P.Y.T.
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moecin dijo:Blue, espera para cuando lleven un buen tiempo casados XDDDDD
Hey!! Cuando han dicho que soy adorable y cero complicada.. es que lo soy Javi .
( O al menos ... deja que lo descubra él mismo )
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moecin dijo:Blue, espera para cuando lleven un buen tiempo casados XDDDDD
Fulanito Perez dijo:A mi me han sableado bastantes veces, aunque ninguna en los dos últimos años. De todas formas contaré algunos sableos que me dieron en el pasado y también algunas cosas que he hecho estos dos últimos años para evitarlos.
SABLEOS
Cuando cumplí 25 años, invité a botellona a mis tres coleguitas de siempre. Una “amiga” de uno de mis colegas se enteró que era mi cumple y se viene para mí y me da dos besos y las felicidades (a todo esto yo no la conocía de nada), y como si tal cosa se echa un cubata a petición de mi colega. Eso no me importó gran cosa, pues había comprado bebida para un regimiento. Lo que me repateó es que al rato viene con cinco amigas suyas (seis tias, que lujo ¿eh?) y se enganchan a nuestro grupo como si nada.
Empiezan a ponerse en plan calientapollas y al final se terminaron bebiendo dos de las tres botellas de whisky que había comprado. Ni mis amigos ni yo mismo nos comimos nada con ellas y el finde siguiente, cuando nos vieron y de dieron cuenta de que nustro botellón de esa semana prácticamente había terminado, ni nos saludaron.
Otro caso curioso fue cuando fuimos a una discoteca muy famosa que está en un pueblo cercano. Éramos dos amiguetes y se nos engancharon dos tias. Total, que nos las llevamos con nosotros. Una vez allí las invitamos a la disco (1000 pelas cada una). Nada más entrar se piden su cubata y se pusieron a tontear con los tios de la disco, pasando totalmente de nosotros. Acabaron perdiéndose por la disco y el tiempo pasaba y no sabíamos nada de ellas. Eran ya las 4:30 de la madrugada y queríamos recogernos ya, pero mi amigo (que era quien llevaba el coche) decía que no podía irse y dejarlas allí, que las teníamos que esperar. Finalmente aparecieron a las seis de la mañana, cada una con un tio de estos metrosexuales de 1,80 m. Y ojos negros. Se dieron el lote allí delante nuestra, y se vinieron con nosotros en el coche de mi amigo. En todo el viaje no paraban de hablar de lo bien que se lo habían pasado y de lo buenos que estaban los tios con los que se habían enrollado...
Cuando estaba en la universidad, me dadicaba a vender cd’s pirateados para sacarme unas pelas extras. Los tios me pagaban siempre puntutalmente, las tias tenían el siguiente método: Primero me pedían dos o tres cd’s (que quería “regalarle a su sobrina”, a su madre, a su tia, etc). Al día siguiente les llevaba los cd’s y ellas me decían “uy, ahora mismo no tengo dinero, mañana te los pago vale”. Semanas más tarde todavía no me habían pagado y si les “recordaba” lo que me debían, me decían “si, si, mañana” y de ahí en adelante procuraban no cruzarse nunca conmigo. De esa forma me estafaron más de 16000 pesetas.
La cantidad de cd’s de música, libros, etc, que he “prestado” a mis “amigas” y que no me han devuelto podría ascender aproximadamente a 50000 pesetas. (en esta categoría de gorrones también incluyo a un supuesto “amigo”, que todo hay que decirlo).
En unos carnavales fuimos a comprar disfraces, dos amigos, yo y nuestras novias. Al llegar a la caja pagó uno de mis amiguetes, diciéndonos que luego le abonásemos cada uno lo suyo. Para “ahorrar tinta”, diré que cada uno abonó su disfráz y el de su novia y que ellas no se gastaron ni un duro (lo gracioso es que yo ni siquiera quería disfrazarme y que mi novia de entonces me dijo que fueramos con las otras dos parejas, que ella me compraba el disfraz, luego se hizo la tonta y hasta ahora).
La última novia que tuve recibió de mi regalos por importe de 60.000 pesetas. El único regalo que ella me hizo fue un reloj de 22 euros y un jersey de 20 euros (unas 7000 pesetas). Cuando corté con ella, me pidió que le devolviera el reloj y el jersey. Ella no podía devolverme nada pues los regalos fueron: barras de labios (que ya había gastado), pendientes (que había perdido), reloj (que se le había roto), cd’s de música (que había rayado y no se escuchaban) y varios artículos más, todos ellos que no podía devolverme. La cosa es que yo no le pedí que me devolviera nada (eso sería una gilipollez), pero ella me dijo que “le encantaría devolverme mis regalos, lo que pasa es que...”.
Por cierto, corté con ella porque su hermano había pedido un crédito al banco y mi ex quería que yo avalara a su hermanito con mi piso, que a esas alturas estaba casi totalmente pagado, le dije que de eso ni hablar y a partir de ahí empezó el chantaje: nada de follar, siempre malas caras, comentarios irónicos hechos con bastante mala uva, etc. Al final acabé mandándola a la mierda. Tuve incluso que cambiarme el número de móvil porque parece ser que se “arrepintió” y me llamaba para quedar casi todos los fines de semana. Todavía anda por ahí, sin novio porque en su pueblo la conocen de sobra y parece ser que nadie quiere nada en serio con ella (hace tres años y medio que la mandé a la puta mierda).
La amiga de una “amiga” mía se casaba en Barcelona y me insinuó claramente que si la llevaba en mi coche, podríamos pasar los dos juntos el fin de semana en el hotel. Tenía tal calentón (provocado por ella) que acepté. Ella ya tenía pensado el hotelito. Nada, uno de esos de cinco estrellas. La llevo a Barcelona, pago la habitación del hotel, etc.
Voy a la boda con ella y nada más entrar por la puerta la saludan efusivamente otras amigas suyas. Nos sentamos con ellas y durante las seis horas que estuvimos allí, dejé de existir para mi “amiga”. Pasó las seis horas hablando con sus amigas y con la novia (por cierto, yo también tuve que cuplir y dar 10000 pesetas a una pareja que no conocía de nada, mi “amiga” se aseguró que el mi sobre contenía al menos esa cantidad). A las cinco de la madrugada mi “amiga” me dice que se va a dormir a casa de una de sus amigas que hace “tantísimo tiempo” que no ve, “¿no te importa verdad?, mañana me recoges en su casa, aquí tienes la dirección”.
Dormí más solo que la una en el dichoso hotel. A la mañana siguiente pagué 22000 pesetas de la factura del hotel y me pasé tres horas dando vueltas con el coche por Barcelona buscando la dichosa dirección de la amiga de mi “amiga”. La recogí, llené el depósito del coche (por tercera vez desde que salí de mi pueblo) y volvímos a Córdoba. Al final me dio un beso en la mejilla, diciéndome que “era el mejor amigo que una chica podía tener”. Durante el mes siguiente no se nada de ella, y cuando la veo un día en el pub de turno borracha como una cuba, me dice “eh!, hola! Cuanto tiempo”, y se va. No he vuelto a hablar con ella.