
Su voz era ahora fuerte y ronca.
- "No tenemos derecho a interrumpir abruptamente la vida de alguien antes de que haya podido cumplir con su karma. Y es lo que estamos haciendo. No tenemos derecho. Sufrirán mayor castigo si los dejamos vivir. Cuando mueran y vayan a la próxima dimensión sufrirán allá. Estarán en un estado de gran inquietud. No tendrán paz. Y serán enviados de regreso aquí, pero para una vida muy dura. Y tendrán que compensar a esas personas a las que hicieron daño por las injusticias que cometieron contra ellas. Están interrumpiendo la vida de estas gentes y no tienen derecho a hacerlo. Sólo Dios puede castigarlas; nosotros, no"
Pasó un minuto de silencio.
-Se han ido -susurró.
Los Espíritus Maestros nos habían dado un mensaje más, potente y claro. No debemos matar, cualesquiera que sean las circunstancias. Sólo Dios puede "castigar" y/o "hacer justicia"
No recordaba nada, salvo sus encarnaciones como Christian y la pequeña Catherine. Se sentía cansada, pero también apacible y relajada, como si se le hubiera quitado un peso enorme.
Los invito a compartir cualquier inquietud, comentario, opinión, experiencia con lo relativo a la psicología, en especial transpersonal y por ligadura a: la hipnosis regresiva, estados y/o técnicas de meditación, etc
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