Michael en Manila:
"Michael era muy atento a las peticiones - dar autógrafos y posar para las fotos" - dice Carino. "Recuerdo a una niña que apareció en escena por segunda vez, y uno de los guardias la detuvo, diciendo que ella ya había recibido su bolsa de obsequios. Michael sintió vergüenza y dijo:" Oh, está bien, señor. Me olvidé de darle un gran abrazo! "Pienso que él era muy dulce y sensible."
Gwen Carino
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