Chicago, Estados Unidos (Febrero 2007).- Chimpancés del oeste africano utilizaban instrumentos de piedra para abrir frutas secas en tiempos prehistóricos, de acuerdo con un estudio divulgado ayer que indica que estos animales podrían haber utilizado esta tecnología durante miles de años.
El informe, publicado en el Proceedings of the National Academy of Sciences, es el primer estudio que presenta pruebas sólidas para apoyar la teoría de que la utilización de herramientas, vistas en algunas poblaciones de chimpancés, puede ser aún más remota.
La evidencia proviene del único asentamiento prehistórico de chimpancés conocido en el mundo, en la selva tropical húmeda de Tai, en Costa de Marfil.
Arqueólogos que se encontraban excavando el sitio el año pasado descubrieron "martillos" de piedra que datan de hace 4 mil 300 años.
Los investigadores compararon residuos microscópicos de almidón, encontrados en los implementos, con varias frutas secas que se sabe forman parte de la dieta de los chimpancés, pero no de los humanos.
Estudios posteriores mostraron que los martillos, rocas de forma irregular del tamaño de un melón, no podrían haber sido el resultado de la erosión natural y eran muy grandes para haber sido empleados por humanos.
El descubrimiento indica que este comportamiento de romper las frutas secas ha pasado por más de 200 generaciones de chimpancés en el bosque Tai.
"El material cultural de los chimpancés tiene una larga prehistoria, cuyas profundas raíces están recién comenzando a descubrirse", aseguraron los autores del estudio.
Las primeras observaciones del empleo de herramientas entre poblaciones de simios salvajes databan del Siglo 19, a pesar de que recién hace unas pocas décadas el tema ha sido objeto de serios estudios, con expertos en el tema que documentaron diferentes formas del uso de instrumentos entre las poblaciones de chimpancés africanos.
Este estudio no sólo demuestra que algunos chimpancés han desarrollado esta habilidad miles de años antes de lo que se pensaba, sino que también plantea la cuestión del momento en que estos primates adquirieron estas habilidades de romper frutos con rocas o usaron palos para "pescar" termitas.
Teoría polémica
Algunos científicos señalan que los chimpancés desarrollaron estas habilidades imitando a los humanos, pero hace 4 mil 300 años no existía la labranza en el sector del bosque de Tai, por lo que los animales no podrían haber copiado esas prácticas de aldeanos locales, aseguran los autores.
Los hechos muestran que los chimpancés o bien desarrollaron este comportamiento independientemente del hombre, o que tanto el hombre como los simios heredaron la práctica de un ancestro que vivió millones de años antes.
"El primer sitio arqueológico no humano de considerable antigüedad genera ideas interesantes sobre nuestra herencia común con los chimpancés", asegura Alison Brooks, profesora de antropología en la Universidad George Washington e investigadora asociada al Instituto Smithsonian en la capital estadounidense.
El descubrimiento también plantea la interrogante de por qué la capacidad de romper frutas secas es sólo vista en algunas poblaciones de chimpancés, afirma Michael Chazan, profesor de antropología en la Universidad de Toronto.
"¿Por qué y cómo este grupo de chimpancés mantuvo el comportamiento de romper frutas secas, mientras otros grupos de chimpancés que vivieron en lugares con la misma disponibilidad de frutas no lo hicieron?".
El estudio fue escrito por Julio Mercader, un arqueólogo de la Universidad de Calgary en Alberta (Canadá), con la ayuda de colaboradores de Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá.
El informe, publicado en el Proceedings of the National Academy of Sciences, es el primer estudio que presenta pruebas sólidas para apoyar la teoría de que la utilización de herramientas, vistas en algunas poblaciones de chimpancés, puede ser aún más remota.
La evidencia proviene del único asentamiento prehistórico de chimpancés conocido en el mundo, en la selva tropical húmeda de Tai, en Costa de Marfil.
Arqueólogos que se encontraban excavando el sitio el año pasado descubrieron "martillos" de piedra que datan de hace 4 mil 300 años.
Los investigadores compararon residuos microscópicos de almidón, encontrados en los implementos, con varias frutas secas que se sabe forman parte de la dieta de los chimpancés, pero no de los humanos.
Estudios posteriores mostraron que los martillos, rocas de forma irregular del tamaño de un melón, no podrían haber sido el resultado de la erosión natural y eran muy grandes para haber sido empleados por humanos.
El descubrimiento indica que este comportamiento de romper las frutas secas ha pasado por más de 200 generaciones de chimpancés en el bosque Tai.
"El material cultural de los chimpancés tiene una larga prehistoria, cuyas profundas raíces están recién comenzando a descubrirse", aseguraron los autores del estudio.
Las primeras observaciones del empleo de herramientas entre poblaciones de simios salvajes databan del Siglo 19, a pesar de que recién hace unas pocas décadas el tema ha sido objeto de serios estudios, con expertos en el tema que documentaron diferentes formas del uso de instrumentos entre las poblaciones de chimpancés africanos.
Este estudio no sólo demuestra que algunos chimpancés han desarrollado esta habilidad miles de años antes de lo que se pensaba, sino que también plantea la cuestión del momento en que estos primates adquirieron estas habilidades de romper frutos con rocas o usaron palos para "pescar" termitas.
Teoría polémica
Algunos científicos señalan que los chimpancés desarrollaron estas habilidades imitando a los humanos, pero hace 4 mil 300 años no existía la labranza en el sector del bosque de Tai, por lo que los animales no podrían haber copiado esas prácticas de aldeanos locales, aseguran los autores.
Los hechos muestran que los chimpancés o bien desarrollaron este comportamiento independientemente del hombre, o que tanto el hombre como los simios heredaron la práctica de un ancestro que vivió millones de años antes.
"El primer sitio arqueológico no humano de considerable antigüedad genera ideas interesantes sobre nuestra herencia común con los chimpancés", asegura Alison Brooks, profesora de antropología en la Universidad George Washington e investigadora asociada al Instituto Smithsonian en la capital estadounidense.
El descubrimiento también plantea la interrogante de por qué la capacidad de romper frutas secas es sólo vista en algunas poblaciones de chimpancés, afirma Michael Chazan, profesor de antropología en la Universidad de Toronto.
"¿Por qué y cómo este grupo de chimpancés mantuvo el comportamiento de romper frutas secas, mientras otros grupos de chimpancés que vivieron en lugares con la misma disponibilidad de frutas no lo hicieron?".
El estudio fue escrito por Julio Mercader, un arqueólogo de la Universidad de Calgary en Alberta (Canadá), con la ayuda de colaboradores de Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá.