Voy un poco con prisa, así que lo escribo un poco mal estructurado, pero son algunas cosas de las que contó Henry el viernes.
Dijo textualmente que le habría gustado hacer un retrato de MJ a finales de los 70, pero que pensaba que, en los últimos años no conseguiría un buen trabajo y le parecía más icónico y un reflejo de su carrera fotografiar el guante.
Que llevaba años pidiendo permiso para hacerlo para su colección de objetos de famosos (las gafas y la chancla de Ghandi, todo tipo de objetos cotidianos de Elvis, la pistola de Han Solo, la primera guitarra de Bob Marley, el bastón de Chaplin, etc...).
No consiguió contactar co la gente de MJ y en 2007, tras saber que MJ había abandonado Neverland solicitó fotografiarlo como parte de la historia de la cultura pop. Tampoco recibió respuesta.
En febrero de 2009 le llamaron para ir a Neverland a fotografiar el guante antes de que se subastara, pero cuando llegó a Los Angeles, Neverland ya había sido vaciado y le enviaron al almacén. De ahí al Museo Grammy. Cuando llegó al hotel a descargar las fotos se enteró por internet de que la subasta había sido cancelada.
Se alegró por MJ que recuperaba sus cosas y por él mismo que había tenido una oportunidad única. Hizo cientos de fotos y las guardó en su archivo. Un día enseñandole algunas en su iPhone a un amigo, éste le dijo que debía hacer un libro.
Nos dijo que los fotógrafos suelen odiar meterse en el mundo editorial porque suelen recibir muchas negativas, pero que uno de los mejores impresores de Europa se quedó impresionado por la historia y la calidad del trabajo e hizo la tirada limitada.
A veces se habla de que hay piezas que parecen baratijas de forma despectiva, pero para él, era todo lo contrario, le fascinaba que fuera una persona normal, que sudaba el cuello de las camisas como le pasaba a él y que desgastaba las suelas como un trabajador del baile. También que le apenó mucho el estado de conservación de algunas cosas, que había cajas de cartón con ropa de giras amontonada, zapatos sueltos sin sus parejas y piezas deterioradas porque nadie se ocupaba de ellas. Dice que la colección de Elvis era justo lo contrario, que todo estaba catalogado y perfectamente restaurado.