No era consciente, hasta el día de la hoy, de la existencia de este cortometraje musical. Así que me he dispuesto a verlo, y mi valoración dista de tornarse positiva.
Del mismo, únicamente rescataría el detalle de haber dotado de vida a algunos elementos iconográficos inexorablemente ligados a la videografía de Michael (como Spike, o el álter-ego robotizado de Moonwalker), así como a mis correligionarios lobos, quienes parecieron disfrutar de tan elefantiásica velada. Y poco más, la verdad.
Adolece, en suma, de cuanto aqueja a la práctica mayoría de los videoclips de 2000 en adelante: de esencia. En los mismos, ya no se revelan relatos, ni se hilvanan historias con las que conmover y emocionar al espectador, cristalizando la lírica en forma de imagen, para deleite de quien la contempla, extasiado, aguardando a que dicha experiencia no se llegue a finiquitar jamás, dejando un poso de insuficiencia, rayana en la adicción ante un envite placentero del que se ansía proseguir degustando, sin límites. En su defecto, ello se suple por el desfile de bustos, de complexión diversa, sin una justificación que verdaderamente les haga acreedores de la razón de su estancia en el escenario, procurando, como buenamente pueden (y les permite el guión que se les depara, de existir siquiera) ejecutar una pieza destinadamente abocada al más instantáneo de los olvidos, en una era en la que todo se consume vorazmente, sin apelación alguna al reposo, a la serenidad, a la inmortalización de una obra predestinada, en principio, a la eternidad (al menos, en la retina de nuestro recuerdo), pues el sentido del tiempo no invita ni apremia a ello. Y las ideas, hijas de la paciencia y del esmero, tampoco es que se antojen fecundas, en los avatares en los que nos encontramos, pues prácticamente (casi) todo, en el mundo del espectáculo y de la cultura popular de masas, ya se ha inventado. Y, así, resulta tarea manifiestamente ardua marcar la diferencia con la que perdurar en la mente del público.
Y si, para colmo de males, el protagonista del acto no pudo, por motivaciones obvias, hacer acto de presencia, he aquí la prueba manifiesta de la impotencia de un empeño tan valeroso, como análogamente estéril e imposible por definición: plasmar un vídeo a la altura del sujeto a quien se le tributa y pretende homenajear, sin posibilidad alguna de competir en un frente para el que los responsables de este corto carecieron de los recursos, medios y, sobre todo, del plantel necesario con el que vertebrar un proyecto a la usanza de una edad dorada del vídeo musical como elemento artístico que mucho tiempo ha llegó a su vencimiento y término.
En lo que concierne a la canción, la defino como una de las mejores piezas póstumas de Jackson (y, en mi opinión, la más destacable del primer álbum post-mortem, de infausto recuerdo para muchos en este foro, por las circunstancias sobreañadidas que acontecieron a su enderredor, en vísperas y con motivo de su lanzamiento, y que no cabrían ser, por mi parte, rememoradas en este hilo).
Por cierto:
https://www.youtube.com/watch?v=u4VMLYnH_Dc