Hoy quiero hablar de la joyita semidesconocida de "To make my father proud". Una canción perteneciente al siempre infravalorado "Farewell my summer love". Quinto disco en solitario de Michael Jackson si asumimos el ordinal respecto a los lanzamientos de la Motown. Hablo aquí de la versión del disco, no del mix original que salió despues en el recopilatorio de "Soulstation".
Una canción con una armonia mas propia de una banda sonora de película, mas que de una canción comercial. Nos eleva con una orquestación creciente que empieza con una guitarra clásica llevando una melodia sencilla alrededor de la cual se construye toda la estrofa. La canción crecerá timidamente con esa melodia como epicentro a la que se sumarán pianos, contrabajo, bajo, y cuerdas en general. En el estribillo llega la batería para aupar el tono de Michael que se va viniendo arriba en el contexto de un estribillo largo y precioso.
Tras el primer estribillo, la canción se va vaciando dando lugar a un coro de niños imprevisible, impresionante y sorpresivo al que se suma el propio Michael para coronar el puente con una melodia estremecedora. Toda una declaración de principios en la letra. Michael lleva a la canción a su siguiente parte donde la armonia se desarrolla tranquila, tomandose su tiempo, mientras la voz se acomoda a ella como un guante. Nuestro Michael, recordemos, con 15 años, canta apasionadamente y va encarando cada frase como si tuviera una experiencia como cantante de 90 años. Escuchamos a un Michael en la cresta de la ola, encarando ademas el final no solo de la canción, sino tambien del disco. Una bateria mas poderosa y, sobre todo, unas cuerdas y unos coros, envuelven este momentazo donde mis oidos están ya cerca del orgasmo.
Las cuerdas y los coros celestiales responden a cada frase, mientras el cantante respira. No se sabe qué elemento en esta parte te hace estremecerte mas: si la voz cuando canta, o los coros y las cuerdas cuando Michael calla. La cuestion es que es en este punto donde se da una conjunción sonora que llevo días disfrutando como el obseso que soy.
Toda esta jugada maestra se remata con un Michael casi a capela, cuando la música vuelve con la misma melodía de la guitarra con la que daba comienzo. La canción se extingue a sí misma con un decrescendo mientras nuestro cerebro empieza a preguntarse "que ha pasado aquí?". Sensación que durará unos minutos hasta que consigamos salir de ese mundo en el que la canción nos ha sumergido.
Quiero agradecer de manera solemne a Larry Weiss y Bob Crewe por componer esta fantástica canción y al increible Michael Jackson que eleva la canción más allá de los placeres a los que estoy acostumbrado. Increible por otra parte que este disco sea un disco de "descartes". Por que personalmente, no solo esta canción, sino otras del mismo álbum me parecen de las mejores de la discografía de Michael Jackson de la etapa Motown.
Una canción con una armonia mas propia de una banda sonora de película, mas que de una canción comercial. Nos eleva con una orquestación creciente que empieza con una guitarra clásica llevando una melodia sencilla alrededor de la cual se construye toda la estrofa. La canción crecerá timidamente con esa melodia como epicentro a la que se sumarán pianos, contrabajo, bajo, y cuerdas en general. En el estribillo llega la batería para aupar el tono de Michael que se va viniendo arriba en el contexto de un estribillo largo y precioso.
Tras el primer estribillo, la canción se va vaciando dando lugar a un coro de niños imprevisible, impresionante y sorpresivo al que se suma el propio Michael para coronar el puente con una melodia estremecedora. Toda una declaración de principios en la letra. Michael lleva a la canción a su siguiente parte donde la armonia se desarrolla tranquila, tomandose su tiempo, mientras la voz se acomoda a ella como un guante. Nuestro Michael, recordemos, con 15 años, canta apasionadamente y va encarando cada frase como si tuviera una experiencia como cantante de 90 años. Escuchamos a un Michael en la cresta de la ola, encarando ademas el final no solo de la canción, sino tambien del disco. Una bateria mas poderosa y, sobre todo, unas cuerdas y unos coros, envuelven este momentazo donde mis oidos están ya cerca del orgasmo.
Las cuerdas y los coros celestiales responden a cada frase, mientras el cantante respira. No se sabe qué elemento en esta parte te hace estremecerte mas: si la voz cuando canta, o los coros y las cuerdas cuando Michael calla. La cuestion es que es en este punto donde se da una conjunción sonora que llevo días disfrutando como el obseso que soy.
Toda esta jugada maestra se remata con un Michael casi a capela, cuando la música vuelve con la misma melodía de la guitarra con la que daba comienzo. La canción se extingue a sí misma con un decrescendo mientras nuestro cerebro empieza a preguntarse "que ha pasado aquí?". Sensación que durará unos minutos hasta que consigamos salir de ese mundo en el que la canción nos ha sumergido.
Quiero agradecer de manera solemne a Larry Weiss y Bob Crewe por componer esta fantástica canción y al increible Michael Jackson que eleva la canción más allá de los placeres a los que estoy acostumbrado. Increible por otra parte que este disco sea un disco de "descartes". Por que personalmente, no solo esta canción, sino otras del mismo álbum me parecen de las mejores de la discografía de Michael Jackson de la etapa Motown.