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Furioso tras conocer con solo unos minutos de antelación que el tren que debía tomar no se detendría en la estación en la que esperaba, un hombre de negocios británico decidió aparcar su coche sobre la vía.
Los hechos se remontan al pasado 29 de septiembre y podrían salirle caros al irritado viajero. Su maniobra provocó ciertamente el resultado esperado: el convoy se detuvo en la pequeña estación de Berwick, cerca de Eastbourne (Al suroeste de Inglaterra), y Simon Taylor pudo subir en el tren con destino a Londres.
Ahora, se enfrenta a dos años de prisión en el próximo juicio del 17 de junio. "Fue increíblemente estúpido por mi parte, ha reconocido Simon Taylor, pero "actué bajo el impulso de la rabia y la frustración".
