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El afectado murió tras beber una cerveza que contenía una sustancia tóxica
OTR/PRESS-MADRID
La Audiencia de Barcelona ha condenado a la empresa Damm y a su compañía aseguradora a indemnizar con casi 150.000 euros a la esposa y dos hijos de un hombre que falleció en agosto de 1998 después de consumir una cerveza de esta marca que estaba en mal estado. El tribunal considera probado que el fallecimiento del hombre se produjo a consecuencia de alguna sustancia tóxica existente en el contenido de la botella y basa su decisión en el hecho de que existe «un enlace directo» entre la consumición de la cerveza y la muerte del hombre.
El triste final llegó para Juan Antonio A.F. el 1 de agosto de 1998, cuando bajó a desayunar, junto a su hermano y unos compañeros de trabajo, unos bocadillos de bacon con cerveza Estrella Dorada Damm en el bar de Federación Farmacéutica de Barcelona. La víctima notó un sabor raro a la bebida, le dio un sorbo a su hermano y decidieron devolverla al propietario del bar.
A pesar de que el fallecido no llegó a beber más cantidad de cerveza, al cabo de unas horas comenzó a encontrarse mal y a tener vómitos y diarreas. El hombre fue trasladado al Hospital de Badalona y posteriormente de Can Ruti «por el agravamiento de su estado». Siete días después de haber consumido la cerveza y «a pesar de todas las atenciones médicas que le fueron dispensadas», falleció el 8 de agosto del mismo año. La víctima murió «no por causas naturales, sino por un fracaso multiorgánico causado por una gastrointeritis, insuficiencia renal y coagulación vascular diseminada».
OTR/PRESS-MADRID
La Audiencia de Barcelona ha condenado a la empresa Damm y a su compañía aseguradora a indemnizar con casi 150.000 euros a la esposa y dos hijos de un hombre que falleció en agosto de 1998 después de consumir una cerveza de esta marca que estaba en mal estado. El tribunal considera probado que el fallecimiento del hombre se produjo a consecuencia de alguna sustancia tóxica existente en el contenido de la botella y basa su decisión en el hecho de que existe «un enlace directo» entre la consumición de la cerveza y la muerte del hombre.
El triste final llegó para Juan Antonio A.F. el 1 de agosto de 1998, cuando bajó a desayunar, junto a su hermano y unos compañeros de trabajo, unos bocadillos de bacon con cerveza Estrella Dorada Damm en el bar de Federación Farmacéutica de Barcelona. La víctima notó un sabor raro a la bebida, le dio un sorbo a su hermano y decidieron devolverla al propietario del bar.
A pesar de que el fallecido no llegó a beber más cantidad de cerveza, al cabo de unas horas comenzó a encontrarse mal y a tener vómitos y diarreas. El hombre fue trasladado al Hospital de Badalona y posteriormente de Can Ruti «por el agravamiento de su estado». Siete días después de haber consumido la cerveza y «a pesar de todas las atenciones médicas que le fueron dispensadas», falleció el 8 de agosto del mismo año. La víctima murió «no por causas naturales, sino por un fracaso multiorgánico causado por una gastrointeritis, insuficiencia renal y coagulación vascular diseminada».