Buenos días,
En primera persona, manifiesto, de cara a la revelación próxima de material inédito de Michael Jackson, una actitud prudente y reservada, ante los sucesivos años que, sin duda, nos reportarán gratas (e inesperadas) sorpresas por dirimir.
Tras ello, y como primera premisa elemental, a partir de la cual me ceñiré escrupulosamente, residirá en no mostrarme tan inflexible, crítico y exigente como con motivo de la escenificación del álbum póstumo ofrecido en mayo de este año (Xscape), pues en él se contenían canciones emblemáticas, algunas de ellas ya suficientemente filtradas con antelación remota en el tiempo y que, a pesar de tal hándicap, fueron pulidas, aún más si cabe, por Michael (prueba incontestable de su afán de mejora continua en los procesos de grabación, composición y producción de temas).
¿Por qué? Muy sencillo. Salvo eventualidad mayúsculamente inesperada (ojalá errara en mi pronóstico, como simple intuición personal), no estimo que las canciones dadas a conocer en lo venidero rebasen con creces lo ya comprendido en su discografía oficial, y/o llegaran a aproximarse a los estándares de calidad de piezas tan portentosas para los oídos recientemente distribuidas en modo post-mortem, como A Place with No Name (OV), Blue Gangsta (OV), o Xscape (OV), por el sencillo motivo de que Jackson las habría introducido en su repertorio oficial con posterioridad al álbum Invincible, de no haber mediado tantos impedimentos en lo personal y judicial, los cuales, incorregiblemente, truncaron su trayectoria discográfica en el crepúsculo de su vida.
Ello no entraña, por supuesto, que resulten las aún ignotas por el gran público (e inclusive, por parte de nosotros, entre los cuales me incluyo) desmerecedoras de su legado. Pero, entiendo que, bien por razones de inadecuación de registro musical a los discos lanzados en su momento, ora pérdida en la comparativa con las finalmente insertadas, algún elemento habría conllevado a Michael a prescindir de ellas. Aunque..., ¿quién sabe? Podrían depararnos de par en par alguna sonrisa en nuestro ceño, desmintiendo mis afirmaciones fundadas en el pragmatismo. Me complacería ardientemente hallarme tremendamente equivocado en mis sentencias.
Como intuyo habréis incurrido los demás, por vuestra cuenta, he presenciado como oyente algunas filtraciones, parciales y/o íntegras, en versión simplemente instrumental, o, en su defecto, con voz incorporada, de material inédito recabado en Internet a lo largo de los últimos años. Y, por ello, voy a transmitir mis impresiones -en apenas una estrofa- y mis puntuaciones provisionales a cada una de las canciones analizadas por servidor de mí. A saber:
1. Nite Line (de comienzos de los ochenta, rodada en las sesiones de Thriller): de acuerdo con mi criterio personal, una de sus mejores muestras. En ella, Michael despliega un rendimiento fantástico, exhibiendo unos registros vocales que muchos añoramos, y que evocan al cantante que en los ochenta teñía sus sentimientos con una cierta mezcolanza de pasión, condimentada con pinceladas de tristeza y amargura en su interior. Junto a él, un coro femenino que se acopla de forma idónea al planteamiento de la pista. Podría perfectamente haber formado parte de la terna de Thriller, como el décimo tema de inclusión. He horroriza la simple idea, vaga e inquietante, de qué pudiera hacer Sony con ella, en términos de readaptación a los nuevos tiempos. SOBRESALIENTE.
2. Hot Street (conocida su demo como Slapstick, también de comienzos de los ochenta). Michael Jackson confesó, en 1993, en pleno juicio por plagio, ser de su agrado, pero Rod Temperton y Quincy Jones la excluyeron, por considerarla demasiado endeble para Thriller. De haberse atrevido a publicar material de nuevo cuño con mayor insistencia y, por ende, menores intervalos de parón entre sesiones de grabación, no habría resultado desechable el hecho pertinente de su conocimiento al público. Es, en resumidas cuentas, la prototípica canción con ritmos ochenteros, muy predicable en aquella década. BIEN.
3. She's Trouble (como denominación alternativa, también se la conoce como Trouble). De mediados de los años ochenta, en algún punto intermedio entre Thriller y Bad. Me resulta de mayor atracción que la anterior, con una primera parte muy emotiva y cautivadora, pues esos arreglos que conducen irremediablemente a revivir aquellos años ochenta tan ingenuos y dotados de creatividad, ya tan lejanos en perspectiva. En ella, Michael se pronuncia acerca de una chica problemática por la que siente fascinación. Dispone este tema de una esencia funky que a mí, particularmente, me encandila. El único problema que le detecto a esta canción radica en que, a partir de los dos minutos y medio, Michael únicamente replica a la base instrumental con el exabrupto 'I love it!' y ello puede terminar tornándola un tanto insuficiente para su presentación a la audiencia, en el futuro. Creo que Michael se persuadió de que, para proseguir en la cima musical, debía aspirar a algo más, debiendo revolucionar el paradigma sónico más allá de la impronta legada hasta entonces. Fruto de ello, Bad. De todas formas, a ella le adjudico un NOTABLE.
4. Serious Effect (compuesta por Michael y Teddy Riley): conocida sobremanera por todos, prácticamente desde hacía más de una década. Otra pieza superlativa, que podría sin ningún tipo de reparo haber suplido a She Drives Me Wild o Can't Let Her Get Away en Dangerous. En mi opinión, esta canción contiene el más atinado fragmento de rap en la discografía de Michael, trenzado por LL Cool J. He tenido conocimiento de dos tomas: una, de 5:08; otra, de 5:25, aproximadamente. Yo me decanto, sin reservas, por la segunda. El desenlace, instrumental en solitario, sublime e incomparable. Deberían reservarla expresamente para Dangerous 25, sin ningún arreglo posterior que la arruina estrepitosamente. SOBRESALIENTE.
5. She Got It (descarte de Dangerous, al unísono que la precedente). De ella me extraña su comienzo tan estrafalario, con un Michael ensayando con su voz al compás de la percusión. Paulatinamente, y conforme se suceden los segundos, se rehace, va acomodándose a la misma, ultimándola de modo satisfactorio. Pero, en términos generales, y a pesar de sus cualidades, no se habría postulado como candidata a la inclusión final. BIEN.
6. Work That Body (de comienzos de los noventa -90/91, con Bryan Loren al frente). El sonido me remite, inconscientemente, a la banda sonora de cualquier espacio televisivo miscelánea -concurso, a la usanza del legendario Cifras y Letras-, tan idiosincrásico de comienzos de aquella década. A resaltar: la cacofonía, con sintetizadores, de expresiones tales como 'Eeeee...very...body', 'Suspicious', 'Pretentious', 'Ambitious'... y, por encima de lo anterior, de un Michael adulto reeditando el fragmento (a instancias de Loren) de la celebérrima canción ABC. No está mal, pero la categorizaría como tema de segundo rango. BIEN.
7. If You Don't Love Me: compuesta por el propio Michael, no la asocio a él, pues se incursiona en un registro musical hasta el momento desconocido en su andadura. Más bien podría ser descrita como una canción de The Rolling Stones de fines de los sesenta, en la etapa en la cual competían con The Beatles. Conforme voy revisitándola con mayor frecuencia, mi grado de estima hacia ella se incrementa. Pero pareciera inacabada, sobre todo, en su porción final. ¿La habría depurado, desde entonces? Me decepcionaría que no viera la luz en Dangerous 25, pues supondría uno de sus principales atractivos para el seguidor no necesariamente entusiasta de Jackson. NOTABLE.
8. Can't Get Your Weight Off of Me (un snippet de apenas unos segundos). De 2000, corresponde a Michael y a Bruce Swedien. Excluida de Invincible, a mí la base instrumental me encierra ciertos paralelismos con el tema Invincible, finalmente publicado, como todos saben, así como con las canciones presentes en la discografía de Britney Spears a fines de los noventa. No puedo evaluarla con una mayor dosis de prolija disección. Promete. BIEN.
9. I Am a Loser (con posterioridad, se tiene constancia de su cambio de título a I Was the Loser/The Loser). Muy conmovedora, de sus mejores facturas. Adopta un crescendo de intensidad que eriza la piel, culminando en la explosión final de un Michael desatado, el cual grita de furia y rabia ante la relación desvanecida referida en la letra. Unos coros angelicales de reputación intachable. Si la demo inicialmente perfilada obtuvo esa factura, ¿qué aguardar de su desarrollo posterior? SOBRESALIENTE.
10. Days in Gloucestershire/People of the World. Ambas recientemente captadas por filtración en la red, son, en resumidas cuentas, pistas down-tempo en las que, en una, se atisba el recogimiento del cantante ante el placer íntimo que le provoca su estancia en un entorno tan bucólico e idílico como el citado en el rótulo de la canción y, el segundo, otro anatema de apelación a la conciencia del planeta a permanecer todos unidos, sin distinción. Me congratulan los chasquidos vocales de Jackson al término de cada estrofa en People of the World, tan distintivamente reconocibles a lo largo de su carrera, pues le imprimen personalidad al conjunto de la canción. BIEN/NOTABLE.
11. I Have This Dream. De ella preservamos, lamentablemente, la instrumentación de la misma, pues, todo indica que no fue nunca grabada vocalmente hablando. Únicamente pueden inferirse los ecos del coro, los cuales balbucean de fondo. 'I have this dream, 'cause I believe...'. En 2002, se organizó un concurso entre seguidores, los cuales debían presentar sus sugerencias de letra a la misma. Una lástima que no disfrutemos de la edición final.
En 1993, y reorientándome de nuevo al juicio por plagio, cuando a Michael le interrogó el letrado por dos temas inéditos recogidos en su catálogo, su reacción indujo a pensar que, en esas dos canciones, se contiene dinamita pura, presta a ser paladeada por todos, al imperar la publicación de las mismas. En Tomboy, de las sesiones de Bad, y Michael McKellar, de Dangerous.
En fin. El tiempo, como en una ocasión emitió acertadamente Charles Chaplin, es el mejor autor, pues siempre encuentra un final perfecto. O, como Mahoma exclamara, no pasemos el tiempo soñando con el pasado y con el porvenir; estemos listos para vivir el momento presente.
Y en él siempre podremos terminar recurriendo a los múltiples e incontables temas, de impagable rúbrica, de Michael Jackson, oficialmente contenidos en su singladura musical, y en nuestro haber desde tiempo inmemorial.
Un cordial saludo a todos.