Después de un doble atentado aéreo, la semana pasada, que causó noventa muertos, y la inmolación de una mujer chechena el martes en Moscú, con un balance de diez víctimas mortales y cerca de medio centenar de heridos, el terrorismo radical islámico remató ayer, miércoles, su faena tras el final de las vacaciones y el comienzo del curso protagonizando una nueva toma de rehenes a gran escala.
El escenario de la acción, en la que ya han perdido la vida nueve personas, es ahora la escuela número 1 de la localidad de Beslán, en la república norcaucásica de Osetia del Norte, fronteriza con Chechenia. Según distintos cálculos, en el interior del centro docente podría haber entre 200 y 400 personas, de ellas unos 132 niños de edades comprendidas entre los seis y los quince años.
Todos ellos, sus profesores y algunos padres que participaban en una ceremonia de apertura del curso están retenidos por una veintena de mujeres y hombres armados, vestidos de negro y con sus rostros ocultos tras un capuchón. Dicen llevar atados al cuerpo sendas bombas que harán explotar si las Fuerzas de Seguridad rusas se lanzan al asalto.
Fin a la guerra
Los secuestradores aseguran además haber minado todo el edificio de la escuela. Su principal reivindicación es que las tropas rusas pongan fin a la guerra en Chechenia y retiren sus efectivos de la república. El grupo armado, que exige también la puesta en libertad de todos aquellos que fueron condenados en Rusia por delitos de terrorismo, asegura pertenecer al "Riad as Salijiin" (batallón suicida islámico), cuyo líder es el jefe guerrillero Shamil Basáyev. Un destacamento de este mismo 'batallón' participó en junio en un ataque en Ingushetia, república también vecina de Chechenia, en el que perecieron un centenar de personas, en su mayoría policías locales.
Las primeras muertes
Todo comenzó ayer por la mañana, pasadas las nueve, mientras en la escuela tenía lugar un pequeño acto de bienvenida a los nuevos alumnos. Los terroristas llegaron a Beslán desde la región de Osetia de Mozdok, que linda con Chechenia, a bordo de dos vehículos, un turismo y una camioneta. De camino, en un puesto de control, secuestraron a un oficial de la Policía de tráfico que logró huir. Una vez frente al colegio, los asaltantes entraron a empellones en las aulas y en el salón de actos ordenando a todos los presentes permanecer en sus asientos sin moverse.
Se produjo entonces un forcejeo con los padres de algunos de los alumnos y con los guardias de seguridad de la escuela. Fue en ese momento cuando cayeron los primeros muertos, incluido uno de los secuestradores. Varias personas, presumiblemente familiares de los niños, murieron también bajo el fuego de los terroristas cuando, desde el exterior, intentaron acercarse al edificio de la escuela. Algunos de los cadáveres, continuaban ayer, a última hora, todavía tendidos en el suelo, ya que los tiradores del grupo rebelde apostados en las ventanas disparaban cada vez que alguien intentaba retirar los cuerpos de las personas abatidas. En total murieron ocho civiles y uno de los asaltantes.
Niños escudos
Aprovechando que los terroristas no habían aún tomado posiciones y gracias a la confusión reinante, unos cincuenta escolares consiguieron huir. Más tarde, los propios secuestradores liberaron a otros 15 niños, los más pequeños. Según testigos presenciales, el grupo terrorista colocó a varios pequeños junto a las ventanas a modo de escudos humanos. Los terroristas solicitaron inmediatamente la presencia de los presidentes de Osetia del Norte, Alexánder Dzasójov, e Ingushetia, Murat Ziázikov, así como también del conocido doctor Leonid Roshal, que ya actuó como mediador durante las crisis de los rehenes en el teatro Dubrovka de Moscú, el octubre de 2002.
Las conversaciones entre la célula de crisis creada al efecto y los secuestradores tuvieron lugar con la utilización de teléfonos móviles. Una de las advertencias hechas por el grupo terrorista fue que, por cada uno de ellos que muera si se produjese una refriega, asesinarán a cincuenta rehenes. Una fuerte explosión pudo oírse a comienzo de la tarde. Resulto ser una mina que una vaca pisó en el patio de la escuela. El presidente Vladímir Putin regreso a Moscú desde el balneario de Sochi y sigue ahora de cerca los acontecimientos en Osetia. A la zona han sido enviados los principales responsables de Interior y los servicios secretos.
--------------------
La noticia me ha dejado helada
Espero y deseo de todo corazón que no haya una perdida humana más,sobretodo de esos pequeñines que no tienen la culpa de nada :lloratris .