Chávez lucha por retomar control petróleo venezolano
Por Magdalena Morales
CARACAS 13 dic (Reuters) - El presidente Hugo Chávez intentaba el jueves reanudar las exportaciones petroleras de Venezuela para quebrar un paro general que en 11 días ha puesto en una "situación de guerra" al quinto exportador mundial de crudo, según el gobierno.
En un nuevo esfuerzo por romper el paro, Chávez despidió a cuatro gerentes petroleros líderes de la protesta y otorgó plenos poderes al presidente de la poderosa Petróleos de Venezuela (PDVSA), Alí Rodríguez, para reorganizarla, lo que fue calificado por empleados como un "duro golpe".
Líderes empresariales, sindicales y políticos de oposición anunciaron el jueves la extensión de la protesta a un décimosegundo día y agregaron que la mantendrán hasta lograr el "objetivo" de que Chávez dimita y sean convocadas elecciones.
Horas antes, trabajadores rebeldes de PDVSA decidieron en una asamblea rechazar los despidos de sus líderes y no volver a sus labores hasta que se resuelva la crisis política.
El "paro cívico", que mantiene parcialmente cerrados los comercios y causó la suspensión de vuelos locales, ha impedido las ventas de crudo y productos al exterior, que representan el 80 por ciento de los ingresos por exportaciones de la nación.
Antes de la huelga, Venezuela exportaba 2,7 millones de barriles por día (bpd) de crudo, pero su producción se ha reducido a un tercio por problemas de almacenamiento.
El ministro de Planificación, Felipe Pérez, declaró el jueves que el paro petrolero es un "chantaje". "Estamos en una situación de guerra porque estamos siendo atacados, saboteados en la industria petrolera", dijo en un programa de televisión.
El apoyo de los empleados petroleros a la protesta se ha convertido en una pieza clave para medir las fuerzas entre el gobierno y la oposición, que mantienen negociaciones bajo el auspicio de la OEA en pro de una salida electoral a la crisis.
RIESGOS DE VIOLENCIA EN LAS CALLES
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, dijo el jueves que "las partes no están cerca de encontrar una solución".
El oficialismo insiste en que una salida pasa por renovar el poder electoral y bajar el ambiente de conflictividad y de violencia, pero se niega a fijar una fecha para unas elecciones anticipadas, como lo reclama la oposición.
Las diferencias también son sensibles en la calle, donde el jueves en la noche pequeños grupos de ambos bandos se enfrentaron a gritos, pedradas y petardos en una plaza en el centro de Caracas, antes de ser separados por la Guardia Nacional y la policía con gases lacrimógenos y perdigones.
Los hechos sucedieron mientras la oposición volvió a hacer sonar sus cacerolas en apoyo al paro, como lo ha hecho diariamente desde el inicio de la protesta el 2 de diciembre.
"Si no encontramos una solución en la mesa, pues la calle va a ser el escenario. Eso trae enormes riesgos de violencia", advirtió Gaviria.
Chávez, un teniente coronel retirado de 47 años con casi cuatro en el poder y sobreviviente de un breve golpe militar en abril, ha dicho que no va a renunciar y asegura contar con el apoyo de la mayoría del pueblo al que llama "el soberano".
Sin embargo, un sondeo en agosto reveló que la popularidad del mandatario bajó entre los más pobres, donde está la mayoría de sus adeptos, por incumplir promesas de mejorar sus niveles de vida y por la agudización de la crisis económica y política.
Los enemigos de Chávez lo acusan de haber sembrado, con un discurso izquierdista y de confrontación, el odio y una división de clases en la nación de 23 millones de habitantes.
La crisis también ha tocado a la Fuerza Armada Nacional (FAN), donde algunos de sus oficiales --la mayoría acusados por participar en el alzamiento de abril-- han denunciado una profunda politización de la institución.
Varias decenas de oficiales, sin manejo de tropas, se declararon en "desobediencia legítima" y desde el 22 de octubre permanecen con civiles en una plaza del este de Caracas.
El coronel de Ejército Aguedo Rogelio D'Hoy, un ex jefe de inteligencia militar, denunció el jueves que sentía "vergüenza" de que la FAN protegiera a criminales y bandas armadas que presuntamente actúan a nombre de la "revolución" de Chávez, quien antes de ganar en unas elecciones en 1998 por amplia mayoría encabezó en 1992 un fallido golpe de Estado.
El oficial lanzó las denuncias junto con su hermano, un mayor activo y con cargo administrativo, quien hizo acusaciones de actividades irregulares en las filas militares, presuntamente cometidas por oficiales leales al presidente.
Chávez ha sostenido que tiene el apoyo de la FAN, que está comprometida con la Constitución y no se dejará chantajear por los conspiradores que quisieron deponerlo hace ocho meses.
EN PIE DE LUCHA HASTA QUE CHAVEZ SALGA
El mandatario insiste en que la acción de fuerza de los petroleros es un intento por repetir los hechos de abril, cuando una huelga que fue llamada para apoyar un conflicto de los trabajadores de PDVSA precedió al breve derrocamiento.
Uno de los gerentes rebeldes, Juan Fernández, dijo que los empleados se mantendrán sin laborar "hasta tanto se produzca la renuncia del presidente de la República".
"Acordamos mantenernos en paro cívico activo hasta tanto se produzca el llamado a elecciones", expresó en una asamblea de trabajadores en la que recibió un unánime respaldo. Fernández es uno de los gerentes que fue despedido de PDVSA el jueves.
La decisión oficial repitió un escenario de abril, cuando Fernández y otros gerentes fueron echados de PDVSA por encabezar una protesta ante lo que llamaron la politización de la firma, levantando rechazos hacia el gobierno y convirtiéndose en uno de los antecedentes del golpe a Chávez.
La semana pasada, después de que el paro detuvo los embarques, PDVSA declaró "fuerza mayor" para sus exportaciones. Todavía más de 40 buques, incluidos 13 tanqueros de PDVSA, permanecen anclados en las costas venezolanas.
El gobierno dijo que embarcó un buque rumbo al mercado de Estados Unidos, una de las principales plazas de exportación del crudo de Venezuela; y agregó que continuará ampliando sus operaciones de exportación, refinación y embarque.
No obstante, fuentes navieras dijeron que el barco fue a la gigante refinería de Amuay-Cardón, en el occidente de Venezuela.
El presidente de PDVSA, Alí Rodríguez, insistió en que "se logró romper ese bloqueo con el primer embarque", pero agregó que la producción "ha bajado más de la mitad de lo normal".
Un funcionario del Departamento de Energía de Estados Unidos dijo el jueves a Reuters que ese país estaba dispuesto a prestar crudo de sus reservas estratégicas de petróleo a algunas compañías cuyas refinerías se vean afectadas por la interrupción de los envíos de Venezuela.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) también manifestó en un comunicado que, en caso de ser necesario, sus miembros estarían dispuestos a abastecer temporalmente a los clientes de Venezuela.
(Con reporte adicional de Matthew Robinson, Ana Isabel Martínez y Silene Ramírez) REUTERS AIM EPK SR JCV JRP/
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