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La bebida lleva un diamante lo suficientemente visible como para que nadie se lo trague.
El legendario bar del hotel Algonquin de Nueva York, punto de encuentro de escritores y artistas como Dorothy Parker y Harpo Marx en los años 20, ha incorporado a su carta un cóctel que es probablemente el más caro del mundo, un Martini de 10.000 dólares, unos 7.500 euros.
El secreto de semejante precio, según informa el diario neoyorquino Daily News de este miércoles, radica en el "hielo": en vez de un cubito, el 'Martini on the Rock' del Algonquin lleva un diamante lo suficientemente visible como para que no acabe en el estómago del consumidor.
En el bar del Algonquin, según Anthony Melchiorri, director general del hotel, se "puede pasar el rato, charlar" e incluso "pedirle a alguien que se case contigo", explicó al diario.
Es necesario avisar con tres días de antelación para disfrutar de la bebida, que por lo demás no es más que un Martini con vodka Belvedere como los que podían enloquecer a la crítica literaria y escritora Dorothy Parker.
Según una cita usada por el Daily News en su nota, Parker afirmaba: "me gusta un Martini, dos como mucho. Con tres, acabo debajo de la mesa. Con cuatro, debajo del anfitrión".