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El 18 de noviembre de 2003, la residencia de más de 1200 hectáreas de Michael Jackson, el Rancho Neverland, fue registrado por 70 policías de Santa Bárbara después de las acusaciones que se hicieron contra Jackson por acoso de menores. Después de esto, Jackson abandonó su finca, argumentando que había sido "violada", y tres años después la propiedad fue embargada.
Mientras el rancho estaba en un limbo legal, un grupo de fotógrafos entró dentro en el terreno y exploró el reino abandonado. Regresaron varias veces entre diciembre de 2007 y marzo de 2008. Hablé con los fotógrafos para saber qué encontraron. (Como meterse a propiedades ajenas sin permiso es ilegal, me referiré a los fotógrafos con los nombres de las Tortugas Ninja: Leonardo, Rafael y Donatello. Hubo un cuarto fotógrafo que no fue entrevistado).
VICE: ¿Qué os inspiró a explorar el Rancho Nunca Jamás?
Leonardo: Fue algo que surgió en el momento. Sabía que el parque había sido abandonado y que Michael Jackson estaba en Dubái en aquél momento y que no había pagado la luz. Así que, para mí era una oportunidad única. Decidí ir a explorar. Por suerte el día que fui había mucho viento. Eso ayudó a que los guardias no escucharan el ruido que hice. Me pude escabullir sin que me escucharan. No pensé que pudiera entrar, solo quería ir a ver.
¿Qué fue lo más raro que visteis?
Rafael: [Risas]
Leonardo: Rafael se ríe porque todo lo que vimos era bastante raro. Para ser honesto, no era muy fan de Michael Jackson, pero sabía que era una figura importante en la historia de Estados Unidos y en el mundo. En ese momento pensé que muchas de las cosas relacionadas con él se podían perder para siempre y que sin nuestra documentación, no se conocería una gran parte de eso. Así que era importante documentar todo tan rápido como pudiéramos, antes de que desapareciera para siempre.
Rafael: ¿Vamos a hablar de cuando entramos en su casa? ¿Es parte de la historia?
Por favor.
Rafael: No le hemos contado a nadie eso... Bueno, lo más raro para mí fue el niño en pijama sentado en una luna. Estaba en todos lados. Me sorprende su parecido al logo de DreamWorks. Estaba pintado en el suelo y medía como veinte metros de largo. Estaba en los carteles indicadores, en los coches, en las cocheras...
Donatello: ¿Es un logo escalofriante, no?
Rafael: Tiene un niño sentado en la luna con el pijama abierto, ¿o solo en algunas de las pinturas? [Se ríe].
Ok.
Donatello: Otra cosa rara es que coleccionaba recuerditos en donde él aparecía. Tenía botellas de Pepsi, libros y otros artículos promocionales guardados en cajas. También tenía un montón de correspondencia de los fans. Una pieza que me llamó la atención era una foto de Tommy Mottola con cuernos pintados. Estaba sobre una mesa.
Rafael: ¿Leísteis la correspondencia de los fans?
Donatello: Hojeamos algunas cartas.
¿Cómo entrasteis en la casa?
Rafael: Tal vez no sea lo mejor explicar los detalles de cómo entramos.
¿Fue difícil?
Rafael: No rompimos ninguna ley porque estaba abierto. Todo estaba abierto. La casa estaba abierta.
Guau.
Rafael: Pero algo que recuerdo muy bien fue que tomé un poco de refresco de uva que había en la cocina y que luego borré cuidadosamente mis huellas de la botella para luego tirarla entre los arbustos.
Espera, ¿te tomaste uno de sus refrescos?
Rafael: Tenía sed y había muchísimo refresco de uva, así que pensé que no pasaba nada por tomarme uno.
¿Por qué escogiste el refresco de uva?
Rafael: Porque tenía muchos. Su cocina tenía un menú infantil. Todo estaba pensado para niños. No estoy seguro si tuvo alguno, pero...
Sí tuvo.
Rafael: El menú estaba en una pizarra grande e incluía sándwiches de mantequilla de cacahuete y mermelada y macarrones con queso. También tenía una extraña mezcolanza de cosas que no tenían ninguna relación con su casa. Toda la casa estaba llena de cosas semiartísticas que parecían bastante caras.
¿Semiartísticas?
Rafael: Había unos extraños espejos y estaban al lado de una estatua de un romano. A un lado había un cuadro de Michael Jackson de dos metros y medio. Había muchos cuadros por todos lados.
Donatello: Había uno en el que estaba encabezando una procesión de niños.
¿Qué vibraciones daba la casa?
Donatello: Era muy incómodo, sobre todo porque estaba preocupado de que nos encontraran. Era muy buena idea entrar, no podía desaprovechar la oportunidad, pero al mismo tiempo daba muy mal rollo. Había una tensión constante que iba de la fascinación a los nervios de ser descubiertos.
Leonardo: Es cierto. Todos nos sentíamos así. Por lo general no nos colamos en casas ajenas.
Rafael: Nos habíamos metido en lugares abandonados antes. Pero eran escuelas y zonas industriales, no casas de personas. Hubo un momento en el que para calmar un poco los ánimos, salí fuera y llamé a una puerta. Como si alguien los hubiera descubierto. Nos reímos, aunque Donatello se cabreó bastante conmigo.
Eso es ridículo.
Donatello: Yo ni siquiera lo recuerdo. Debe ser un recuerdo falso.
Raphael: Hice que te cagaras encima.
Leonardo: Yo me acuerdo muy bien. Pero no creo que ninguno nos llegáramos a asustar realmente, sino que nos dimos cuenta de que estábamos invadiendo una propiedad privada. Pero no recuerdo una sensación rara. Creo que hay cosas en el mundo mucho más raras de lo que era Michael Jackson.
Raphael: Fue una aventura, ir a un lugar que nadie había visto nunca. Ver las cosas de Michael justo tras su salida del país tras ser acusado de abuso de menores. Había cosas de niños, juguetes por todas partes, los recreativos… Todo un imán para los niños.
Donatello: No sé, no quiero que esta entrevista se centre en las acusaciones hacia el tío.
No hay problema. De hecho os iba a preguntar qué porcentaje de la propiedad pudisteis ver.
Donatello: Vimos casi toda, excepto la parte del zoológico. Vimos el área de videojuegos, la mansión, las atracciones de feria, la estación de tren, las zonas de estatuas...
Me sorprende que no os pillasen.
Donatello: Somos profesionales. No es por alardear pero hacemos esto muy a menudo. Investigamos e hicimos un reconocimiento de la zona. Además había un camión de seguridad en la entrada, pero una vez que evitabas ese camión, estabas en un valle que estaba muy tranquilo.
Rafael: Sorprendentemente pudimos caminar por ahí como si nada.
Es enorme, ¿no?
Rafael: Muy grande. Ni si quiera llegamos al zoológico porque estaba muy lejos.
Donatello: Otra cosa interesante es que pudimos entrar a la habitación de Michael, pero los dos cuartos de niños estaban cerrados por fuera.
Rafael: Decidimos no entrar porque no parecía correcto.
¿Qué hay de su cuarto de juegos?
Rafael: Era de veinte metros de largo por diez de ancho. Tenía cualquier juguete que te puedas imaginar. Construcciones de Lego de tamaño real, una figura de Darth Vader… Un montón de juguetes alucinantes.
Donatello: Otra cosa que recuerdo es que había consolas por toda la casa. Imagina las consolas que ves en un supermercado o en una tienda de videojuegos, con su tele y controles, pero por toda la casa.
¿Había algo propio de adulto? Parece como si todo fueran cosas de niños. Y arte extraño.
Rafael: Había grandes salas con sillones y más piezas raras de arte.
Donatello: Recuerdo algunas cosas normales, como por ejemplo un montón de calderilla sobre una mesa y un espacio como de oficina con un ordenador y cosas normales.
¿Como cuántas habitaciones tenía la mansión?
Leonardo: Yo diría que tenía como diez cuartos. La mansión no era tan grande como pensarías, pero había otros edificios más pequeños a los que no entramos.
¿Hay un reloj gigante en el jardín?
Donatello: Hay muchas cosas muy locas en el jardín.muy locas Leonardo: ¿No hiciste una foto del reloj que estaba parado y luego te diste cuenta de que la habías hecho a la misma hora en la que estaba parado?muy locas Donatello: ¡Sí! Estaba parado a las 2:55 y la foto es justo de esa hora. No me di cuenta hasta un año después.muy locas
¡Qué casualidad! ¿Cómo os disteis cuenta de que estaba parado?
Donatello: No había electricidad y las manecillas no se movían.
¿No había electricidad en la casa?
Donatello: Si no recuerdo mal, no había electricidad en la mansión, pero sí agua corriente.
¿Utilizasteis el baño?
Donatello: Creo que probamos los grifos por curiosidad. Lo raro es que en la casa no había polvo. Estaba impecable. La alfombra estaba aspirada y no había polvo en ninguna escultura. Es nos asustó, porque significaba que había gente por ahí. Muchas cosas estaban cubiertas con tela pero era obvio que alguien iba a limpiar. Yo diría que al menos una vez por semana.
Pero él no vivía allí desde hacía tiempo...
Rafael: Creo que fue por eso que decidimos ir.
Leonardo: La casa estaba embargada, básicamente muerta. Fue por eso que llamó mi atención.
No parecéis paparazzi.
Rafael: Somos los paparazzi de los lugares abandonados, tal vez.
¡Gracias, chicos!
Fuente:
De visita en el rancho Neverland de Michael Jackson | VICE España