A continuación voy a ir dejando a poquitos otro muy interesante artículo que versa sobre lo que trata el post, en la variante de lo que l*s niñ*s pueden aportarnos a los mayores:
Preguntar, asombrarse, seguir el instinto, vivir el momento...son algunas de las lecciones que se pueden aprender de l*s niñ*s si se está atento.
No hay maestro pequeño
Una vez, una madre primeriza le preguntó a
A.Jodorowsky cómo debía educar a su hijo, a lo q este respondió sin vacilar: "deja que él te eduque a tí".
Esta anécdota, mas allá del inteligente juego de significados, encierra una gran verdad que en muchas ocasiones se pasa por alto. Y es que l*s niñ*s tienen mucho q enseñary l*s adult*s tenemos mucho que aprender.
Carlos Goñi y Pilar Guembe, en su libro
Aprender de l*s hij*s, lo resumen de una forma brillante al asegurar que "cada hij* nos tra el mismo mensaje: a a partir de ahora, todo va a ser al revés: aprende el q enseña, recibe el que da, queda lleno el que se vacía. El poeta inglés
George Herbert decía que un padre vale por cien maestros; nosotrospensamos que la frase se puede aplicar a l*s hij*s.
Sí, se puede aprender de l* hij*s, pero también de l*s niñ*s en general.Incluso podemos reaprender del niño q sigue estando dentro de nosotr*s. Decía
Novalis, el gran poeta del romanticismo alemán, que ahí donde está la infancia se encuentra la edad de oro". Una edad de oro en la que crecemos, nos desarrollamos y aprendemos con naturalidad, sin ningún esfuerzo. Lo que ocurre es que llega un momento en el q olvidamos aquellos valores y actitudes q teníamos incorpora2 y que nos hacía descubrir el mundo de una forma apasionada y apasionante...
Continuará que al final me he emocionao y he escrito mas de lo que tenía previsto.