Buenos días,
Interesante planteamiento. Aunque no podamos negar el hecho de que la perfección con la que Michael, sus productores y arreglistas pulían sus obras discográficas en solitario, procurando que, en todo momento, cada tema contenido en la terna definitiva de las elegidas para su publicación final dispusieran de un cierto grado de cohesión interna entre ellas, desde que mediara su deceso, en 2009, ese elemento esencial ya no lo contemplaremos por más tiempo, sí nos consuela el hecho de toparnos, portando una resolución de sonido más diáfana y nítida, con algunas joyas que, por vicisitudes diversas, nuestro estimado protagonista no osó publicar. Bien, porque no las había depurado de modo análogo a las finalmente alumbradas en las sesiones de grabación en el estudio, o por su escasa semejanza temática, o de base instrumental, con las restantes de cada álbum editado en su momento.
El usuario SanchezMandujano ha expresado, con osadía digna de alabanza y enorme respeto, un juicio de valor que, en determinados ámbitos próximos a Michael Jackson, podría generar cierta susceptibilidad y crítica despiadada, y con el que comparto casi en su plenitud; a saber; en mi opinión, coincido -soy consciente de la herejía, de la aseveración muy poco políticamente correcta de su enunciado- en que, a nivel de producción, las siete pistas -sobre las que no recae signo de duda alguna acerca de la autoría de Michael en tales canciones- del primer álbum póstumo, Michael, de 2010, me complacen en mayor medida que las nueve remozadas en 2014 de Xscape. En el sentido de, haber respetado más fielmente el espíritu de origen de las demos. O, en el supuesto de Behind the Mask, si se fijan con atención (presenciando la maqueta original, de los años 80), al adecuársele una pátina acomodable al ritmo de nuestro tiempo, sin por ello desligarla de su propósito inicial (vean, con detenimiento, cuán coinciden los arreglos de sonido en ambas muestras así consideradas).
En ese sentido, considero que Michael -el cual deberían relanzar, en el futuro, con siete piezas musicales, hallándose desprovisto de las compuestas por Cascio- contenía algunas muestras que podrían haber captado la atención del espectador no necesariamente afecto al genio de Jackson, como pudieran haber supuesto Hollywood Tonight, (I Can't Make It) Another Day, Much Too Soon, o, por encima de las anteriores, Behind the Mask -una magistral canción, según me consta personalmente, con muy buena prensa en la crítica profesional, así como en personajes dedicados de oficio, en conservatorios, a la música de calidad, a quienes conozco y les brindo absoluta credencial de credibilidad en sus afinidades de gusto musical (¿acaso ese saxofón no le brinda a Behind... una sofisticación irresistible?; ¿y el acordeón en el ecuador de la canción Much Too Soon?). Sin embargo, las apócrifas embarraron el terreno de la singladura de repercusión mediática y reputación de este trabajo conforme las sospechas (más que evidentes) comenzaron a circular entre los seguidores, contribuyendo a que las siete rescatables perecieran sumidas en el fango del olvido y la intrascendencia, empañando el recorrido prometedor que pudiera haber concitado este disco tras su puesta de largo en sociedad.
En términos absolutos de álbumes portadores de contenido inédito, de las canciones reinstrumentadas por Sony únicamente manifestaría una valoración positiva en tres: Behind the Mask, Love Never Felt So Good (McClain) y Slave to the Rhythm. Y otra de signo muy desfavorable en una, señaladamente: Blue Gangsta (2014).
Siempre que he procedido, aun de modo accidental e involuntario, a visualizar la carátula del recopilatorio This Is It, suelo exhibir un cierto mohín de desagrado, pues asocio dicho producto con una tentativa demasiado descarada de recabar réditos económicos con la muerte repentina y reciente de una persona, a la cual enfocaban en fotografías de los ensayos que le abocaron a su defunción en el libreto, a modo de accesorio. Demasiado inoportuno, a la par que grotesco, ¿no creen?
Immortal me provoca cierta indiferencia (como álbum de remezclas diversas de pistas ya sobremanera conocidas por todos). Una nueva y enésima manera de proseguir haciendo caja. Aunque alabé la determinación con la que en el Circo del Sol homenajeaban a Michael Jackson, vivificando sobre el escenario su discografía, con motivo de las giras que emprendieron por todo el planeta.
De Bad 25, su contenido, plagado de inéditas -incorporando las ya integradas en la Edición Especial de 2001, se habría aproximado al ideal anhelado por todo seguidor que se precie dado de Jackson. Aunque yo habría prescindido de los remixes. Quizá Sony habrá encargado la elaboración de algún análisis de mercado externo, y en él habrá detectado la presencia de algún target de público potencial -partidario de esta fórmula- al cual satisfacer sus demandas y necesidades relativas a Michael. Porque, de otro modo, no sabría clarificar la justificación de insertar tantas versiones tan sumamente... cuestionables en la forma y el fondo.
Y, en último término, con Xscape, de acuerdo con mi humilde criterio, la relación de sencillos prestos a ser puestos en circulación en las radios habría sido la referida a continuación: Love Never Felt So Good (McClain); Slave to the Rhythm (2014); Chicago (2014); A Place with No Name (original); Blue Gangsta (original); Xscape (original).
Es decir, tres reversiones de 2014; otras tres, de las sesiones de origen. Y todos colmadamente satisfechos, en su justa medida. Y un modo de conferirles cierto grado de redención a tres temazos antológicos que no dispusieron de la oportunidad de ver la luz en vida de Michael: A Place with No Name -una de sus mejores señas de los años 90-, Blue Gangsta y Xscape (originales). Increíble que la discográfica no las haya dado a conocer con mayor énfasis y profusión, imposibilitando convertirlas en clásicos antonomásicos de la obra de Michael Jackson.
Un cordial saludo a todos.