Speechcrepes dijo:
Bizí, la Religión como "idea" podría estar relativamente bien....unas ideas para ser bueno y mejor con los demás, etc....pero en cuanto esa idea se convierte en una institución se jode el invento. En cuanto esa idea tiene poder en los territorios y en las personas que los habitan se acaba la bondad de la religión.
Piensa con más detalle
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Si una religión ejerce poder, digamos político, en un territorio y su gente, "se jode el invento". Pero de nuevo: Aunque los poderes religiosos sean los responsables, esa mala experiencia en sí no depende de la religión, sino de la imposición que lleven a cabo esos poderes, esos responsables, y del seguimiento que tengan por parte de otras personas, que no por ser religiosos, sino por ser intolerantes, se portan mal con otras personas. Por ejemplo, no hay un gran ser poderoso llamado Iglesia Católica o Inquisición o Fundamentalismo que haga cosas malas. Las cosas malas las hacen personas que actúan de alguna forma, o influyen de alguna forma, movidas por esa intolerancia que tienen en común. Hay muchos grupos en distintos ámbitos sociales que hacen esto, con lo que no es una cuestión religiosa realmente. Cuando una religión se porta mal con otros, no es la religión lo que debe combatirse, sino la ignorancia de esas personas.
Lo malo es que esos poderes religiosos muchas veces lo que quieren es poder, si no gubernamental al menos poder de influencia. Un buen ejemplo de que esto no siempre es así, está en el Tibet antes de que lo invadiera China. La inmensa mayoría de la población era budista tanto por tradición como por auténtica vocación personal, con lo que a nadie le importaba ni molestaba que las altas instancias religiosas y las altas instancias políticas fuesen lo mismo, sin apenas diferencia. Pero como el budismo no busca la conversión de nadie ni hace proselitismo, a la gente no le ha importado ni molestado nunca que los poderes espirituales ejercieran el poder político. Todo el mundo estaba -y sigue estando- de acuerdo porque aunque sean lo mismo, se diferencia lo que es gobierno social y autoridad religiosa. Esto cambió radicalmente en 1959 cuando China decidió imponer por la violencia la conjunción de las dos cosas: Vivir bajo su dominio político te obligaba por la fuerza a aceptar también su dominio moral, con lo que millones de tibetanos entraron en una pesadilla. Y esto no significa que todos los chinos sean malos o que no deban tener derecho a formar gobiernos; el problema no está en ser comunistas, o en ser ateos, etc. El problema es la intolerancia y la imposición.
De igual manera que no estoy de acuerdo en que toda religión sea una cárcel. Muchos criminales han dejado de delinquir y se han arrepentido desde que han encontrado refugio, ya sean afroamericanos en la Nación del Islam, gitanos españoles en la Iglesia Evangélica, etc. Esas cosas están muy bien; no son las religiones lo que están mal. Está mal la ignorancia, el odio, el aferramiento, la imposición... no la religión propiamente dicha. Si las religiones sirven para que la gente tome refugio en ellas para ser más felices y ser mejores personas, bienvenidas sean. Si las religiones son tierra de abono para la violencia, la muerte y las injusticias, será solo eso: Tierra. La semilla la lleva dentro cada persona.
Ya llegará el momento en que no haya más religiones, a su debido momento ya no serán necesarias ni importantes. Mientras estén ahí, por lo menos durante este eón, durante este mundo, por lo que hay que preocuparse es por las personas que piensen, hablen o actúen de manera incorrecta, es decir de forma que creen malestar o sufrimiento en general. Eso es lo que hay que combatir, dentro y fuera de las religiones; eso no es importante. Si un profesor de escuela dice muchas tonterías a sus alumnos es porque él como persona probablemente sea un tonto; no sería un tonto en cierto ámbito y un erudito en sus horas libres, por ejemplo
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Por lo que la negligencia sería esa tontería, esa ignorancia, no el hecho de ser profesor.
Igualmente cuando un imán en una mezquita dice que está bien hacer daño a otras personas, o que tal gente debe morir, entonces el problema no está en el imán, sino en él como persona, como ser humano, como ser sintiente que actúa de manera incorrecta; que exprese estas cosas malas, sea alguien incendiario, etc a través del púlpito de una mezquita, del altar de una iglesia, del sillón más grande de una empresa o desde encima de un tanque, ya no tiene tanta importancia. Lo importante es por qué lo hace y cómo podría corregirse esto, prevenir que más gente lo haga, etc.