Esta noche es el ultimo debate entre Bush y Kerry. Estan empatados en casi todas las encuestas, en algunas gana Kerry por poco... y ahora, resulta que votarle es pecado :llorando: :sacabo:
Bush pierde su ventaja en las encuestas a tres semanas de las presidenciales
La campaña demócrata denuncia el estreno de un documental muy crítico contra Kerry en una serie de televisiones controladas por el grupo conservador Sinclair
PEDRO RODRÍGUEZ. CORRESPONSAL/WASHINGTON.
La gran caldera que eleva la temperatura política en las elecciones presidenciales en Estados Unidos se alimenta en parte de las encuestas de intención de voto. El candidato con los mejores números suele obtener cobertura informativa más favorable, mayores donaciones, además de elevar la adrenalina de su partidarios.
Mientras, el rezagado en esta carrera de expectativas suele quedar expuesto a revisionismos, críticas y dudas. Al mismo tiempo, toda esta obsesión apodada como la «carrera de caballos» es cada vez más criticada por restar profundidad y relevancia al debate electoral.
Pero a sólo tres semanas de la cita con las urnas, y con un último debate presidencial previsto para la noche del miércoles en Arizona, las encuestas resultan casi inevitables a la hora de calibrar el decisivo pulso político entre George W. Bush y John F. Kerry. Especialmente cuando los más recientes sondeos confirman que el presidente ya no retiene la cómoda ventaja que disfrutaba al final del verano, detectándose un empate técnico dentro del margen de error de las últimas calas demoscópicas en las intenciones del electorado estadounidense.
Ante estas cifras cambiantes, pero cada vez con un margen de diferencia más reducido, la atención del proceso electoral se centra de forma inmediata en el tercer debate previsto en un campus universitario de Arizona para las tres de la madrugada del miércoles, hora de España. La última ocasión en que Bush y Kerry podrán defender simultáneamente sus candidaturas ante millones de espectadores. Con un formato tradicional que en principio no favorece al presidente, este definitivo cara a cara se centrará en cuestiones domésticas, sociales y económicas.
A juicio de los especialistas en encuestas electorales como el veterano John Zogby, los republicanos están mejorando su posición entre votantes jóvenes mientras que los demócratas avanzan en el segmento del voto femenino. Según Zogby, el último debate de Arizona «es vital porque en muchos subgrupos, Bush y Kerry permanecen casi empatados y porque muchos votantes independientes todavía no se han decidido por quién votar».
Zogby estima que al menos un 7 por ciento de los votantes dispuestos a participar se encuentran en la columna de indecisos. Bush, que por ahora viene encontrando sus mejores resultados en el sondeo diario del Washington Post, que ayer le otorgaba una ventaja de 6 puntos, cuenta con una sólida ventaja entre casados, familias militares, inversores y votantes ya registrados. En contraste, la base de Kerry se sitúa entre solteros, moderados, miembros de sindicatos y una cierta ventaja entre nuevos votantes.
Pesimismo económico
El más reciente sondeo Gallup para el diario Usa Today y la cadena CNN han detectado un aumento del pesimismo entre los electores sobre la marcha de la economía, la guerra en Irak y la lucha contra el terrorismo. Estos factores, junto a la no brillante actuación de Bush en los dos últimos debates televisados, estaría colocando a la candidatura del presidente en un vulnerable territorio con un índice de aprobación que ahora se situaría en un 47 por ciento, la cifra más baja desde julio e inferior al listón del 50 por ciento que desde la Segunda Guerra Mundial se considera como requisito mínimo para aspirar a un segundo mandato en la Casa Blanca.
En todos estos cálculos electorales destaca el peso del voto católico, que en EE.UU. representa un cuarto del electorado con una sólida pero decreciente tradición de respaldo al Partido Demócrata. Pero aunque este año uno de los dos contendientes a la Casa Blanca es católico (Kerry) y otro es protestante (Bush), algunos elementos conservadores de la jerarquía eclesiástica han empezado a pronunciarse públicamente a favor del candidato republicano, impulsados por cuestiones «no negociables» como las bodas «gay», las investigaciones con células madre letales y la legalidad del aborto en manos de un Tribunal Supremo cuya composición queda pendiente de los resultados que se produzcan el 2 de noviembre.
El arzobispo de Colorado, una de las jurisdicciones decisivas en este pulso electoral, ha argumentado en unas polémicas declaraciones al New York Times que los católicos que voten por Kerry en noviembre estarán cometiendo un pecado del que deberán confesarse antes de comulgar. Según el prelado Charles Chapul, «si uno vota de esta forma, ¿se está cooperando con el mal?
Debe confesarse
Y si uno sabe que está cooperando con el mal, ¿debe confesarse? La respuesta es que sí». Advertencias explicitas coreadas por otros prelados como el arzobispo Raymond Burke de Saint Louis (Missouri) o el arzobispo John Myers de Newark (Nueva Jersey).
Dentro de este reñido pulso electoral, el Partido Demócrata ha denunciado la próxima emisión de un documental anti-Kerry a través de una serie de estaciones de televisión controladas por el conservador grupo Sinclair. A los republicanos les ha faltado tiempo para recordar que ellos no han recurrido a pataletas públicas ni con el panfleto cinematográfico de Michael Moore, ni con la gira de conciertos pro-Kerry, ni con las falsas informaciones divulgadas por la CBS, ni con el corrosivo libro de la dinastía Bush publicado por Kitty Kelly.
abc.es
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:jajaja: Lo que hay que oir... Esta mañana en las noticias dijeron sobre esto, que votar a Kerry es votar al Diablo.
A mi no me hizo falta mas que ver los ojos que puso Bush mientras ensayaba su discurso para anunciar el inicio de la guerra de Irak, para saber quien es el diablo. :| (Se puede ver en Farenheit9/11 y se vio en las tv en directo cuando estaba pasando...)
Bush pierde su ventaja en las encuestas a tres semanas de las presidenciales
La campaña demócrata denuncia el estreno de un documental muy crítico contra Kerry en una serie de televisiones controladas por el grupo conservador Sinclair
PEDRO RODRÍGUEZ. CORRESPONSAL/WASHINGTON.
La gran caldera que eleva la temperatura política en las elecciones presidenciales en Estados Unidos se alimenta en parte de las encuestas de intención de voto. El candidato con los mejores números suele obtener cobertura informativa más favorable, mayores donaciones, además de elevar la adrenalina de su partidarios.
Mientras, el rezagado en esta carrera de expectativas suele quedar expuesto a revisionismos, críticas y dudas. Al mismo tiempo, toda esta obsesión apodada como la «carrera de caballos» es cada vez más criticada por restar profundidad y relevancia al debate electoral.
Pero a sólo tres semanas de la cita con las urnas, y con un último debate presidencial previsto para la noche del miércoles en Arizona, las encuestas resultan casi inevitables a la hora de calibrar el decisivo pulso político entre George W. Bush y John F. Kerry. Especialmente cuando los más recientes sondeos confirman que el presidente ya no retiene la cómoda ventaja que disfrutaba al final del verano, detectándose un empate técnico dentro del margen de error de las últimas calas demoscópicas en las intenciones del electorado estadounidense.
Ante estas cifras cambiantes, pero cada vez con un margen de diferencia más reducido, la atención del proceso electoral se centra de forma inmediata en el tercer debate previsto en un campus universitario de Arizona para las tres de la madrugada del miércoles, hora de España. La última ocasión en que Bush y Kerry podrán defender simultáneamente sus candidaturas ante millones de espectadores. Con un formato tradicional que en principio no favorece al presidente, este definitivo cara a cara se centrará en cuestiones domésticas, sociales y económicas.
A juicio de los especialistas en encuestas electorales como el veterano John Zogby, los republicanos están mejorando su posición entre votantes jóvenes mientras que los demócratas avanzan en el segmento del voto femenino. Según Zogby, el último debate de Arizona «es vital porque en muchos subgrupos, Bush y Kerry permanecen casi empatados y porque muchos votantes independientes todavía no se han decidido por quién votar».
Zogby estima que al menos un 7 por ciento de los votantes dispuestos a participar se encuentran en la columna de indecisos. Bush, que por ahora viene encontrando sus mejores resultados en el sondeo diario del Washington Post, que ayer le otorgaba una ventaja de 6 puntos, cuenta con una sólida ventaja entre casados, familias militares, inversores y votantes ya registrados. En contraste, la base de Kerry se sitúa entre solteros, moderados, miembros de sindicatos y una cierta ventaja entre nuevos votantes.
Pesimismo económico
El más reciente sondeo Gallup para el diario Usa Today y la cadena CNN han detectado un aumento del pesimismo entre los electores sobre la marcha de la economía, la guerra en Irak y la lucha contra el terrorismo. Estos factores, junto a la no brillante actuación de Bush en los dos últimos debates televisados, estaría colocando a la candidatura del presidente en un vulnerable territorio con un índice de aprobación que ahora se situaría en un 47 por ciento, la cifra más baja desde julio e inferior al listón del 50 por ciento que desde la Segunda Guerra Mundial se considera como requisito mínimo para aspirar a un segundo mandato en la Casa Blanca.
En todos estos cálculos electorales destaca el peso del voto católico, que en EE.UU. representa un cuarto del electorado con una sólida pero decreciente tradición de respaldo al Partido Demócrata. Pero aunque este año uno de los dos contendientes a la Casa Blanca es católico (Kerry) y otro es protestante (Bush), algunos elementos conservadores de la jerarquía eclesiástica han empezado a pronunciarse públicamente a favor del candidato republicano, impulsados por cuestiones «no negociables» como las bodas «gay», las investigaciones con células madre letales y la legalidad del aborto en manos de un Tribunal Supremo cuya composición queda pendiente de los resultados que se produzcan el 2 de noviembre.
El arzobispo de Colorado, una de las jurisdicciones decisivas en este pulso electoral, ha argumentado en unas polémicas declaraciones al New York Times que los católicos que voten por Kerry en noviembre estarán cometiendo un pecado del que deberán confesarse antes de comulgar. Según el prelado Charles Chapul, «si uno vota de esta forma, ¿se está cooperando con el mal?
Debe confesarse
Y si uno sabe que está cooperando con el mal, ¿debe confesarse? La respuesta es que sí». Advertencias explicitas coreadas por otros prelados como el arzobispo Raymond Burke de Saint Louis (Missouri) o el arzobispo John Myers de Newark (Nueva Jersey).
Dentro de este reñido pulso electoral, el Partido Demócrata ha denunciado la próxima emisión de un documental anti-Kerry a través de una serie de estaciones de televisión controladas por el conservador grupo Sinclair. A los republicanos les ha faltado tiempo para recordar que ellos no han recurrido a pataletas públicas ni con el panfleto cinematográfico de Michael Moore, ni con la gira de conciertos pro-Kerry, ni con las falsas informaciones divulgadas por la CBS, ni con el corrosivo libro de la dinastía Bush publicado por Kitty Kelly.
abc.es
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:jajaja: Lo que hay que oir... Esta mañana en las noticias dijeron sobre esto, que votar a Kerry es votar al Diablo. A mi no me hizo falta mas que ver los ojos que puso Bush mientras ensayaba su discurso para anunciar el inicio de la guerra de Irak, para saber quien es el diablo. :| (Se puede ver en Farenheit9/11 y se vio en las tv en directo cuando estaba pasando...)
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