Mas al hilo de la importancia de los valores de la infancia:
"Si no se ejercita, la capacidad de asombro disminuye con el tiempo. Y con ella la creatividad. Pero se puede practicar: decía Proust que "la verdadera felicidad no consiste en encontrar nuevas tierras, sino en ver con otros ojos". Esos "nuevos ojos" son los mismos que tuvimos cuando eramos pequeños. Porque si de verdad mirásemos el mundo con los ojos de un niño, seria un lugar absolutamente maravillos y mágico. No habría espacio para las rutinas, ni el aburrimiento, ni la desidia.
Los niños creen: Los niños lo hacen de forma natural. En los Reyes Magos, Papa Noel, en hadas y en cualquier tipo de magia, incluso la propia. ¿Nos suena cuando vienen y tratan de convencernos de que este objeto o este otro tiene propiedades mágicas? Claro, es posible que piensen que eso les hace vulnerables, ingenuos tal vez. Pero ya lo advertía Roald Dahl, el famoso escritor de cuentos infantiles: " el que no crea en la magia nunca la encontrará". Sea como sea, la verdadera cuestión es mantenerse despierto a lo desconocido, a las posibilidades, al misterio, a lo que no entendemos. Por eje, abrirnos a la magia de volver a ser niños".