Jolo
0
Hoy se cumplen 15 años desde que la persona más talentosa que ha pisado un escenario pagó el incalculable y moroso precio de haberse, por lo mismo, convertido en el ser humano más famoso en el Planeta Tierra -hasta el presente día-.
Su legado no se recuerda solo hoy: se "celebra" cada vez que se escucha la magia de una canción, se baila una coreografía insignia, se ve un cortometraje musical que transmite una historia y nos transporta a un mundo de fantasía, y se presencia una espectacular actuación en vivo que da escalofríos, desde la primera fila al borde de un escenario, hasta la última grada, casi en el techo de un Estadio repleto de gente en una capital europea, o incluso frente a una pantalla de televisión, ahora de computador o de Smartphone. También, los más "técnicos" recordamos al audaz empresario en el negocio de la música, o los más "melancólicos", el ver como alguien obtiene el récord Guinness a ser el músico que en vida más dinero ha donado en la historia a causas benéficas, a tal punto de olvidarse de su propia solvencia financiera. Incluso su testamente consideró ello.
En el aniversario de su nacimiento, cada 29 de agosto, soy más positivo. En lo inmediato, para mí, hoy 25 de junio, el Día Mundial del Vitiligo (su paciente más conocido), no hay nada que "celebrar", sino que reforzar:
El nombre "Michael Jackson" debiese estar en la primera línea de la descripción del significado de diccionario de la palabra "Superestrella". Por eso mismo, toda opinión o comentario que se pueda decir de él tiene que evaluarse bajo el contexto de haber sido un "personaje-extraordinario-anormal", y comprender la naturaleza del ser humano: Entender por qué cargó un 'blanco' sobre la espalda por más de 25 años desde que tocó -literalmente- la gloria, de no poder salir a caminar a la calle de forma anónima y tranquila como lo hace cualquiera sin que te reconozcan y dinamitar la tranquilidad del lugar en el instante, y hasta de tener una horda de aprovechadores por décadas hostigándote incluso dentro de tu círculo cercano e instalados en tu propia casa, interesados en explotarte y sacar beneficio personal y financiero de ello. Cuento aparte es el haber tolerado por décadas (no años: décadas) innumerables y absurdas "fake news", como se le conoce ahora al mismo concepto globalizado, en donde solo UNA es capaz de dañar irremediablemente a un político o una celebridad, "cancelarlo", y sacarlo de orbita).
Ese nivel de presión psicológica extrema inevitablemente lleva a largo plazo a la pérdida de la cordura, y por consiguiente tiene que detonar una que otra patología sintomática. Pensemos en el insomnio, ese que no lo dejaba dormir en las noches y lo transformó, gradualmente, en una caricatura de sí mismo, irreconocible en comparación a sus años de gloria, y lo terminó por ridiculizar ante la opinión pública a nivel mundial. Que tan difícil será vivir pensando que la mitad de la humanidad (literal) cree que eres un abusador de niños, o que eres un freak descontrolado y desfigurado que, sufriendo de lupus y de vitiligo -ambas enfermedades comprobadas en su autopsia-, supuestamente renegando de tu raza, es algo que no creo nadie más pueda ni podrá experimentar jamás. Porque hay un punto acentuado en la vida de Michael Jackson: en donde pasó de ser considerado lo más cercano a un Dios en febrero de 1993 -cuando actuó en ese legendario show de medio-tiempo-, a comenzar un fugaz espiral descendiente hasta que, en palabras de una de sus canciones, "cayó en desgracia súbitamente" en noviembre de ese mismo año, 1993, y terminó ocupando dos pisos completos de una clínica de rehabilitación de drogas, y su casa allanada por la policía.
Aun así, fuera de juicio y al borde de la paranoia, como transmitían las canciones de su album más personal -el álbum History-, hay conceptos puramente intelectuales, desarrollados por personas más inteligentes que uno, y que se deben respetar: uno de ellos es el derecho-humano de que "toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario", que todo testimonio en un conflicto que involucre a dos partes tiene, lógicamente, dos versiones (y los muertos no pueden defender la suya - ni siquiera sus cercanos 'en nombre de'), y que en el derecho internacional no basta solo con "hablar" o "relatar" un supuesto crimen cometido por alguien, sino que hay que probarlo, o al menos tener testigos creíbles que 'algo sospechoso' hayan presenciado. Muchos especialistas de la salud dicen que la gente demora años en detectar y denunciar abusos: Pero no en este caso, en donde se debe considerar no caer en incoherencias y falsedades fácilmente desenmascarables, como ha pasado con sus únicos 4 falsos-acusadores mediáticos. Un verdadero pedófilo tiene muchísimas más víctimas. Aquí, el primero reconoció la mentira, su padre -un enfermo mental- lo manipuló por dinero, y éste último terminó suicidándose de locura hace unos años. El segundo y más grave, también fue manipulado por su madre, lo llevó al juicio más bizarro de América, y terminó siendo desenmascarada y derrotada por unanimidad en tribunales. Los más recientes dos, quienes lo defendieron en vida públicamente en el juicio antes mencionado y declararon bajo juramento inocencia, ahora han sido pillados en múltiples contradicciones durante sus testimonios en un documental, que ha lucrado millones, y fueron hechos cuando el muerto no puede descansar en paz.
Los verdaderos admiradores de Michael Jackson somos diferentes. No somos esa clase de locos descontrolados que muestran en las calles y en los videos de sus conciertos. Hemos aprendido a ser investigadores, analíticos, tolerantes y resistentes a noticias falsas (sin saberlo, fuimos entrenados por AÑOS por los medios de comunicación para repelerlas). Pero sobre todo, somos respetuosos del 'debido proceso', y conscientes en que debemos estar absolutamente seguros, más allá de toda duda posible, antes de defender lo terrible e indefendible, eso que sí han sufrido cientos de miles de niños en todo el planeta. Y es que hasta el día de hoy, después de decenas de investigaciones serias e indagaciones sin encontrar ninguna evidencia -incluyendo al FBI por años-, entrevistas y documentales sin mostrar una sola prueba y caer en contradicciones asombrosas, e incluso un juicio penal sin ninguna evidencia (ninguna), solo se ha podido demostrar (y el mismo lo hizo en vida, incluso estando ya loco, quebrado, sentado en un tribunal, pero defendiéndose con uñas y dientes, sin ningún matiz): que la gente miente.
Y las mentiras lo mataron, ese 25 de junio de 2009. Esa noche en donde, de manera sincronizada, casi mágica, muchos de nosotros, admiradores entusiasmados y a la espera de su regreso a los escenarios, pendientes de los Tweets de Kenny Ortega, de fotos de él llegando y saliendo de sus ensayos, y ya muchos con entradas y pasajes comprados, nos fuimos a dormir diciéndonos "qué maldito desperdicio".
Se está preparando lo que será una película biográfica, dirigida por quien lideró la biopic de Freddy Mercury. Será estrenada en mayo del próximo año. Su sobrino hará el papel de Michael Jackson. En lo personal, tengo mis dudas de qué realmente imparcial será, o qué podrá mostrar a estas alturas.
Por lo pronto, sonrían y mantengan la fe.
Su legado no se recuerda solo hoy: se "celebra" cada vez que se escucha la magia de una canción, se baila una coreografía insignia, se ve un cortometraje musical que transmite una historia y nos transporta a un mundo de fantasía, y se presencia una espectacular actuación en vivo que da escalofríos, desde la primera fila al borde de un escenario, hasta la última grada, casi en el techo de un Estadio repleto de gente en una capital europea, o incluso frente a una pantalla de televisión, ahora de computador o de Smartphone. También, los más "técnicos" recordamos al audaz empresario en el negocio de la música, o los más "melancólicos", el ver como alguien obtiene el récord Guinness a ser el músico que en vida más dinero ha donado en la historia a causas benéficas, a tal punto de olvidarse de su propia solvencia financiera. Incluso su testamente consideró ello.
En el aniversario de su nacimiento, cada 29 de agosto, soy más positivo. En lo inmediato, para mí, hoy 25 de junio, el Día Mundial del Vitiligo (su paciente más conocido), no hay nada que "celebrar", sino que reforzar:
El nombre "Michael Jackson" debiese estar en la primera línea de la descripción del significado de diccionario de la palabra "Superestrella". Por eso mismo, toda opinión o comentario que se pueda decir de él tiene que evaluarse bajo el contexto de haber sido un "personaje-extraordinario-anormal", y comprender la naturaleza del ser humano: Entender por qué cargó un 'blanco' sobre la espalda por más de 25 años desde que tocó -literalmente- la gloria, de no poder salir a caminar a la calle de forma anónima y tranquila como lo hace cualquiera sin que te reconozcan y dinamitar la tranquilidad del lugar en el instante, y hasta de tener una horda de aprovechadores por décadas hostigándote incluso dentro de tu círculo cercano e instalados en tu propia casa, interesados en explotarte y sacar beneficio personal y financiero de ello. Cuento aparte es el haber tolerado por décadas (no años: décadas) innumerables y absurdas "fake news", como se le conoce ahora al mismo concepto globalizado, en donde solo UNA es capaz de dañar irremediablemente a un político o una celebridad, "cancelarlo", y sacarlo de orbita).
Ese nivel de presión psicológica extrema inevitablemente lleva a largo plazo a la pérdida de la cordura, y por consiguiente tiene que detonar una que otra patología sintomática. Pensemos en el insomnio, ese que no lo dejaba dormir en las noches y lo transformó, gradualmente, en una caricatura de sí mismo, irreconocible en comparación a sus años de gloria, y lo terminó por ridiculizar ante la opinión pública a nivel mundial. Que tan difícil será vivir pensando que la mitad de la humanidad (literal) cree que eres un abusador de niños, o que eres un freak descontrolado y desfigurado que, sufriendo de lupus y de vitiligo -ambas enfermedades comprobadas en su autopsia-, supuestamente renegando de tu raza, es algo que no creo nadie más pueda ni podrá experimentar jamás. Porque hay un punto acentuado en la vida de Michael Jackson: en donde pasó de ser considerado lo más cercano a un Dios en febrero de 1993 -cuando actuó en ese legendario show de medio-tiempo-, a comenzar un fugaz espiral descendiente hasta que, en palabras de una de sus canciones, "cayó en desgracia súbitamente" en noviembre de ese mismo año, 1993, y terminó ocupando dos pisos completos de una clínica de rehabilitación de drogas, y su casa allanada por la policía.
Aun así, fuera de juicio y al borde de la paranoia, como transmitían las canciones de su album más personal -el álbum History-, hay conceptos puramente intelectuales, desarrollados por personas más inteligentes que uno, y que se deben respetar: uno de ellos es el derecho-humano de que "toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario", que todo testimonio en un conflicto que involucre a dos partes tiene, lógicamente, dos versiones (y los muertos no pueden defender la suya - ni siquiera sus cercanos 'en nombre de'), y que en el derecho internacional no basta solo con "hablar" o "relatar" un supuesto crimen cometido por alguien, sino que hay que probarlo, o al menos tener testigos creíbles que 'algo sospechoso' hayan presenciado. Muchos especialistas de la salud dicen que la gente demora años en detectar y denunciar abusos: Pero no en este caso, en donde se debe considerar no caer en incoherencias y falsedades fácilmente desenmascarables, como ha pasado con sus únicos 4 falsos-acusadores mediáticos. Un verdadero pedófilo tiene muchísimas más víctimas. Aquí, el primero reconoció la mentira, su padre -un enfermo mental- lo manipuló por dinero, y éste último terminó suicidándose de locura hace unos años. El segundo y más grave, también fue manipulado por su madre, lo llevó al juicio más bizarro de América, y terminó siendo desenmascarada y derrotada por unanimidad en tribunales. Los más recientes dos, quienes lo defendieron en vida públicamente en el juicio antes mencionado y declararon bajo juramento inocencia, ahora han sido pillados en múltiples contradicciones durante sus testimonios en un documental, que ha lucrado millones, y fueron hechos cuando el muerto no puede descansar en paz.
Los verdaderos admiradores de Michael Jackson somos diferentes. No somos esa clase de locos descontrolados que muestran en las calles y en los videos de sus conciertos. Hemos aprendido a ser investigadores, analíticos, tolerantes y resistentes a noticias falsas (sin saberlo, fuimos entrenados por AÑOS por los medios de comunicación para repelerlas). Pero sobre todo, somos respetuosos del 'debido proceso', y conscientes en que debemos estar absolutamente seguros, más allá de toda duda posible, antes de defender lo terrible e indefendible, eso que sí han sufrido cientos de miles de niños en todo el planeta. Y es que hasta el día de hoy, después de decenas de investigaciones serias e indagaciones sin encontrar ninguna evidencia -incluyendo al FBI por años-, entrevistas y documentales sin mostrar una sola prueba y caer en contradicciones asombrosas, e incluso un juicio penal sin ninguna evidencia (ninguna), solo se ha podido demostrar (y el mismo lo hizo en vida, incluso estando ya loco, quebrado, sentado en un tribunal, pero defendiéndose con uñas y dientes, sin ningún matiz): que la gente miente.
Y las mentiras lo mataron, ese 25 de junio de 2009. Esa noche en donde, de manera sincronizada, casi mágica, muchos de nosotros, admiradores entusiasmados y a la espera de su regreso a los escenarios, pendientes de los Tweets de Kenny Ortega, de fotos de él llegando y saliendo de sus ensayos, y ya muchos con entradas y pasajes comprados, nos fuimos a dormir diciéndonos "qué maldito desperdicio".
Se está preparando lo que será una película biográfica, dirigida por quien lideró la biopic de Freddy Mercury. Será estrenada en mayo del próximo año. Su sobrino hará el papel de Michael Jackson. En lo personal, tengo mis dudas de qué realmente imparcial será, o qué podrá mostrar a estas alturas.
Por lo pronto, sonrían y mantengan la fe.
A lo mejor me equivoco, pero no me suena... 