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El espíritu de la infancia juega eternamente. Del libro: Volver a ser un niño.

“Más que una niña, Pippi es un superhéroe de lo que ahora llamaríamos de género fluido”, dice Druker, “se ríe de los roles de género, de las normas sociales, del protocolo, la burocracia, el sistema educativo, la autoridad, la belleza normativa...”. Cuando ve en una farmacia un cartel que dice “¿Sufre usted de pecas?” para vender un ungüento, entra a decir que no, que a ella le encantan las suyas. “Yo sé cuidar de mí misma”, defiende la niña más fuerte del mundo, y también “los policías me gustan menos que la compota agria con moscas”. “En ese sentido es increíblemente vigente, sigue siendo rara, irritante, provocadora, sigue funcionando”, dice Druker, “y por supuesto sigue siendo increíblemente cool”.

 
"El juego es voluntario. Lo que en determinadas circunstancias podría ser un juego se convierte en trabajo si es obligatorio: cae por su propio peso. Bernie de Koven definió el juego como la suspensión de las consecuencias. Si con eso se pretende decir que el juego es intrascendente, esa definición es inaceptable. Eso sería envilecer el juego. Se trata de que las consecuencias, de haberlas, sean gratuitas. El juego y el don, que son manifestaciones del mismo impulso, el instinto lúdico, están estrechamente emparentados. Tienen en común un desdén aristocrático por los resultados. Jugar aporta algo al jugador; por eso juega. Pero la recompensa fundamental reside en la experiencia de la propia actividad (sea cual sea). Algunos estudiosos del juego, por lo demás perspicaces, como Johan Huizinga ( Homo Ludens), lo han definido en función de los juegos que obedecen a reglas".
 
Muestrario de libros de uno de los mejores autores de libros para la infancia, aunque no solo desde luego, imaginación y fantasía a raudales.

 
"Cuando somos niños la existencia es un campo abierto, todos los caminos son posibles y la diversidad humana es vivida con total naturalidad. La espontaneidad del niño contrasta con las dificultades del adulto para asumir su propia existencia y, a veces, la de los demás. Quizá sea el adulto quien tenga que aprender del niño".
 
"Parece que es al querer entender cómo el otro puede ser al mismo tiempo el otro y mi semejante cuando todo se complica. Si observamos el comportamiento de los niños en una guardería, vemos que se entienden enseguida y empiezan a jugar, incluso si hablan idiomas distintos.

La espontaneidad de la comunicación entre los niños es una cualidad de lo mas enternecedor".
 
Michael Jackson le daba mucha importancia al siguiente momento de gozo, de diversión tal como hacen los niños pequeños y eso es lo que mas allá de su talento musical, resuena en nosotros.
Dicho por su corista Derryl Phinnesse.

pd: Además de precioso y sensibilidad inmensa, o precisamente por ello, una filosofía de vida brillante.

:love:
 
Es muy a lamentar el hecho de que de adultos no se sepa/no se quiera (o ambas cosas) mantener el espíritu de la inocencia de la infancia, ya he dicho en alguna ocasión que mas que en la teoría del buen salvaje de Rousseau que -según he escuchado aboga por la buena disposición, bonhomía del individuo en estado salvaje/ contacto pleno con la naturaleza, mas o menos no lo he leído.

Estoy mas de acuerdo, sin embargo, en que en nuestra primera etapa vital-la infancia- en su digamos mayor nivel de inocencia que tenemos es donde se encontrará , en esencia, la potencialidad real de cambiar a mejor pero lamentablemente, se echa a perder prácticamente al hacernos adultos (adulterados), a entender (erróneamente en un buen grado) que mostrarse canallita, malote, nos va a salvar el culo (hablando en esos mismo términos) y no, es mas lo opuesto: si desaprendiésemos todos y cada uno de los saberes (ignorancias mejor dicho) que nos inocula la cultura, la (no mala, si no quizás mas bien errada) educación que nos arrastra a las lacras de ver al diferente como rival/opuesto: por etnia, sexo, nacionalidad,...ergo al enfrentamiento, si desaprendiésemos y dejásemos esa ignorancia pero volviendo a su vez, a la inocencia de no prejuzgar, de no dar las cosas tan supuestas y sentenciar que la vida es asi y no hay mas vuelta de hoja,...el mundo estaría mucho mejor.
Como dicen en Argentina: no es igual ser sencillo que simple (y eso se confunde de continuo).

La condición adulta tantas veces entregada al prejuicio, la maledicencia, el querer estar por encima, pisotear a cualquier precio (el fin,...ya sabemos), la malicia gratuita, el creer que ser-como decía el poeta- bueno en el buen sentido es de gilipollas (otra vez usando el estilo canallita), eso es lo que nos coloca a mi entender -en esa tesitura de tensión de unos y otros (unos contra otros), ¡ah! y por supuesto el ego tantísimas veces desmesurado ignorantes de nuevo, de que es una mera ilusión,...todo esto nos sitúa/aboca-decía-además al status quo de horripilante polvorín que bien puede (ahora mas que nunca, dado el nivel destructivo que hemos alcanzado) autodestruirnos de la manera mas cruda y brutal; pero eso sí, luego está el discurso totalmente interiorizado, convencido, de denominarse: sensatos, civilizados, y claro está: maduros, ¡ojalá fuésemos entonces tan "insensatos", "inmaduros", como lo fuimos en nuestra mas genuina infancia. Aquí son los niños los sabios, los que nos han de enseñar la verdadera sabiduría, la verdadera lección de vida.

El espíritu de esta, entendida así, es lo único que nos podría sacar del atolladero, pero no hay mas que mirar a tal estado de cosas que he referido- para constatar triste, trágicamente que estamos muy lejos de, no ya llegar, si no pretenderlo siquiera y que tal hecho, potencial y realmente, logre mas pronto que tarde, el autoexterminio sin sentido.
Nos hemos arrebatado a nosotros mismos, aquello de la frase de Earth Song: solía soñar con las estrellas, ahora no sé donde estamos pero sé que nos hemos ido a la deriva y lejos; nos hemos autoarrebatado la ilusión simple y maravillosa de poder fluir simplemente con la vida, y ser plenos y dichosos buscando simplemente el gozo por estar vivos.

pd: a nivel personal me supone una decepción total de nuestra especie.
 
Última edición:
offtopic indirecto pues tiene que ver con la característica de la infancia de lo lúdico, el juego.
Recomendaçao de juegos de mesa:



post-scriptum reflexivo ¡cúanto bien para la humanidad si los "napoleones de la vida" se hubieran decantado por conquistar países, territorios,... sobre un tablero!
 
Me siento realmente afortunado de que Michael Jackson me haya acompañado desde casi toda mi vida (excepto los primeros 16 años), en el sentido de que, aparte de su musicaza, lo he tenido de referencia, modelo en valores humanistas y -aquí voy ahora en este post: la inspiración, el total ánimo de no abandonar nunca del todo el espíritu de la infancia: él en la distancia, junto a su ídolo de ficción: Peter Pan, me ha recordado, o mejor reforzado, esa querencia por la fantasía de los niños, esa total creatividad abierta a espuertas a la imaginación en su sentido mas amplio.
Cierto que había en mí innata una natural inclinación al mundo de la fantasía-hoy lamentablemente tildada por los adultos adulterados, de frikismo*-por esa potencialidad de disfrutar como receptor en mi caso, de tanto creativo que hay en el mundo en las áreas de los cómics, pelis, series de ciencia ficción/fantasía y por supuesto la maravillosa imaginación desplegada en los dibujos animados: los clásicos sobre todo.
Me supone en fin, muuucha satisfacción vital el saber apreciar, disfrutar de este aspecto de la vida que la ensancha, la engrandece a posibilidades-literalmente-increíbles.

En general los cuentos clásicos me entusiasman, junto al niño que nunca quiso crecer, también está la niña que viajó al País de las Maravillas y/o A través del espejo, hay otros cuantos clásicos muy populares pero este par son los que me sirven al releerlos de cuando en cuando, de ese pasaporte al -como diría el mismo Michael-escapismo tan fascinante siguiendo la segunda estrella hasta el amanecer, o cayendo por el hueco de un árbol siguiendo a cierto conejo con reloj que (siempre) llega tarde, ¡ejeje!

Gracias Michael (una vez mas).


*cuando son cosas distintas, aun relacionadas, que no voy a entrar aquí en matices.

EDIT: la foto de mi nick, es de hecho una declaración de intenciones total.
 
Última edición:
Pues repasando, one more time, de manera aleatoria el libro de Xtartony, he leído que el vídeo de Childhood está inspirado-entre otras obras-en esta mini joya de las Sinfonías Tontas de Disney, que de hecho son mis favoritas , mas incluso que las pelis clásicas.

 
Hablando del espíritu y sacar el niño interior aquí van unas reseñas, claves sobre el clown, esa figura tan denostada por las nuevas generaciones que básicamente le encasillan en ser un tontaina que dice: chalchicón, sorprecha,... y simplón, cuando lo que es simple-en realidad-es tal mirada. :cautious:

Me toca las narices (de clown precisamente):

En la formación actoral el clown representa una técnica de base para los alumnos/as de interpretación teatral, tanto para aquellos/as que quieren formarse profesionalmente como actores/actrices como para aquellos/as otros/as que sencillamente quieren investigar sobre sí mismos/as y volver a conectar con ese/a niño/a interior que todos/as llevamos dentro y que raras veces mostramos a los demás. A continuación compartimos con vosotr@s algunas de las características básicas del clown descritas en La Poética del Clown del blog Jesús Jara:


El clown representa nuestro mejor otro yo, y la posibilidad por tanto de practicar la esquizofrenia sana. Percibir, sentir, accionar y relacionarse desde un estado payaso, que consiste en estar contigo mismo, tendiendo un puente hacia los demás a través de la mirada.


El clown es un ser libre, y desde esa libertad se relaciona con el espacio, el tiempo, los objetos y las personas. Es apasionado, todo lo siente y lo hace al 100% de intensidad.


El clown es la esencia de nuestro niño interior filtrada por las experiencias.
Es creativo y la creatividad se manifiesta en su estado más puro ante las limitaciones.


Sienta la emoción que sienta, es imprescindible que el clown termita siempre ternura*


El clown juega constantemente. Es su manera de explorar, de aprender, de conocer, es su forma de vivir. No pretende divertir sino divertirse. No buscar hacer reír sino el cariño del público.



El clown puede ser blando o duro, fuerte o débil. Todo depende de su estado anímico, sus motivaciones y su soledad o compañía.


En la manera de expresar del clown, una imagen vale más que mil palabras, aunque una frase corta a tiempo explica más que mil gestos excesivos.


El clown no transmite violencia…ni cuando agrede.


En la manera de comportarse del clown no existen tonterías. Todo lo que hace tiene coherencia; la suya. Eso convierte cualquiera de sus actos, incluso el más absurdo, en normal.


*que tantas veces-demasiadas se confunde con cursilería.


 
"::: y el adulto que no juega perdió para siempre el niño que vivía dentro de él y qu algún día le hará falta".

Pablo Neruda.
 
"La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño" Friedrich Nietzsche.
 
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