La práctica de dar regalos entre los mexicanos ha permeado más en los estratos de menores recursos, pues 70 por ciento de los 2.6 millones de hogares del país con los ingresos más bajos acostumbran hacer regalos.
El hábito es tal que la población con ingresos más bajos gasta en regalos casi el doble de los recursos destinados a la compra de ropa y calzado, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), elaborada por el INEGI.
El estudio revela que esas unidades familiares destinan 10.7 por ciento de su gasto total a la compra de bienes que obsequian.
El intercambio de obsequios es una característica enraizada en los estratos de menores ingresos, los cuales son más proclives a ese tipo de muestras de solidaridad y como una manera de distribución del capital social.
Según Rodolfo de la Torre, director del Instituto para el Desarrollo Sustentable y Equidad Social de la Universidad Iberoamericana, los hogares más pobres del País son los que transfieren más recursos, medido como porcentaje de sus ingresos.
"Tienen un comportamiento recíproco de compartir recursos y esto se manifiesta a través de los regalos", dijo.
En contraste, entre las familias mexicanas con mayores ingresos, sólo 54.3 por ciento tienen el hábito de dar regalos, y las que lo hacen no destinan más del 7 por ciento de su gasto a compras de ese tipo, de acuerdo con las cifras del INEGI.
Esta proporción es incluso menor a la registrada en el 80 por ciento de los hogares del País, los cuales canalizan 8.2 por ciento de su presupuesto al pago de obsequios para sus seres queridos.
Según la ENIGH, en conjunto alrededor de 16 millones de familias del País dan presentes, y de ellas casi un tercio corresponde a gente de menores ingresos.
Por otro lado, la encuesta del INEGI muestra que la mayor parte del gasto total de las familias mexicanas es destinada a cubrir sus necesidades relacionadas con los alimentos, las bebidas y el tabaco, ya que este concepto se lleva más de un tercio del total de erogaciones.
En segundo y tercer lugar de importancia en la estructura de erogaciones en los hogares del País están el transporte y las comunicaciones, con cerca de una quinta parte del gasto, además de la educación y el esparcimiento, con 14 por ciento.
El cuidado personal y la vivienda también ocupan un lugar preponderante en el presupuesto de las familias mexicanas, porque a esos conceptos se canalizan el 10.6 y 8.5 por ciento del gasto total.
Fuente: www.elnorte.com
El hábito es tal que la población con ingresos más bajos gasta en regalos casi el doble de los recursos destinados a la compra de ropa y calzado, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), elaborada por el INEGI.
El estudio revela que esas unidades familiares destinan 10.7 por ciento de su gasto total a la compra de bienes que obsequian.
El intercambio de obsequios es una característica enraizada en los estratos de menores ingresos, los cuales son más proclives a ese tipo de muestras de solidaridad y como una manera de distribución del capital social.
Según Rodolfo de la Torre, director del Instituto para el Desarrollo Sustentable y Equidad Social de la Universidad Iberoamericana, los hogares más pobres del País son los que transfieren más recursos, medido como porcentaje de sus ingresos.
"Tienen un comportamiento recíproco de compartir recursos y esto se manifiesta a través de los regalos", dijo.
En contraste, entre las familias mexicanas con mayores ingresos, sólo 54.3 por ciento tienen el hábito de dar regalos, y las que lo hacen no destinan más del 7 por ciento de su gasto a compras de ese tipo, de acuerdo con las cifras del INEGI.
Esta proporción es incluso menor a la registrada en el 80 por ciento de los hogares del País, los cuales canalizan 8.2 por ciento de su presupuesto al pago de obsequios para sus seres queridos.
Según la ENIGH, en conjunto alrededor de 16 millones de familias del País dan presentes, y de ellas casi un tercio corresponde a gente de menores ingresos.
Por otro lado, la encuesta del INEGI muestra que la mayor parte del gasto total de las familias mexicanas es destinada a cubrir sus necesidades relacionadas con los alimentos, las bebidas y el tabaco, ya que este concepto se lleva más de un tercio del total de erogaciones.
En segundo y tercer lugar de importancia en la estructura de erogaciones en los hogares del País están el transporte y las comunicaciones, con cerca de una quinta parte del gasto, además de la educación y el esparcimiento, con 14 por ciento.
El cuidado personal y la vivienda también ocupan un lugar preponderante en el presupuesto de las familias mexicanas, porque a esos conceptos se canalizan el 10.6 y 8.5 por ciento del gasto total.
Fuente: www.elnorte.com