Yo no soy NADIE para perdonar ni a Michael ni a nadie, pero esto es lo que menos me gusta de Michael, de menor a mayor:
4.-You rock my world.
“You rock my world” es una buena canción y el primer sencillo del peor álbum de Michael Jackson: “Invencible” (2001) del que vendió “sólo” 13 millones de copias. También es su peor “short-film” (así gustaba llamar a sus vídeos musicales). Sin imaginación, plagió a su legendario “Smooth Criminal” y a su fresco y juvenil “The way you make me feel”.
“You rock my world” es hasta un video repulsivo, antipático.
Michael aparece casi sin nariz, feo, sin expresión alguna en el rostro. Michael se mueve fuera de lugar tratando de seducir a una “negraza” con la que no se le percibe nada de química y que, además, es demasiado joven para él. Se le ve ridículo a sus 43 años, con esa cara, tratando de “montarse” a esa jovencita como si fuera un hombre joven y sexy. Cualquier mujer a quien Michael se le acercara bailando así, con esa cara, saldría corriendo, espantada.
Ni rastro en el “short-film” de las coreografías que dejaban al mundo con la boca abierta… ¿Recuerdan el final del primer vídeo del lanzamiento de “Dangerous”, “Black or White”? ¿Recuerdan el primer vídeo musical del lanzamiento de “Bad”? Esa fue la diferencia.
Pero se lo perdono… porque el video se hizo de prisa y corriendo, sin planificación, por culpa de Sony que boicoteó el lanzamiento de “Invencible” para, según hablan las malas lenguas, arruinar al cantante y quedarse con el catálogo de las canciones de The Beatles, catálogo ATV que Michael pudo comprar tras el super éxito de “Thriller”. Y también porque en "This is it", Michael tiene una pinta maravillosa.
3.-Dejar de trabajar con Quincy Jones.
Nunca debió de echar de su equipo a Quincy Jones, productor de sus mejores trabajos: “Off the wall” (1979), “Thriller” (1982) y “Bad” (1987). Desde que Michael Jackson decidió apartar a Quincy Jones de la producción de sus discos, la música de Michael Jackson perdió el sonido que habían creado juntos y con el que habían enamorado a medio planeta.
Con “Dangerous”, el primer trabajo sin Quincy Jones en la producción no se echó en falta al asombroso hombre récord: el genio seguía allí, pero el sonido de Michael Jackson cambió para peor. Comenzó a perder las melodías y los arreglos elegantes, que era la gran aportación de Quincy Jones a su música. El sonido de “Dangerous” y de sus discos posteriores es más sucio, más machacón, más vulgar: a veces, incluso da dolor de cabeza escuchar algún que otro tema (“Superfly Sister”, “Can’t Let Her Get Away”, “2.000 watts”, etc). Quincy le ayudaba a seleccionar los temas que debía sacar en cada álbum, y ese era un trabajo en el que Michael realmente necesitaba ayuda. Se alejó de un socio sabio que le comprendía perfectamente, que sabía cómo controlar sus excesos y hacer llegar su talento al gran público.
Pero se lo perdono porque… en cada disco que sacó sin Quincy Jones hay obras musicales maestras que escucho en bucle. Michael nunca dejó de trabajar en busca de la perfección y nuevos sonidos.
2.-Silencio y hermetismo.
Nunca me gustó la filosofía de Jackson de no hacer frente a los rumores. ¿Qué le hubiera costado hacer público que sufría vitiligo y que por eso su piel era cada vez más blanca? No era una mentira. El vitiligo fue certificado en la autopsia del cantante. Sus fans sufríamos por él. Una vez hasta me peleé en el instituto con un compañero de clase que no paraba de repetirme que Michael era un racista que renegaba de su propia raza.
Michael Jackson ni siquiera se enfrentó a las primeras acusaciones de pedofilia que recibió en verano de 1993. Se limitó a hacer este vídeo y a pagar 22 millones de dólares a los padres del primer menor que le denunció, pensando que así terminaría la pesadilla. Error. Debería de haberse enfrentado en los tribunales a los que le acusaban injustamente y demostrar su inocencia, como sí que decidió hacer una década después.
Ese juicio duró 5 meses y en él se vio, claramente, que Michael era “no culpable”. La codicia de los padres que rodean a los niños que Michael ayudaba a ser felices (o a salir del cáncer, por ejemplo) era el único motor de las acusaciones.
Pero se lo perdono… por haber ayudado a tantos niños aún cuando todo el mundo le señalaba con el dedo. Era valiente. Nunca dejó de hacer lo que sentía que debía hacer: el bien. En la edición del año 2000 del libro Guinness de los Récords, Michael fue señalado como el artista más caritativo de la historia: cuidó de niños enfermos y sin hogar, por todo el mundo, durante toda su vida.
1.-¿Ser un padre drogadicto?.
Un padre no debe drogarse. Cierto que Michael no le daba a la heroína ni a la coca, ni siquiera estaba enganchado al alcohol pero, como por desgracia se comprobó, estaba peligrosamente enganchado a los tranquilizantes.
Algunos dicen que su adicción al Demerol comenzó en aquel spot con Pepsi, en el que sufrió graves quemaduras en el cuero cabelludo. Y que prosiguió con el fuerte golpe en la espalda que se dio en un concierto celebrado en Berlín, un accidente que casi le impide volver a bailar.
Sea como sea, un padre no debe ser un drogadicto, más aún cuando los niños no tienen madre oficial ni un hogar alternativo de apoyo. Él sabía que sus hijos iban a enfrentarse a un millón de problemas únicamente por ser hijos de Michael Jackson y que, sólo él, sabría como enfrentarse con éxito a ese millón de problemas.
Michael debió desintoxicarse de una vez por todas antes de decidir ser padre. Sobre todo, si además planeaba realizar una gira monumental, agotadora.
Mirad a sus hijos ahora: perdidos. Paris ha tratado de suicidarse dos veces.
Se lo perdono porque… todos nos fallamos hasta a nosotros mismos. Nadie es perfecto. Ni siquiera el mayor artista de la música de todos los tiempos.
4.-You rock my world.
“You rock my world” es una buena canción y el primer sencillo del peor álbum de Michael Jackson: “Invencible” (2001) del que vendió “sólo” 13 millones de copias. También es su peor “short-film” (así gustaba llamar a sus vídeos musicales). Sin imaginación, plagió a su legendario “Smooth Criminal” y a su fresco y juvenil “The way you make me feel”.
“You rock my world” es hasta un video repulsivo, antipático.
Michael aparece casi sin nariz, feo, sin expresión alguna en el rostro. Michael se mueve fuera de lugar tratando de seducir a una “negraza” con la que no se le percibe nada de química y que, además, es demasiado joven para él. Se le ve ridículo a sus 43 años, con esa cara, tratando de “montarse” a esa jovencita como si fuera un hombre joven y sexy. Cualquier mujer a quien Michael se le acercara bailando así, con esa cara, saldría corriendo, espantada.
Ni rastro en el “short-film” de las coreografías que dejaban al mundo con la boca abierta… ¿Recuerdan el final del primer vídeo del lanzamiento de “Dangerous”, “Black or White”? ¿Recuerdan el primer vídeo musical del lanzamiento de “Bad”? Esa fue la diferencia.
Pero se lo perdono… porque el video se hizo de prisa y corriendo, sin planificación, por culpa de Sony que boicoteó el lanzamiento de “Invencible” para, según hablan las malas lenguas, arruinar al cantante y quedarse con el catálogo de las canciones de The Beatles, catálogo ATV que Michael pudo comprar tras el super éxito de “Thriller”. Y también porque en "This is it", Michael tiene una pinta maravillosa.
3.-Dejar de trabajar con Quincy Jones.
Nunca debió de echar de su equipo a Quincy Jones, productor de sus mejores trabajos: “Off the wall” (1979), “Thriller” (1982) y “Bad” (1987). Desde que Michael Jackson decidió apartar a Quincy Jones de la producción de sus discos, la música de Michael Jackson perdió el sonido que habían creado juntos y con el que habían enamorado a medio planeta.
Con “Dangerous”, el primer trabajo sin Quincy Jones en la producción no se echó en falta al asombroso hombre récord: el genio seguía allí, pero el sonido de Michael Jackson cambió para peor. Comenzó a perder las melodías y los arreglos elegantes, que era la gran aportación de Quincy Jones a su música. El sonido de “Dangerous” y de sus discos posteriores es más sucio, más machacón, más vulgar: a veces, incluso da dolor de cabeza escuchar algún que otro tema (“Superfly Sister”, “Can’t Let Her Get Away”, “2.000 watts”, etc). Quincy le ayudaba a seleccionar los temas que debía sacar en cada álbum, y ese era un trabajo en el que Michael realmente necesitaba ayuda. Se alejó de un socio sabio que le comprendía perfectamente, que sabía cómo controlar sus excesos y hacer llegar su talento al gran público.
Pero se lo perdono porque… en cada disco que sacó sin Quincy Jones hay obras musicales maestras que escucho en bucle. Michael nunca dejó de trabajar en busca de la perfección y nuevos sonidos.
2.-Silencio y hermetismo.
Nunca me gustó la filosofía de Jackson de no hacer frente a los rumores. ¿Qué le hubiera costado hacer público que sufría vitiligo y que por eso su piel era cada vez más blanca? No era una mentira. El vitiligo fue certificado en la autopsia del cantante. Sus fans sufríamos por él. Una vez hasta me peleé en el instituto con un compañero de clase que no paraba de repetirme que Michael era un racista que renegaba de su propia raza.
Michael Jackson ni siquiera se enfrentó a las primeras acusaciones de pedofilia que recibió en verano de 1993. Se limitó a hacer este vídeo y a pagar 22 millones de dólares a los padres del primer menor que le denunció, pensando que así terminaría la pesadilla. Error. Debería de haberse enfrentado en los tribunales a los que le acusaban injustamente y demostrar su inocencia, como sí que decidió hacer una década después.
Ese juicio duró 5 meses y en él se vio, claramente, que Michael era “no culpable”. La codicia de los padres que rodean a los niños que Michael ayudaba a ser felices (o a salir del cáncer, por ejemplo) era el único motor de las acusaciones.
Pero se lo perdono… por haber ayudado a tantos niños aún cuando todo el mundo le señalaba con el dedo. Era valiente. Nunca dejó de hacer lo que sentía que debía hacer: el bien. En la edición del año 2000 del libro Guinness de los Récords, Michael fue señalado como el artista más caritativo de la historia: cuidó de niños enfermos y sin hogar, por todo el mundo, durante toda su vida.
1.-¿Ser un padre drogadicto?.
Un padre no debe drogarse. Cierto que Michael no le daba a la heroína ni a la coca, ni siquiera estaba enganchado al alcohol pero, como por desgracia se comprobó, estaba peligrosamente enganchado a los tranquilizantes.
Algunos dicen que su adicción al Demerol comenzó en aquel spot con Pepsi, en el que sufrió graves quemaduras en el cuero cabelludo. Y que prosiguió con el fuerte golpe en la espalda que se dio en un concierto celebrado en Berlín, un accidente que casi le impide volver a bailar.
Sea como sea, un padre no debe ser un drogadicto, más aún cuando los niños no tienen madre oficial ni un hogar alternativo de apoyo. Él sabía que sus hijos iban a enfrentarse a un millón de problemas únicamente por ser hijos de Michael Jackson y que, sólo él, sabría como enfrentarse con éxito a ese millón de problemas.
Michael debió desintoxicarse de una vez por todas antes de decidir ser padre. Sobre todo, si además planeaba realizar una gira monumental, agotadora.
Mirad a sus hijos ahora: perdidos. Paris ha tratado de suicidarse dos veces.
Se lo perdono porque… todos nos fallamos hasta a nosotros mismos. Nadie es perfecto. Ni siquiera el mayor artista de la música de todos los tiempos.