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Discursos Inmortales

Gracias, por fin pude leerlo xD

Estaba bastante interesante... :feo:

Deberiamos preocuparnos menos por or al pasado o futuro, y vivir màs el presente...
 
:eek: Blubli... así que, lo leíste completo?. Sí que estaba interesante, verdad? :dime:

Es cierto, lo ideal es vivir más el presente!... aunque no quita el recordar lo anterior dado que de éso se aprende ni tampoco no planear lo futuro, se trata de no "quitarle concentración" al momento presente... y ése, es tooooooodo un proceso. Besines David y a seguir con los discursos que este tema da para mucho.
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Crissty dijo:
Es cierto, lo ideal es vivir más el presente!... aunque no quita el recordar lo anterior dado que de éso se aprende ni tampoco no planear lo futuro, se trata de no "quitarle concentración" al momento presente... y ése, es tooooooodo un proceso.
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Si te concentras y cuidas tu presente, no tendras un futuro porque preocuparte, ni un pasado que lamentar. :D
 
Última edición:
- DISCURSO DE CLARA CAMPOAMOR EN LAS CORTES -
1 De Octubre de 1931

Señores diputados: lejos yo de censurar ni de atacar las manifestaciones de mi colega, señorita Kent, comprendo, por el contrario, la tortura de su espíritu al haberse visto hoy en trance de negar la capacidad inicial de la mujer. Creo que por su pensamiento ha debido de pasar, en alguna forma, la amarga frase de Anatole France cuando nos habla de aquellos socialistas que, forzados por la necesidad, iban al Parlamento a legislar contra los suyos.


Respecto a la serie de afirmaciones que se han hecho esta tarde contra el voto de la mujer, he de decir, con toda la consideración necesaria, que no están apoyadas en la realidad. Tomemos al azar algunas de ellas. ¿Que cuándo las mujeres se han levantado para protestar de la guerra de Marruecos? Primero: ¿y por qué no los hombres? Segundo: ¿quién protestó y se levantó en Zaragoza cuando la guerra de Cuba más que las mujeres? ¿Quién nutrió la manifestación pro responsabilidades del Ateneo, con motivo del desastre de Annual, más que las mujeres, que iban en mayor número que los hombres?

¡Las mujeres! ¿Cómo puede decirse que cuando las mujeres den señales de vida por la República se les concederá como premio el derecho a votar? ¿Es que no han luchado las mujeres por la República? ¿Es que al hablar con elogio de las mujeres obreras y de las mujeres universitarias no está cantando su capacidad? Además, al hablar de las mujeres obreras y universitarias, ¿se va a ignorar a todas las que no pertenecen a una clase ni a la otra? ¿No sufren éstas las consecuencias de la legislación? ¿No pagan los impuestos para sostener al Estado en la misma forma que las otras y que los varones? ¿No refluye sobre ellas toda la consecuencia de la legislación que se elabora aquí para los dos sexos, pero solamente dirigida y matizada por uno? ¿Cómo puede decirse que la mujer no ha luchado y que necesita una época, largos años de República, para demostrar su capacidad? Y ¿por qué no los hombres? ¿Por qué el hombre, al advenimiento de la República, ha de tener sus derechos y han de ponerse en un lazareto los de la mujer?

Pero, además, señores diputados, los que votasteis por la República, y a quienes os votaron los republicanos, meditad un momento y decid si habéis votado solos, si os votaron sólo los hombres. ¿Ha estado ausente del voto la mujer? Pues entonces, si afirmáis que la mujer no influye para nada en la vida política del hombre, estáis –fijaos bien– afirmando su personalidad, afirmando la resistencia a acatarlos. ¿Y es en nombre de esa personalidad, que con vuestra repulsa reconocéis y declaráis, por lo que cerráis las puertas a la mujer en materia electoral? ¿Es que tenéis derecho a hacer eso? No; tenéis el derecho que os ha dado la ley, la ley que hicisteis vosotros, pero no tenéis el derecho natural fundamental, que se basa en el respeto a todo ser humano, y lo que hacéis es detentar un poder; dejad que la mujer se manifieste y veréis como ese poder no podéis seguir detentándolo.

No se trata aquí esta cuestión desde el punto de vista del principio, que harto claro está, y en vuestras conciencias repercute, que es un problema de ética, de pura ética reconocer a la mujer, ser humano, todos sus derechos, porque ya desde Fitche, en 1796, se ha aceptado, en principio también, el postulado de que sólo aquel que no considere a la mujer un ser humano es capaz de afirmar que todos los derechos del hombre y del ciudadano no deben ser los mismos para la mujer que para el hombre. Y en el Parlamento francés, en 1848, Victor Considerant se levantó para decir que una Constitución que concede el voto al mendigo, al doméstico y al analfabeto –que en España existe– no puede negárselo a la mujer. No es desde el punto de vista del principio, es desde el temor que aquí se ha expuesto, fuera del ámbito del principio –cosa dolorosa para un abogado–, como se puede venir a discutir el derecho de la mujer a que sea reconocido en la Constitución el de sufragio. Y desde el punto de vista práctico, utilitario, ¿de qué acusáis a la mujer? ¿Es de ignorancia? Pues yo no puedo, por enojosas que sean las estadísticas, dejar de referirme a un estudio del señor Luzuriaga acerca del analfabetismo en España.

Hace él un estudio cíclico desde 1868 hasta el año 1910, nada más, porque las estadísticas van muy lentamente y no hay en España otras. ¿Y sabéis lo que dice esa estadística? Pues dice que, tomando los números globales en el ciclo de 1860 a 1910, se observa que mientras el número total de analfabetos varones, lejos de disminuir, ha aumentado en 73.082, el de la mujer analfabeta ha disminuido en 48.098; y refiriéndose a la proporcionalidad del analfabetismo en la población global, la disminución en los varones es sólo de 12,7 por cien, en tanto que en las hembras es del 20,2 por cien. Esto quiere decir simplemente que la disminución del analfabetismo es más rápida en las mujeres que en los hombres y que de continuar ese proceso de disminución en los dos sexos, no sólo llegarán a alcanzar las mujeres el grado de cultura elemental de los hombres, sino que lo sobrepasarán. Eso en 1910. Y desde 1910 ha seguido la curva ascendente, y la mujer, hoy día, es menos analfabeta que el varón. No es, pues, desde el punto de vista de la ignorancia desde el que se puede negar a la mujer la entrada en la obtención de este derecho.

Otra cosa, además, al varón que ha de votar. No olvidéis que no sois hijos de varón tan sólo, sino que se reúne en vosotros el producto de los dos sexos. En ausencia mía y leyendo el diario de sesiones, pude ver en él que un doctor hablaba aquí de que no había ecuación posible y, con espíritu heredado de Moebius y Aristóteles, declaraba la incapacidad de la mujer.
A eso, un solo argumento: aunque no queráis y si por acaso admitís la incapacidad femenina, votáis con la mitad de vuestro ser incapaz. Yo y todas las mujeres a quienes represento queremos votar con nuestra mitad masculina, porque no hay degeneración de sexos, porque todos somos hijos de hombre y mujer y recibimos por igual las dos partes de nuestro ser, argumento que han desarrollado los biólogos. Somos producto de dos seres; no hay incapacidad posible de vosotros a mí, ni de mí a vosotros.
Desconocer esto es negar la realidad evidente. Negadlo si queréis; sois libres de ello, pero sólo en virtud de un derecho que habéis (perdonadme la palabra, que digo sólo por su claridad y no con espíritu agresivo) detentado, porque os disteis a vosotros mismos las leyes; pero no porque tengáis un derecho natural para poner al margen a la mujer.

Yo, señores diputados, me siento ciudadano antes que mujer, y considero que sería un profundo error político dejar a la mujer al margen de ese derecho, a la mujer que espera y confía en vosotros; a la mujer que, como ocurrió con otras fuerzas nuevas en la revolución francesa, será indiscutiblemente una nueva fuerza que se incorpora al derecho y no hay sino que empujarla a que siga su camino.
No dejéis a la mujer que, si es regresiva, piense que su esperanza estuvo en la dictadura; no dejéis a la mujer que piense, si es avanzada, que su esperanza de igualdad está en el comunismo. No cometáis, señores diputados, ese error político de gravísimas consecuencias. Salváis a la República, ayudáis a la República atrayéndoos y sumándoos esa fuerza que espera ansiosa el momento de su redención.

Cada uno habla en virtud de una experiencia y yo os hablo en nombre de la mía propia. Yo soy diputado por la provincia de Madrid; la he recorrido, no sólo en cumplimiento de mi deber, sino por cariño, y muchas veces, siempre, he visto que a los actos públicos acudía una concurrencia femenina muy superior a la masculina, y he visto en los ojos de esas mujeres la esperanza de redención, he visto el deseo de ayudar a la República, he visto la pasión y la emoción que ponen en sus ideales.

La mujer española espera hoy de la República la redención suya y la redención del hijo. No cometáis un error histórico que no tendréis nunca bastante tiempo para llorar; que no tendréis nunca bastante tiempo para llorar al dejar al margen de la República a la mujer, que representa una fuerza nueva, una fuerza joven; que ha sido simpatía y apoyo para los hombres que estaban en las cárceles; que ha sufrido en muchos casos como vosotros mismos, y que está anhelante, aplicándose a sí misma la frase de Humboldt de que la única manera de madurarse para el ejercicio de la libertad y de hacerla accesible a todos es caminar dentro de ella.

Señores diputados, he pronunciado mis últimas palabras en este debate. Perdonadme si os molesté, considero que es mi convicción la que habla; que ante un ideal lo defendería hasta la muerte; que pondría, como dije ayer, la cabeza y el corazón en el platillo de la balanza, de igual modo Breno colocó su espada, para que se inclinara en favor del voto de la mujer, y que además sigo pensando, y no por vanidad, sino por íntima convicción, que nadie como yo sirve en estos momentos a la República española.

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Bueno, para quien no sepa quién fue Clara Campoamor y haya pasado de leer el texto porque es largo :p , se trata de un apasionado discurso abogando por el derecho al voto femenino. En las elecciones de 1933, las mujeres pudieron votar por primera vez en España. :y:
Lástima que tras las elecciones de 1936 y el inicio de la dictadura, se aboliera cualquier gesto democrático y nadie volviera a hacerlo hasta 1977.
 
Mi favorito es el de Chaplin, cuando lo ví en la película, se me llenaron los ojos de lágrimas :lloratris es tan profundo! Sigan poniendo mas chicos!

Yo quiero ver el de Axl :dime:
 
Contribuyo al post aunque no haya leido todos los discursos, lo admito.

El siguiente discurso es el pronunciado por el Jefe Seattle, Gran Jefe de los Duwamish, en Washington, cuando el presidente Franklin Pierce, les instó a venderles sus tierras y mandarlos a la reserva.



"Vamos a considerar su oferta, porque sabemos que si no se la vendemos, quizá el hombre blanco venga con sus armas y se apodere de nuestra Tierra. ¿Quién puede comprar o vender el Cielo o el calor de la Tierra?

No podemos imaginar esto si nosotros no somos dueños del frescor del aire, ni del brillo del agua...

Mis palabras son como las estrellas, nunca se extinguen. Cada parte de esta tierra es sagrada para mi pueblo, cada brillante aguja de un abeto, cada playa de arena, cada niebla en el oscuro bosque, cada claro del bosque, cada insecto que zumba es sagrado, para el pensar y el sentir de mi pueblo.

Nosotros somos una parte de la Tierra, y ella es una parte de nosotros. Las olorosas flores son nuestras hermanas, el ciervo, el caballo, la gran águila, son nuestros hermanos.
Si decidiese aceptar vuestra oferta, tendré que poneros una condición, que el "hombre blanco" considere a los animales de esta tierra como hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida.

Si vendiésemos nuestra tierra tenéis que acordaros, y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos -y los vuestros-, y que tendréis desde ahora que dar vuestros bienes a los ríos, así como a otros de vuestros hermanos...

No sé, pero nuestra forma de ser, es diferente de la vuestra.
La vista de vuestras ciudades hace daño a los ojos del Piel Roja.
Quizá porque el Piel Roja es un salvaje y no lo comprende.

No hay silencio alguno en las ciudades de los blancos, no hay ningún lugar donde se pueda oír crecer las hojas en primavera y el zumbido de los insectos.
Trata a su madre, la Tierra, y a su hermano, el Cielo, como cosas que se pueden comprar y arrebatar, y que se pueden vender...

Pero quizá es porque yo sólo soy un salvaje, y no entiendo nada.

El indio puede sentir el suave susurro del viento, que sopla sobre la superficie del lago, y el soplo del viento limpio por la lluvia matinal, o cargado de la fragancia de los pinos...

El aire es de gran valor para el Piel Roja, pues todas las cosas participan del mismo aliento: el animal, el árbol, el hombre, todos participan del mismo aliento.

Pero si os vendemos nuestra Tierra no olvidéis que tenemos el aire en gran valor; que el aire comparte su espíritu con la vida entera.
El viento dió a nuestros padres el primer aliento, y recibe de él su último hálito. Y el viento también insuflará a nuestros hijos la vida.

Y si os vendiéramos nuestra Tierra, tendríais que cuidarla como un tesoro, como un lugar donde también el hombre blanco sepa que el viento sopla suavemente sobre las flores de la pradera.

"Yo soy un salvaje, y es así como entiendo las cosas"


Gran Jefe Seattle, washington DC, 1855.
 
este tema es muy interesante!! a mi enseguida me vino a la mente el de martin luther king,x que es una de las personas que mas admiro,me dio mucho gusto encontrarlo.

tambien el de gandhi,y el de chaplin me ha sorprendido gratamente

todos me han parecido interesantes
 
En lo personal el siguiente discurso es uno que me estremece, no sólo por las letras que aquí están estampadas, sino en la forma de decirlo, con la pasión, convicción y amor empleados a la vez...




"Queridos jóvenes de Chile:

He deseado vivamente este encuentro que me ofrece la oportunidad de comprobar en directo vuestra alegría, vuestro cariño, vuestro anhelo de una sociedad más conforme a la dignidad propia del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios (cf. Gén. 1, 26). Sé que son éstas las aspiraciones de los jóvenes chilenos y por ello doy gracias a Dios.


He leído vuestras cartas y escuchado con gran atención y conmoción vuestros testimonios, en los que ponéis de manifiesto no sólo las inquietudes, problemas y esperanzas de la juventud chilena en las diversas regiones, ambientes y condiciones sociales. Habéis querido exponer lo que pensáis sobre nuestra sociedad y nuestro mundo, indicando los síntomas de debilidad, de enfermedad y hasta de muerte espiritual. Es cierto: nuestro mundo necesita una profunda mejoría, una honda resurrección espiritual.


Aunque el Señor lo sabe todo, quiere que, con la misma confianza de aquel jefe de la sinagoga, Jairo —que cuenta la gravedad del estado de su hija: 'Mi niña está en las últimas' (Mc. 5, 23)—, le digamos cuáles son nuestros problemas, todo lo que nos preocupa o entristece. Y el Señor espera que le dirijamos la misma súplica de Jairo, cuando le pedía la salud de su hija: 'Ven, pon las manos sobre ella, para que se cure'. Os invito pues a que os unáis a mi oración por la salvación del mundo entero, para que todos los hombres resuciten a una vida nueva en Cristo Jesús, en Chile, en todo el mundo. No se puede morir. Hay que rezar para vencer la muerte. Se debe rezar para una nueva vida en Cristo Jesús. Él es la Vida. Él es la Verdad. El Futuro Depende de Vosotros


Deseo recordaros que Dios cuenta con los jóvenes y las jóvenes de Chile para cambiar este mundo. El futuro de vuestra patria depende de vosotros. Vosotros mismos sois un futuro, el cual se configurará como presente según se configuren ahora vuestras vidas. En la carta que dirigí a los jóvenes y a las jóvenes de todo el mundo con ocasión del Año Internacional de la Juventud, os decía: 'De vosotros depende el futuro, de vosotros depende el final de este milenio y el comienzo del nuevo. No permanezcáis pues pasivos: asumid vuestras responsabilidades en todos los campos abiertos a vosotros en nuestro mundo'. Ahora, en este estadio, lugar de competiciones, pero también de dolor y sufrimiento en épocas pasadas, quiero volver a repetir a los jóvenes chilenos: ¡asumid vuestras responsabilidades! Estad dispuestos, animados por la fe en el Señor, a dar razón de vuestra esperanza (Cf. Pe 3, 15).


Vuestra mirada atenta al mundo y a las realidades sociales, así como vuestro genuino sentido crítico que os ha de llevar a analizar y valorar juiciosamente las condiciones actuales de vuestro país, no pueden agotarse en la simple denuncia de los males existentes. En vuestra mente joven han de nacer, y también ir tomando forma, propuestas de soluciones, incluso audaces, no sólo compatibles con vuestra fe, sino también exigidas por ella. Un sano optimismo cristiano robará de este modo el terreno al pesimismo estéril y os dará confianza en el Señor.


¿Cuál es el motivo de vuestra confianza? Vuestra fe, el reconocimiento y la aceptación del inmenso amor que Dios continuamente manifiesta a los hombres: 'Un Padre que nos ama a cada uno desde toda la eternidad, que nos ha creado por amor y que tanto nos ha amado hasta entregar a su Hijo Unigénito para perdonar nuestros pecados, para reconciliarnos con El, para vivir con El una comunión de amor que no terminará jamás'. (Mensaje a los jóvenes, 30 de noviembre, 1986, n. 2). Sí, Jesucristo muerto y resucitado es para nosotros la prueba definitiva del amor de Dios por todos los hombres. Jesucristo, "el mismo ayer y hoy y por los siglos" (Heb. 13, 8), continúa mostrando por los jóvenes el mismo amor que describe el Evangelio cuando se encuentra con un joven o una joven. Así podemos contemplarlo en la lectura bíblica que hemos escuchado: la resurrección de la hija de Jairo, la cual —puntualiza San Marcos— 'tenía doce años' (Mc. 5, 42).


El amor que Jesús siente por los hombres, por nosotros, le impulsa a ir a la casa de aquel jefe de la sinagoga. Todos los gestos y las palabras del Señor expresan ese amor. Quisiera detenerme particularmente en esas palabras textuales recogidas de labios de Jesús: 'La niña no está muerta, sólo duerme'. Estas palabras profundamente reveladoras me llevan a pensar en la misteriosa presencia del Señor de la vida en un mundo que parece como si sucumbiera bajo el impulso desgarrador del odio, de la violencia y de la injusticia; pero, no.


Este mundo, que es el vuestro, no está muerto, sino adormecido. En vuestro corazón, queridos jóvenes, se advierte el latido fuerte de la vida, del amor de Dios. La juventud no está muerta cuando está cercana al Maestro y vosotros estáis cercanos a Jesús. Os he escuchado en todas vuestras oraciones. Todos lo quieren. Todos lo buscan. Todos lo pueden encontrar. De la fe en el amor de Cristo por los jóvenes nace el optimismo cristiano que manifestáis también en este encuentro, también en las situaciones difíciles.


¡Sólo Cristo puede dar la verdadera respuesta a todas vuestras dificultades! El mundo está necesitado de vuestra respuesta personal a las palabras de vida del Maestro: 'Contigo hablo, levántate'. Estamos viendo cómo Jesús sale al paso de la humanidad, en las situaciones más difíciles y penosas. El milagro realizado en casa de Jairo nos muestra su misericordia, su poder sobre el mal. Es el Señor de la vida, el vencedor de la muerte.


(.....)

Amados jóvenes. Luchad con denuedo contra el pecado, contra las fuerzas del mal en todas sus formas. Combatid el buen combate de la fe por la dignidad del hombre, por la dignidad del amor, por una vida noble, de hijos de Dios. Vencer el pecado mediante el perdón de Dios es una curación, es una resurrección. Hacedlo con plena conciencia de vuestra responsabilidad irrenunciable. Si penetráis en vuestro interior descubriréis sin duda defectos, anhelos de bien no satisfechos, pecados, pero igualmente veréis que duermen en vuestra intimidad fuerzas no actuadas, virtudes no suficientemente ejercitadas, capacidades de reacción no agotadas.


Es Necesario Despertar las Aspiraciones Justas ¡Cuántas energías hay como escondidas en el alma de un joven o de una joven! ¡Cuántas aspiraciones justas y profundos anhelos que es necesario despertar, sacar a la luz! Energías y valores que muchas veces los comportamientos y presiones que vienen de la secularización asfixian y que sólo pueden despertar en la experiencia de fe, experiencia de Cristo vivo, muerto y resucitado.


(....)

Si tratáis a Cristo, oiréis también vosotros en lo más íntimo del alma los requerimientos del Señor, sus insinuaciones continuas. Jesús continúa dirigiéndose a vosotros y repitiéndoos: 'Contigo hablo, levántate' (Mc. 5, 41), especialmente cada vez que no seáis fieles con las obras a quien profesáis con los labios.


Cómo Construir un Chile Más Fraterno

Si lucháis por llevar a la práctica este programa de vida enraizado en la fe y en el amor a Jesucristo, seréis capaces de transformar la sociedad, de construir un Chile más humano, más fraterno, más cristiano. Todo ello parece quedar resumido en la escueta frase del relato evangélico: 'se puso en pie inmediatamente y echó a andar' (Mc. 5, 42).


Con Cristo también vosotros caminaréis seguros y llevaréis su presencia a todos los caminos, a todas las actividades de este mundo, a todas las injusticias de este mundo. Con Cristo lograréis que vuestra sociedad se ponga a andar recorriendo nuevas vías, hasta hacer de ella la nueva civilización de la verdad y del amor, anclada en los valores propios del Evangelio y principalmente en el precepto de la caridad. El precepto que es el más divino y más humano.


Rechazar Ideologías de Violencia

Cristo nos está pidiendo que no permanezcamos indiferentes ante la injusticia, que nos comprometamos responsablemente en la construcción de una sociedad más cristiana, de una sociedad mejor. Para esto es preciso que alejemos de nuestra vida el odio; que reconozcamos como engañosa, falsa, incompatible con su seguimiento, toda ideología que proclame la violencia y el odio como remedios para conseguir la justicia.

El amor vence siempre, como Cristo ha vencido... aunque en ocasiones, ante sucesos y situaciones concretas, pueda parecemos... impotente.Cristo "parecía" impotente en la cruz... Dios siempre puede más.

(.....)


Construir un País en Paz

Joven, levántate y participa, junto con muchos miles de hombres y mujeres en la Iglesia, en la incansable tarea de anunciar el Evangelio, de cuidar con ternura a los que sufren en esta tierra y buscar maneras de construir un país justo, un país en paz. La fe en Cristo nos enseña que vale la pena trabajar por una sociedad más justa, que vale la pena defender al inocente, al oprimido y al pobre, que vale la pena sufrir para atenuar el sufrimiento de los demás.


¡Joven, levántate! Estás llamado a ser un buscador apasionado de la verdad, un cultivador incansable de la bondad, un hombre o una mujer con vocación de santidad. Que las dificultades que te toca vivir no sean obstáculo a tu amor y generosidad sino un fuerte desafío. No te canses de servir, no calles la verdad, supera tus temores, se consciente de tus propios límites personales. Tienes que ser fuerte y valiente, lúcido y perseverante en este largo camino.


No te dejes seducir por la violencia y las mil razones que aparentan justificarla. Se equivoca el que dice que pasando por ella se logrará la justicia y la paz.


Joven, levántate, ten fe en la paz, tarea ardua, tarea de todos. No caigas en la apatía frente a lo que parece imposible. En ti se agitan las semillas de la vida para el Chile del mañana. El futuro de la justicia y de la paz pasa por tus manos y surge desde lo profundo de tu corazón. Se protagonista en la construcción de una nueva convivencia, de una sociedad más justa, sana y fraterna.

(....) Poned también vosotros bajo su protección la navegación de vuestra vida joven, no exenta de dificultades, y ella os llevará al puerto de la vida verdadera".



Discurso P. Juan Pablo II a los jóvenes en el Estadio Nacional, el jueves 2 de abril de 1987.


Aquí pueden ver un resumen breve de dicho discurso en video... lo recomiendo!
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Bueno, "resucito" este post porque quería compartir un discurso que encontré, es de la Beata Madre Teresa de Calcuta, Fundadora de las Misioneras de la Caridad en el IV Congreso sobre la Reconciliación en Tiempos de Pobreza y Violencia. Lima-Perú 1989.

Leemos en el Evangelio que Dios amó tanto al mundo que envió a su Hijo a través de la Santísima Virgen María. Ella, al recibir a Jesús, fue de prisa a servir a su prima Isabel, primer acto de tierno amor de María hacia nosotros. Algo fuera de lo común sucedió cuando Nuestra Señora entro a la casa de Isabel: el niño aún no nacido saltó de gozo ante la presencia de Jesús. Muy extraño que Dios usase a un niño no nacido para proclamar la venida de Cristo. Sabemos las cosas que les están sucediendo a los niños no nacidos. ¡Como sus propias madres termina con la vida de ellos! El aborto se ha vuelto hoy el más grande destructor de la paz, del amor, de la verdad.

Pidámosle a Nuestra Señora, nuestra Madre, que nos dé un corazón lleno de amor, un corazón inmaculado, un corazón puro, un corazón lleno de humildad para que podamos recibir a Jesús, el Pan de Vida, amarlo como Ella lo ama a El, y seguirlo en su presencia oculta, en el más pobre de los pobres. Démosle gracias por su gran don de poder estar aquí todos juntos hoy día.



Leemos algo muy bello. La Biblia nos dice: "aunque tu madre se olvidase de ti, yo no podría hacerlo, pues te tengo grabado en la palma de mi mano". Jesús vino a traernos la Buena Nueva: ¡que Dios es amor!, ¡que El nos ama! ¡y que desea que nos amemos los unos a los otros como el nos ama! Jesús vino al mundo y nació como uno de nosotros, igual en todo excepto en el pecado. Para hacernos fácil el amor que debemos tener los unos a los otros, Jesús nos ha dicho: "lo que hagan por el más pequeño de los míos me lo hacen a mí". "Si dan un vaso de agua en mi nombre, a mí me lo dan, si ustedes reciben a un niño pequeño en mi nombre, me reciben a mí", y si hacemos eso Jesús nos dice: "vengan, benditos en mi Padre, y posean el Reino de Dios", "porque tuve hambre y me dieron de comer, no tenía mantas y me vistieron, no tuve hogar y me acogieron".

Y el hambre no es solamente de pan. ¡El hambre es de amor, de reconciliación! ¡Es tan hermoso saber que podemos amarnos unos a otros con el corazón puro, perdonando cada uno al otro! Jesús nos ha dicho algo muy bello: "Sus muchos pecados le han sido perdonados porque ha amado mucho". Si en verdad queremos tener reconciliación, tenemos que perdonarnos unos a toros, porque el perdonar nos da un corazón puro, y el que tiene el corazón puro puede ver a Dios y puede amar con un amor puro como Dios nos ama.

Para enseñarnos lo bello que es el perdón, Jesús nos ha enseñado el Padrenuestro: "Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden". La primera reconciliación la tenemos que hacer con Dios; su amor y su paz nos darán el coraje que necesitamos para reconciliarnos unos con otros y vivir en su amor. Por eso es muy importante la oración, porque el fruto de la oración es la fe, y el fruto de la fe es el amor, y el fruto del amor es el servicio y el fruto del servicio es la paz. Los actos de amor son siempre actos de paz. ¿Y dónde empieza este amor? En nuestra propia familia ¿Y cómo empieza? Rezando juntos. La familia que ora junta, permanece unida, y si permanece unida se amarán unos a otros como Dios los ama, y este amor los hará fuertes para poder amarse como Dios los ama.

Hace un tiempo, dos jóvenes vinieron a nuestra casa y me dieron bastante dinero. Yo les pregunté: "¿Dónde consiguieron tanto dinero?" Ellos dijeron: "Hace dos días nos casamos, y antes del matrimonio decidimos que no tendríamos trajes nupciales, ni celebraciones y le hemos traído el dinero". Y yo les pregunté "¿Cómo es que han hecho eso?" Y me dijeron: "Nos amamos tanto que queríamos compartir el gozo de nuestro amor con los pobres a los que ustedes sirven". ¿Alguna vez han experimentado el gozo de amar dando hasta que duela?

Hace una semanas, antes de venir, un señor llegó a nuestra casa con su pequeño hijo. Y el señor me dijo: "Mi hijo la quiere mucho a usted, Madre Teresa, y durante un mes no ha gastado su propina porque quiere hacerle un regalo para los pobres a los que usted ama tanto". Y el señor me dijo luego: "Me siento tan avergonzado delante de mi hijo. Yo también la quiero a usted, por eso he decidido que voy a dejar de fumar por un mes, no voy a beber por un mes y le voy a dar ese dinero a usted". Aquí están un padre y un niño juntos ofreciendo su amor en acción. No se trata de cuánto demos, sino de cuánto amor ponemos en lo que damos. Es por eso que es importante orar. Es importante tener un corazón limpio, porque un corazón limpio estará siempre lleno de amor, y el amor no puede mantenerse sin ser usado, tiene que transformarse en acción.
Como ustedes saben, nuestra congregación está completamente dedicada a servir a los más pobres de los pobres. La meta de nuestra congregación es saciar la sed de Jesús en la Cruz dando amor a los pobres, trabajando por la salvación y la santificación de los más pobres de los pobres. Es algo muy hermoso conocer y amar al pobre. Por eso es necesario conocerlos, amarlos y servirlos. Para poder lograrlo es necesario acercarnos y compartir con ellos el gozo del Amor.

No se si ustedes saben que en Lima tenemos una casa para los enfermos, los lisiados, los que no son amados, los abandonados; nos daría mucho gusto si alguna vez ustedes fuesen y compartiesen un poco de ese amor con ellos; son gente muy linda. Recientemente, hemos abierto casas para personas que sufren de SIDA; la mayoría de ellos son gente joven. Y la mayoría de ellos uno a uno muere, pero tienen una muerte muy hermosa, en paz con Dios. Un joven estuvo agonizando por tres días y no podía morir. La hermana le preguntó: "¿Qué cosa es lo que te preocupa?, ¿qué te duele?, ¿qué cosa es lo que te impide morir? Yo deseo ayudarte". Y el joven respondió. "Hermana, no puedo morir hasta que no le haya pedido perdón a mi padre". La hermana averiguó donde vivía el padre y lo trajo por avión a donde su hijo estaba. Fue una hermosa y viva realidad de la parábola del hijo pródigo. El padre que abraza a su hijo y perdona y el hijo que pide perdón: una viva reconciliación. Fue emocionante y reconfortante ver al joven encontrarse con la muerte lleno de paz con Dios. Oremos por estos jóvenes para que se pueda encontrar la medicina que los sane, pero especialmente oremos para que encuentren el coraje que necesitan para estar en paz con el Padre.

Quisiera pedirles que en esta linda ciudad de Lima no se encuentre un hombre, una mujer o un niño que no se sienta amado. Si alguna vez encuentran personas así abandonadas, que no tuvieran quien las sane, por favor, les pido que pongan su amor en acción y las lleven a las hermanas, donde serán muy bien atendidas y serán bien amadas.

También quiero agradecerles a los padres que nos han entregado a sus hijos para ser sacerdotes, sus hijas para ser vírgenes consagradas. Hasta ahora hemos sido bendecidas con muchas vocaciones pero siempre necesitamos más. Rezaré por ustedes para que en este amor que se tiene unos a otros crezcan en santidad; la santidad no es el lujo de unos cuantos, sino que es un deber sencillo para cada uno de nosotros, porque hemos sido creados a imagen de Dios, para amar y ser amados, y si queremos crecer en esa santidad, tengamos a Jesús en nuestros corazones y creceremos en amor y unidad.

Cuando vemos la Cruz, sabemos cuanto nos ama Jesús; cuando miramos el tabernáculo, sabemos cuanto nos ama Jesús ahora; por eso es que les pido que le pidan a sus párrocos que les den el gozo de la adoración al Santísimo, siquiera una hora a la semana, donde puedan acercarse en familia, en paz y en amor a gozarse del amor. La paz, el amor y el gozo permanecerán en Lima si oramos unos por los otros. Que Dios los bendiga.
 
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