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Sabías qué...? La historia de Keith, de chófer a amigo de Michael

Xtarlight

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MJH Team
Como adelantamos en el post Sabías qué? Michael reveló la talla de sus calzoncillos, estos días hemos estado trabajando en la traducción del extracto de un libro.

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Se trata de "Baby, you can drive my car", de Keith Badgery, uno de los chóferes de MJ durante la primera parte del Dangerous Tour.

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Keith cuenta que escribió el libro después de 20 años llevando a estrellas como The Rolling Stones, Rod Stewart, Barbara Streisand, Frank Sinatra, Mariah Carey, Celine Dion, Gloria Esterfan, Madonna, Prince, U2, David Bowie, etc...

Antes de publicarlo envió una copia a dos de los principales artistas que aparecen en el libro...

"Enviamos el manuscrito a Mick Jagger y Michael Jackson ya que, aunque no había escrito nada negativo de ninguno de ellos, prefería saber si estaban cómodos con lo que escribí. La respuesta de la oficina de Michael fue favorable, y MJ me deseó suerte con el libro. Mick Jagger no quedó tan impresionado. Me devolvieron el manuscrito con muchas tachaduras.

Como no quería molestarle, eliminé todo lo que él quiso y publiqué el libro. A la semana de estar a la venta, Mick Jagger comenzó un proceso judicial para que el libro no se publicara ¿¿???"


Una aclaración: el autor se refiere varias veces a "un amigo" con el que va Michael. Deduzco que se se trata de su amigo Brett Barnes quel le acompañaba siempre en esa época.

Como el texto es muy largo, lo vamos a dividir por capítulos :p que iremos publicando en este mismo post.


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El avión apareció en el cielo y a mi alrededor, la gran masa de gente comenzó a revolverse. "¡Es él!" dijo una voz desde algún punto de la masa. Otro fan recogió el testigo. "¡Es él!, ¡Es él!" La excitación se hacía palpable mientras más y más miembros del grupo comenzaban a elevar el canto "¡Es él!, ¡Es él! ¡Es Michael! ¡Michael! ¡Michael!"

Había miles de personas apiñadas en el aeropuerto ese día en Munich en 1992 mientras la estrella de pop más grande del mundo estaba a punto de comenzar su segunda gira en solitario. Y, aunque la gente se comportaba correctamente, había algo así como un sentimiento de expectación febril a nuestro alrededor, incluyendo la mía, mientras el avión que llevaba a Michael Jackson tocaba tierra. Michael no sólo es el mayor artista del mundo, sino uno de los más misteriosos, y en ese momento íbamos a verle en persona. Poco me imaginaba en ese momento que iba a llegar a tener una breve amistad con el hombre en persona y que llegaría a asomarme a las bambalinas de una leyenda del mundo del espectáculo.

Por entonces era junio y el comienzo del ‘Dangerous’ tour de Michael, una gira que batiría records y le establecería más firmemente que nunca como el mayor artista de la era. Era un esfuerzo impresionante. La primera fecha de la gira fue en el Olympic Stadium de Munich el 27 de junio, cuando Michael actuó frente a un estadio lleno con más de 72.000 personas. La gira estaba planeada para durar un año y medio, acabando en Mexico City en noviembre de 1993 y aunque algunos de los conciertos fueron cancelados por enfermedad de Michael, actuó en 67 conciertos ante aproximadamente 3.5 millones de personas. En el curso de la gira donó todos los beneficios a la caridad, incluyendo a su própia fundación benéfica Heal the World y su concierto de Bucarest fue vendido a la HBO por 20 millones de dólares. Esto creó otro record mundial, igual que la emisión; consiguió la mayor audiencia de un canal de cable – 34 por ciento – y recibió el Cable Ace Award. La puesta en escena era fenomenal: llevaba tres días para levantar el escenario y aviones de carga tenían que transportar veinte camiones de equipo de ciudad en ciudad.

En cuanto a mi, estaba a pundo de embarcar en una de las aventuras más excitantes de mi carrera. Iba a pasar cuatro meses como uno de los conductores de Michael y mientras acercaban a su avión al edificio del aeropuerto, paraba y fue instantáneamente rodeado por la escolta policial, apenas podía contenerme. Tampoco los espectadores. Los gritos de ‘¡Michael! ¡Te queremos!’ fueron in crescendo hasta un rugido ensordecedor; sentía como si se estuviese moviendo el suelo. Y eso no fue nada comparado con el momento en que se abrió la puerta de Michael descendió vestido con su típica indumentaria militar y levantó la mano para saludar a sus fans; el ruido que salió de la masa de gente debió reverberar hasta en el último árbol de los bosques de Bavaria. La seguridad tuvo que apañarse para contener a las hordas extasiadas, sufrieron la histeria de la masa en sus manos. He sido chófer para algunos de los nombres más importantes del mundo del espectáculo, pero jamás había visto una reacción como la que tiene el público con Michael Jackson.

Comenzaré diciendo que, personalmente, no tengo nada que ver con Michael. Yo llevaba a sus guardaespaldas en el tercer coche de seguridad, mientras Michael normalmente viajaba en un minibus de lujo modificado con recursos para comer y dormir. Desde el primer momento te das cuenta de que no es la típica superestrella. A cualquier parta que fueramos, se cortaban calles y se paraba el tráfico para su llegada, una escolta policial nos acompañaba a través de las ciudades y la masa de gente se volvía absolutamente loca. Una vez no llevábamos escolta en nuestro convoy de tres vehículos yendo de una ciudad a otra y es estuvo a punto de provocar un incidente potencialmente feo.

Michael iba en su furgoneta y otro conductor, Stan, y yo le seguíamos en dos coches. De repente sonó mi walkie-talkie. ‘Keith’, dijo Stan, ‘¿qué está pasando detrás nuestro?’

Miré por el retrovisor y al principio vi un par de motos. Luego se unieron otras dos a ellas hasta que vi como nos seguían docenas de motos y de repente me di cuenta de que estábamos siendo perseguidos por una banda de cuarenta o cincuenta moteros alemanes. ‘Esto no me gusta, Stan,’ le dije por el walkie-talkie. ‘Será mejor que aceleremos la marcha del minibus.’

Los tres pusimos los pies en los aceleradores, pero las motos corrían más y no tardaron en rodearnos. Un minuto después, habían metido sus motos entre los coches para separarnos. La situación empezó a darme bastante miedo. Mi walkie-talkie volvió a sonar. ‘Esto es lo que vamos a hacer,’ dijo Stan. ‘Acércate lo más que puedas a la cuneta por tu lado y yo haré lo mismo por el otro lado. Luego nos acercaremos lo máximo posible al bus de Michael en forma de V y le aislaremos de las motos.’ Eso es lo que hicimos y funcionó; las motos tuvieron que reducir la velocidad. Estaban furiosos, nos insultaron y escupieron intentando volver a meterse otra vez entre nosotros, pero esta vez no pudieron. Yo mantenía mi coche exactamente a cinco centímetros del bus de Michael y Stan conducía a cinco centímetros detrás de mi hasta que el último motero se cansó de la persecución y se volvió a buscar bronca a otra parte. Michael estaba durmiendo en ese momento; nunca supo lo que ocurrió.

Todavía no había estado propiamente con Michael, y fue porque casi hago un desastre por el que pensé que me despedirían, por lo que nos hicimos amigos. Michael estaba en Roma y quería ir a Florencia para ver un cuadro que estaba pensando comprarse. Había unos 2000 fans delante del hotel, así que conseguir sacarle y meterle en el hotel y llevarle por la calle no era una tarea fácil. Su seguridad formuló un plan. Varios coches se colocarían en varias puertas del hotel, mientras el coche oficial de Michael y la escolta policial estarían en la puerta principal. La elección del coche se haría en el último minuto. De repente sonó mi walkie-talkie. ‘Keith, será en tu coche,’ dijo el jefe de seguridad de Michael. ‘Prepárate. Vamos hacia ti.’

Abrí la puerta del coche y de repente Michael Jackson estaba a mi lado. Le metí a él y a un amigo en el coche, mientras la hija de un promotor de conciertos se sentó delante conmigo. Michael tardó dos segundos en moverse desde la puerta del hotel hasta el choche, pero esa vez le vieron, comenzaron los gritos y un momento después el coche estaba rodeado de fans.

Había dos hombres de seguridad delante nuestra: se las arreglaron para abrir un camino entre los histéricos seguidores para que pudiera salir con el coche. Pero justo cuando iba a salir, Michael me puso la mano en el hombro. ‘¡Para!’ dijo. ‘¡Alguien le ha cogido la gorra a mi amigo!’

Paré, pero no me hizo gracia. ‘Esto no es seguro, Michael,’ le dije, mientras los hombres de seguridad nos hacían señales frenéticamente para que saliéramos. ‘En una de estas avalanchas puede pasar cualquier cosa.’

Me moví de nuevo. ‘¡No salgas!’ pidió Michael. ‘¡Quiero esa gorra!’

Los hombres de seguridad estaban ya como locos. ‘¡Vamos!’ chillaba uno mientras la gente rugía y se acumulaba a nuestro alrededor. ‘¡Sal ya! ¡Os tenéis que mover!’

“Te conseguiré otra gorra' dijo la chica que estaba a mi lado. "Por favor Michael, tenemos que salir".

Michael finalmente accedió y justo cuando la gente estaba golpeando el coche, pudimos movernos. El plan era ejecutar una serie de giros a la derecha para volver a la puerta principal del hotel, donde la seguridad pudiera reengancharse, pero había tanto tráfico que nos vimos forzados a torcer a la izquierda hacia una calle de un sólo sentido y encima en el sentido incorrecto.

No había manera de que pudiera dar la vuelta, pitando y haciendo cambios de luces conseguí escapar del atasco. Luego hice otros giros a la izquierda y de repente me di cuenta de que estaba totalmente perdido, eso por no hablar de que llevaba atrás a Michael Jackson y no llevaba seguridad que le protegiera. Por un momento estuve dando vueltas pero no conseguí nada. No había nada que hacer: tenía que admitir que íbamos mal. ‘Estoy perdido,’ dije.

‘No pasa nada’ dijo Michael con su voz suave. ‘¿Qué hacemos ahora?’

La chica que estaba sentada a mi lado no estaba tan calmada. ‘¡Vuelve al hotel!’ dijo. ‘No puedes conducir por Roma con Michael y sin seguridad. ¿Qué pasaría si alguien lo reconoce? ¡Sería una calamidad!’

Tenía razón. Michael Jackson es una de las personas más reconocibles del planeta y la histeria que le rodea es tal que, aunque sus fans no tengan intención de herirle de ninguna manera, hay un peligro real que puede levantar esa violencia. Además, desde el terrible asesinato de John Lennon en New York en 1980, todas las estrellas tienen que ser más cautas. The Beatles podrían pensar que eran mas famosos que Jesús, pero Michael era sin discusión más grande que The Beatles en ese momento de su carrera. Necesitábamos una decisión rápida

‘Michael,’ dije, ‘¿qué quieres que haga? ¿Puedo ir hasta Florencia y busco allí a los otros coches?’

Michael vaciló. ‘Creo que será mejor que volvamos al hotel,’ dijo y dimos la vuelta con el coche para regresar. Michael estaba muy tranquilo, pero creo que noté que estaba empezando a estar un poco tenso. Por fin encontré el camino de vuelta, pero tenía otro problema más. Michael estaba tumbado en el suelo del coche cuando llegamos al hotel para que no le pudieran ver los fans y crear una avalancha, pero cuando estábamos a unos 20 metros de la entrada del hotel, un camino bloqueado por seis filas de coches aparcados y nadie de seguridad a la vista. ‘No hay nadie, Michael,’ dije ‘vamos a tener que correr. Prepárate.’

La chica que estaba a mi lado salió primero para avisar al hotel. Me di la vuelta hasta la puerta de Michael y la abrí. Michael salió de un salto. Yo le rodee con un brazo y us´é el otro para apartar a la gente, que casi tiene un ataque de histeria cuando advirtió que después de todo, él iba en el coche. Nos lanzamos a través de ellos a toda velocidad, logramos llegar a la puerta giratoria del hotel, en ese momento uno de seguridad bloqueó la puerta, pero me di cuenta que el amigo de Michael estaba atrapado fuera. "¡Dejadle pasar!" grité y el amigo pudo atravesarlas antes de que la gente alcanzase la puerta del hotel.

Subí las escaleras hacia mi habitación para hacer las maletas, porque estaba seguro de que tras el caos que provoqué me mandarían a casa. Un momento después entró mi jefe. "¿Qué haces?" preguntó.

‘Recogiendo mis cosas. Estoy despedido ¿no?’

‘¿Bromeas? preguntó mi jefe. ‘Has conseguido devolverle al hotel sano y salvo tú solito; normalmente se necesitan unos nueve hombres de seguridad. Michael está muy tranquilo al haber podido regresar y está hablando muy bien de ti.’

Y así fue como comenzó una breve amistad con una de las personas más buenas que he conocido en mi vida.


[Continuará...]

*Traducido por Xtarlight y Mpenziwe para www.MJHideOut.com
Por favor, no utilices esta traducción en otra web, en su lugar, pon un link directo a este post. Gracias!
 
Cuanto más le conocía, más me daba cuenta de que aunque Michael Jackson es un artista brillante y un hombre de negocios brillante, es completamente cierto lo que la gente dice de él: perdió su niñez y nunca ha podido superarlo. A pesar de su perspicacia en el negocio, hay una especie de vulnerabilidad en él, que casi te hace querer abrazarle y decirle que se cuide mucho – y no soy un hombre sentimental. Michael adora los juguetes y las jugueterías – dondequiera que fuésemos, por toda Europa, si veía un Toys R Us en cualquier ciudad, sabíamos tarde o temprano acabaríamos allí.

Mientras estábamos en Londres, Michael hizo una visita a Hamleys, la famosa tienda de juguetes en Regent Street, así como a la tienda Disney de la misma calle. Cada una de las tienda echó el cierre de los escaparates para que Michael pudiera comprar en privado. Se gastó miles de libras en juguetes; a él, particularmente le encanta los juegos de magia y también compró varios coches con control remoto con los que estuvo jugando por las salas del Dorchester. Cuando salió de las tiendas todo su vehículo y el maletero del coche iban llenos de juguetes – excepto algunos especiales que se llevó él, todos acabaron en hospitales infantiles, como hizo en cada ciudad que visitó.

Allá donde se alojase Michael, se instalaban pinballs y consolas en la suite antes de su llegada. En una ocasión vio una noria que le gustó en una ciudad de Alemania y la compró para que la enviaran a Neverland en California. Junto a él iba un amigo durante la gira, y viendo esa amistad de primera mano, puedo asegurar el hecho de que jamás en ningún momento vi el más mínimo signo de que ocurriera algo impropio.

Todo el mundo sabía que el amigo de Michael estaba con él y lo aceptaba incuestionablemente. Nuestra única reserva era el echo de que Michael se estaba exponiendo a sí mismo a las insinuaciones y de hecho, eso es exactamente lo que ocurrió al año siguiente cuando le acusaron de tener relaciones impropias con jóvenes. Normalmente se olvida que nadie tuvo pruebas que sostuvieran esas acusaciones.

Habiéndole conocido, no me creí esas acusaciones y no me creo las de ahora. Para empezar, Michael es un hombre tan genuinamente bueno que simplemente no le creo culpable de las acciones de las que se le ha acusado. Segundo, cuando estaba trabajando para él en el ‘Dangerous tour', su actitud hacia su amigo me impactó porque actuaba simplemente como un hermano mayor. Puede ser un genio de la música, pero Michael Jackson a veces tiene la mentalidad de un niño y por eso le gusta jugar con niños. El hecho de que ahora tenga a dos hijos propios – Prince Michael Jackson Jr. y Paris Michael Katherine Jackson – debe ser lo más grande del mundo para él, porque ahora puede compartir su amor por los juegos de niños con su propia familia.

A pesar de su enorme amabilidad y personalidad gentil, todo el que está alrededor de Michael le teme por ser quién es. Michael lo sabe, pero no sabe como evitarlo. Los problemas se le hacían llegar siempre vía Bill Bray, su jefe de seguridad, que lleva treinta años con él, porque la gente simplemente no tiene valor para decirle a Michael que algo no ha salido según lo planeado. Parece que cuanto más famoso eres, más gente te teme. Puedo entender porque se dice que se está sólo en la cumbre. Bill es una de las pocas personas que no tiene miedo de Michael y le diga lo que le diga de parte de alguien que se esconde de él, Michael siempre le dice desconcertado, ‘¿Pero porqué no viene él a decírmelo personalmente?’ Por alguna razón, a pesar del hecho de emocionarme al verle, yo no tenía miedo. Le trataba con normalidad, que es quizá por lo que le caí tan bien.

Para empezar, él estaba fascinado por mi acento de inglés del este y siempre intentaba imitarlo. ‘Hola colega, ¿cómo estás?' Decía cuando entraba en el coche. ‘Hola Michael, qué tal?’ Le respondía intentando imitar su propia voz, baja y muy suave, lo que él encontraba muy divertido.

‘¡Eh colega!’ decía.

‘¿Si, Michael?’

‘Háblame del lenguaje callejero del este de Inglaterra.’

Y lo hacía. Michael estaba terriblemente interesado en el por alguna razón, así que me pidió que empezara a enseñarle.

‘¿Cómo decís "escalera" en las calles del este?’ preguntaba.

‘Manzanas y Pares.’

‘¿Cómo decís "traje" en lenguaje callejero?’ preguntaba.

“Silbato y Flauta.’

‘¿Cuál es la palabra callejera para 'dinero'?’

‘Petardos y Puré.’

‘¡Eh colega! ¡Es salvaje!’

Y eso podía durar horas. Al final compré un libro a Michael sobre el tema y le encantó. ‘Es genial Keith, muchísimas gracias,’ dijo cuando lo cogió. Se sentaba en el coche leyéndolo durante horas, cuando le gustaba algo particularmente sonaba su risita. Un día, se volvió hacia mi y me anunció: ‘Estoy sentado en un La-Di-Dah!’

‘¿Puedes repetirlo, Michael?’

‘La-Di-Dah,’ pronunció triunfal, antes de revelarme ‘¡Quiere decir "coche"!’


Capítulo 2

Michael estaba muy interesado en las ciudades que visitamos. Cuando estábamos en ellas solía quedarse en su habitación porque no podía salir a ninguna parte sin verse envuelto en una avalancha de gente, pero cuando llegábamos a un lugar por primera vez o conducíamos alrededor de camino al concierto, se le veía muy intrigado por esos países, que son tan distintos del suyo. Por alguna razón, se quedó particularmente enganchado por Copenage. ‘¿Te gustaría vivir aquí, Keith?’ me preguntó.

‘No lo se, Michael, no me veo.’

Se quedó pensativo un momento. Luego anunció: “Quiero ir al Tivoli Park.’

Y entonces, después de uno de sus conciertos, organizamos una visita al Tivoli Park, el parque de atracciones más famoso de Copenhagen, en su último día de estancia. La visita tenía que ser el domingo y los arreglos se hicieron en voz baja porque no quería atraer a las usuales hordas que suelen rodear sus entradas y pasar allí toda la tarde. Michael está extremadamente interesado con todo el asunto.

Su interés se convirtió en shock y luego en decepción cuando llegó allí, ya que la puerta por la que la puerta lateral por donde iba a meterse se abrió para revelar a un montón de fotógrafos, animadora y una banda de música. Su primera idea fue dar la vuelta y nos tomó un cuarto de hora para persuadirle de que entrase a pesar de todo, pero una vez allí dentro, empezó a divertirse. Yo le llevaba en coche de una atracción a otra, no podía caminar porque la gente haría un tumulto, sus reacciones eran como las de un niño divirtiéndose. ‘¡Guau! ¡esta es fantástica!’ decía cuando volvía al coche. ‘¡Me encanta!’ Se divirtió tanto en la atracción en la que te vas en una cesta y te dan vueltas que insistió en montar dos veces y me pidió que subiera con él.

‘No puedo Michael, tengo que vigila el coche,’ le dije.

‘Venga Keith, ¡no eres divertido!’

Como siempre, no había dado tiempo a volar la noticia de que Michael Jackson estaba en el parque cuando grandes grupos de gente comenzaron a congregarse. Michael contento, decidió tras una hora que nos teníamos que ir en lugar de pasar toda la tarde como habíamos planeado, así que en lugar de seguir allí conseguimos que un conductor local nos llevara a las tiendas de recuerdos militares de la ciudad. A Michael le encantan. Estuvo un par de horas en una de ellas, comprando más de esos brillantes uniformes que gusta tanto de llevar.

Durante la gira era el cumpleaños de Michael e hicimos una fiesta para él en los jardines de su hotel en Frankfurt. Hicimos una barbacoa y la gente se puso cómoda en la tarde soleada mientras le cantábamos 'Cumpleaños feliz'. Michael no estuvo en la barbacoa, porque cada vez que aparece en público, es perseguido por los fans, pero alguien le subió una tarta de cumpleaños a su habitación. 'Es un gesto realmente bonito' dijo Michael, y salió al balcón y compartió la tarta con sus fans.

Por entonces estábamos de vuelta en Alemania, en Hamburgo, y Michael y yo estábamos mejor que nunca. En ese momento yo, como el resto del equipo, tenía mi propio mini club de fans compuesto por tres chicas: una italiana, Claudia, una alemana, Greta y una española, Ana. En Hamburgo, a veces, alquilábamos durante una hora una barca para estar juntos, eso cuando no tenía que estar presente en el hotel.

De vuelta en el hotel, yo seguía tomándome libertades a las que otros simplemente no tenían el valor para arriesgarse. Un día fui a nadar pero había dos hombres de la seguridad de Michael guardando la puerta de la piscina. Me di cuenta de que Michael estaba allí y me di la vuelta, pero uno de los hombres me hizo un gesto con la mano, 'No pasa nada. Él te conoce'.

Entré. El amigo de Michael y su familia estaban nadando en la piscina, mientras Michael daba paseos por el borde con un par de auriculares puestos. Me hizo un gesto con la mano reconociendo mi presencia, tras lo cual, en su siguiente vuelta a la piscina, hice como que le iba a empujar. Al principio Michael se quedó un poco impactado, pero tras un momento le hizo muchísima gracia. Continuó su camino, pero no me quitaba ojo de encima y me hacía ademanes de empujarme. Creo que he sido la primera persona en comportarme así con Michael Jackson en muchos años.

Debo admitirlo, también gasté algunas bromas. Michael tenía cuatro habitaciones consecutivas en la primera planta del hotel y yo tenía una quinta no consecutiva. Los fans siempre descubren en qué suite está Michael y suelen esperarle fuera, esperando que se asome. Ocasionalmente Michael suele apartar las cortinas y mirar, lo que se convierte en un repentino rugir de reconocimiento por parte de la gente. Así que compré un par de guantes blancos, alto típico de Michael y de vez en cuando movía mis cortinas, quedándome lejos de la ventana para que sólo se me vieran las manos. Los fans no sabían que esa última habitación no era de Michael, así que yo también tuve mi propio rugido de reconocimiento, aunque este fuera dedicado a otra persona.
 
El 'Dangerous Tour' a veces hizo honor a su nombre de peligroso, particularmente en Rumania. Michael voló a Bucarest, pero tres de nosotros tuvimos que ir conduciendo los tres vehículos principales por todo el país para reunirnos allí. Nos dijeron que nos aseguráramos de que los coches iban llenos de bolsas de patatas, botellas de agua, Coca Cola y esas cosas, pero que donde quiera que parásemos, nos veríamos inmediatamente rodeados por los lugareños. Esto acabó siendo absolutamente cierto. En un momento que paré en una gasolinera (que por cierto, no tenía gasolina) y apareció gente literalmente de la nada. Rodearon el coche y sólo se fueron cuando les di paquetes de cacahuetes por la ventanilla. Lo mismo me ocurrió cuando paré en un cruce con una vía de tren, tuve que parar porque no había barreras, luces ni indicación alguna sobre si venía o no algún tren.

El siguiente problema fue la gasolina: no hay. Los otros dos conductores y yo descubrimos que cada gasolinera en la que paramos estaba vacía. Los tres llegamos a Bucarest con el tanque casi seco. Allí descubrimos que las gasolineras atraían filas enormes en las que había que esperar, literalmente, durante horas. Es una práctica normal en Bucarest el contratar a alguien para que haga cola todo el día por ti, lo que significa que puedes irte a trabajar tranquilo todo el día y a la vuelta ver si con suerte, tu coche está listo.

Ya que íbamos con Michael, la policía nos escoltó a la parte delantera de la fila, lo que no sentó muy bien entre los vecinos. Una niña pequeña se acercó a llenar mi depósito. Era tan dulce que le di una foto firmada por Michael. Su carita resplandeció totalmente cuando vio la foto: era como si le hubiese dado una bolsa llena de oro. Tras un momento, me la devolvió. 'No, no', le dije, 'es para ti'. Me miró con cara de sorpresa y guardó la foto cuidadosamente.

Michael estaba alojado en el Snagov Lake Palace, la residencia de verano del Presidente Nicolae Ceaucescu antes de que fuese asesinado en 1989. Ceaucescu podría haber caído, pero el estado de anarquía continuaba: había dos edificios en el palacio y nos dijeron que fuésemos en coche de uno a otro en lugar de ir paseando. Nos dijeron también que no caminásemos por el campo de noche. El lugar estaba plagado de guardias armados, de hecho no eran más que jovencitos que llevaban ametralladoras, y había un miedo real de que alguno fuese de gatillo fácil.

Era una situación extraña. El día siguiente pregunté al jefe de seguridad dónde podía ir a lavar el coche: 'Ven conmigo', me dijo. Me llevó a una urbanización llena de jóvenes desaliñados, tras un momento me di cuenta de que eran presos militares. Ellos lavaron el coche por mi, pero mientras lo hacían, tuve que abrirles el maletero. Estaba lleno de agua, Pepsi, patatas fritas, cacahuetes... La mirada de sus caras era de absoluta alegría de ver tanta abundancia dentro del coche y me sentí tan mal por ellos que no intenté pararles cuando las latas y las bolsas se fueron desvaneciendo rápidamente.

La enorme humanidad de Michael fue todavía más obvia cuando hizo una donación de un millón de dólares a un orfanato rumano llamado Orphanato Number One. El estado de los huérfanos rumanos, muchos de los cuales habían sido abandonados o tenían el HIV, había sido noticia recientemente. Michael había quedado profundamente afectado cuando vio las fotos del sufrimiento, así que decidió hacer una donación como forma de ayuda.

El día anterior a su visita, fuimos a ver el orfanato y en la escalera me encontré a Richard Young, un paparazzi bastante conocido. Un niño de 6 años se había pegado a él le llevaba las bolsas, mientras a nuestro alrededor, trabajadores blanqueaban las paredes preparando la visita de Michael. 'Ven, te enseñaré esto' dijo Richard.

'No esto seguro de si lo soportaré' le dije.

'No iremos a los peores sitios' me aseguró Richard y accedí. Era muy doloroso. En una habitación con treinta o cuarenta catres, lo primero que se notaba era el absoluto silencio. Incluso cuando hablabas directamente con los niños e intentabas entretenerles, simplemente te miraban con los ojos en blanco, no pude soportarlo mucho tiempo y tuve que irme.

Al día siguiente era la visita de Michael. El palacio estaba a media hora de viaje a las afueras de Bucarest, pero no teníamos problema para movernos: teníamos veinte o treinta motos de policía escoltándonos y al menos diez coches. Todos los cruces estaban cerrados para nosotros. Cuando llegamos a la ciudad había montones de gente gritando y Michael estaba atrás absolutamente excitado, pero cuando llegamos al orfanato había tanta gente que la policía comenzó a caerse de las motos. En seguida se hicieron un circulo y comenzaron a pegar a la gente con las porras.

'¿Porqué están haciendo eso?' preguntó Michael, que no podía creer lo que veía.

'Tienen que despejar la calle' respondí.

'Pero no hay necesidad de que lo hagan así', insistió. En ese momento estaba furioso y cabreado y si hubiese tenido forma de salir del coche y frenar la violencia, estoy absolutamente seguro de que lo habría hecho. Luego supimos que había unas 40.000 personas allí.

Una vez dentro del orfanato, Michael pasó un par de horas visitándolo y aunque quedó muy conmovido por el sufrimiento que vio, estaba feliz de haber podido hacer la donación. Después me dijo que no sabía lo enorme que había sido ese gesto para la gente en Rumania, los cuales creo que todavía hoy deben hablar de ello.

Y además, por supuesto, estaban los conciertos. La capacidad era para unas 60.000 personas pero debía haber sido al menos el doble por la cantidad de gente que había allí presente. Michael hizo su habitual show brillante, pero a mi se me quedaron grabadas las imágenes del catering en el backstage. Toda la comida estaba guardada en cajas, y delante de ellas, había guardia armada.

En nuestro último día, ocurrió algo muy especial.

La gente de Michael organizó que varios cientos de soldados y policías se reunieran en un parque en la ciudad. Luego llegó Michael. Las tropas, algunas a caballo, comenzaron a desfilar con Michael a la cabeza: en un momento, Michael comenzó a correr y las tropas corrieron tras él, alucinando completamente. Y así, durante las dos horas siguientes, Michael caminó, habló, corrió y bailó alrededor de las tropas que desfilaban en una de las sesiones más divertidas que he podido ver en una gira. Para mi el mejor momento del día fue cuando pasó bailando cerca de donde estaba yo y me hizo un pequeño saludo.

Michael era extremadamente generoso con todos los que trabajábamos en la gira, y éramos más de 100. En Munich hay un gran parque de atracciones llamado Europa Park y Michael lo alquiló una tarde para todo el grupo. Él y sus amigos estuvieron también: era un parque temático del oeste, con un Saloon y ranchos, y se subieron en todas las atracciones con nosotros. Había personajes de Disneyland entre nosotros, hablando con nosotros y gastando bromas a Michael. Michael siempre se asegura de que todo el mundo esté lo mejor posible. Aunque no comió cuando estaba allí, nos sirvieron cena a todos. A veces se mezclaba con nosotros en otras zonas, mientras viera que no había problema de meterse en un tumulto.

Una vez en Alemania estuvimos alojados en un gran caserón en lugar de un hotel, lo que fue memorable porque tenía una pequeña bolera. Ya que éramos los únicos inquilinos, Michael sentía que podía bajar al bar y saludar a todo el mundo, aunque al contrario que el resto de nosotros, él no probó la deliciosa cerveza alemana.

Michael era más que tolerante que cualquier otra persona con nuestras debilidades humanas. En Escocia, él estaba alojado en una casa, mientras nosotros estábamos en un hotel a una milla de allí. El hotel resultó ser totalmente inadecuado, preguntamos si podíamos cambiar de hotel y Michael accedió. Durante la mudanza, pedimos a la casa donde estaba Michael, si nos podían conseguir comida y bebida, así como una baraja y otras cosas para entretenernos. La bebida cayó rápido, con el resultado de que recibimos una llamada sobre las 10 de la noche pidiendo que uno de nosotros fuese a comprar comida al Kentucky Fried Chicken y ninguno estábamos en condiciones para hacerlo. 'Mirad como estáis' dijo un ayudante. 'Sois sus conductores y ninguno de vosotros sois capaces de llevar un coche'. Michael se tomó todo esto con buen corazón y pidió un taxi para que fuera a comprarle su aperitivo nocturno.

[Continuará...]
 
Antes de comenzar cada concierto, Michael tenía una audiencia con niños del país donde estuviera. Se mostraba muy amigable con ellos: respondía a sus preguntas, firmaba autógrafos y posaba para fotos con los jóvenes fans. Los niños lo adoraban absolutamente, estaban tan excitados como cualquiera que conoce a Michael Jackson. Cuando volvimos a Londres, mis hijos, Michael de cinco años y Sheryl de cuatro, estaban invitados a la reunión y estaban totalmente excitados por ello.

Esa vez, el concierto fue cancelado porque Michael tenía problemas de garganta, con el resultado de que la audiencia con los niños también fue cancelada. Mis hijos quedaron amargamente decepcionados pero comprendieron que esas cosas pasan. Otro miembro del grupo se enteró de que mis hijos estaban muy tristes por haberse perdido el evento. Yo no sabía que Michael se había enterado hasta que un día vino y me dio dos fotos suyas firmadas. 'Se que esto no compensará la cancelación del evento, pero al menos es algo' dijo mientras me las daba. Miré las fotos y en ellas había escrito 'Para Michael con amor, Michael Jackson" y "Para Sheryl con amor, Michael Jackson". Esto me conmovió particularmente porque Michael normalmente pone "Michael Jackson" en sus fotos, y rara vez escribe algun mensaje personal.

Cuando hacía grandes distancias, Michael normalmente viajaba en avión o en el Orient Express, dependiendo de lo que más le apeteciera, mientras el resto de nosotros llevábamos nuestros coches a cada nuevo destino. Esto ocurrió al final de mi parte de la gira, cuando Michael iba a actuar en Estambul. Tristemente no tuve la oportunidad de despedirme de él.

Michael iba a volar a la ciudad, mientras yo llevaría el Mercedes detrás de su mini bus por Turquía, y fue durante mi camino hacia la capital del país cuando tuve el primer aviso de que Turquía no iba a ser como los otros países por los que había viajado. Un coche venía detrás y nos ralló la carrocería tanto a mi como al minibus, así que salí detrás de él para enseñarle que no podía ir por ahí con ese tipo de comportamiento. De repente el coche paró y salió un hombre: me dispuse a decirle unas palabras pero de repente, el hombre me apuntó con una pistola. Volví al coche y fue la última vez que perseguí a un coche en Turquía.

Una vez en Estambul nos reunimos con Michael y nos acomodamos en el hotel, donde vivimos con el lujo habitual: comida preparada a cualquier hora, habitaciones preciosas, etc... En cambio, Michael no se sentía bien para nada y tras mucho deliberar, se decidió que no habría concierto, sino que volverían a Londres para que se recuperara. Le llevé al aeropuerto y tuve algunos problemas con la policía durante el camino: un coche trató de sacarme de la carretera, asumiendo sin duda, que sería una gran hazaña causarle problemas a Michael Jackson, mientras otros me cortaban el paso. Fue una experiencia horrible, me rompieron el parabrisas y sólo pude tranquilizarme cuando Michael subió al avión. Michael nunca suele decir mucho en esos momentos, pero yo estaba totalmente aliviado de que nos largáramos de allí.

Inicialmente los conciertos sólo se habían pospuesto hasta que Michael se mejorase y no se sabía que había salido del país. Tras un par de días, empezó a notarse que Michael seguía sin recuperarse y hubo que cancelar el resto de conciertos. Esto nos metió en un problema. Turquía es un país precioso, pero yo ya había descubierto que la vida es más dura allí que en la europa del oeste. Yo no fui el único que advirtió la situación así que había preocupación por cómo reaccionarían los promotores cuando descubrieran que Michael se había ido y no iba a regresar.

Definitivamente y creo que sabiamente, decidimos que uno de los mejores valores es la discreción y sería mejor para todos irnos de allí antes de que se hiciera el anuncio oficial. La gente de Michael había comenzado a abandonar el hotel entre idas y venidas fuimos aproximando a la gente al aeropuerto. Después teníamos que salir nosotros mismos y los coches así que acabamos haciendo una carrera por medio de Turquía con tres Mercedes de cristales tintados. Tuvimos suerte de que son buenos coches, porque la policía trató de pararnos en varias ocasiones, y en cada caso, conseguimos librarnos sólo porque íbamos más rápido que ellos.

Seguíamos nerviosos hasta que cruzamos la frontera con Grecia pero en cuando llegamos a la Europa del oeste nuestros nervios se fueron y la vida volvió a la normalidad. Poco después pude reunirme con mi familia y los cuatro meses y medio que estuve con Michael parecían como un sueño.

En el curso de esos meses, Michael hizo 41 conciertos y pude verlos todos ellos. El comienzo era la puesta en escena más increíble que había visto, y eso que las vi todas. Había un dramático énfasis musical que cobraba intensidad mientras se veían flashbacks de Michael a lo largo de los años. Luego se apagaban las luces, la música comenzaba a ponerse frenética y el escenario explotaba de repente con fuegos artificiales mientras Michael salía de una explosión del suelo desde una 'tostadora', algo que consiguió titulares en todo el mundo. La gente se volvía totalmente loca. Michael se quedaba absolutamente quieto durante todo un minuto, y hace falta una cantidad anormal de carisma para conseguir estar parado sobre un escenario ante miles de personas, luego giraba repentinamente la cabeza y mantenía su pose durante otro minuto mientras la gente volvía a explotar. Al final de los conciertos, se iba volando con un jet pack, también fue pionero en el mundo.

Así que este fue mi momento con Michael Jackson: un genio musical, un hombre realmente amable y bueno y durante muy poquito tiempo, un amigo. Estoy muy orgulloso de que tenga a sus propios hijos ahora y no le deseo otra cosa que felicidad en el futuro. Y sobre su música y sus conciertos, sólo puedo citar lo que me dijo alguien en otro contexto muy distinto, "baby, eres el mejor".

He conocido a otros dos miembros de la familia a lo largo de los años y para ser honesto, no tienen nada de Michael. La primera fue LaToya, su hermana pequeña, a la que conocí bajando del Concorde con su entonces marido y manager, Jack Gordon. Por supuesto, reconocí a LaToya inmediatamente y aunque no lo hubiera hecho, habría sido evidente que era una estrella. LaToya adora absolutamente la atención que recibe y hace ante la gente todo lo que sabe: mover sus pestañas, dar vueltecitas por ahí, ponerse y quitarse las gafas y generalmente, actuar como una estrella. Jack estaba pegado a ella con las maletas así que me acerqué a él: "Sr. Gordon", le dije 'deje que le ayude'. Parece que cometí un error en el código de Jack Gordon por haberle dirigido la palabra sin llevar su nombre escrito en un cartelito como se suele hacer. Me miró despectivamente. '¿Nos conocemos de algo? dijo en un tono que podría haber servido como un estilete. 'No señor, no nos conocemos. Pero ya que está usted detrás de una miembro de la familia Jackson, a la que reconozco porque he visto aproximadamente 18.243 fotos suyas en los periódicos y se que está casada con su manager que se llama Jack Gordon, es bastante evidente que usted pueda ser él. ¿Estoy en lo cierto y es usted Jack Gordon y acompaña a LaToya Jackson, que tiene a un hermano todavía mas famoso llamado Michael con el que he pasado recientemente cuatro meses y que tiene más cortesía en la uña de su dedo pequeño que la que me ha demostrado usted ahora mismo? Ahora le llevaré a Londres, porque para eso me pagan. ¿Puedo añadir que su señora se ha pasado mucho con el maquillaje?" Bueno, no le dije nada de esto. Simplemente cogí sus maletas y me fui. Pero ciertamente lo pensé.

También conocí a Jermaine Jackson, brevisimamente, cuando me llamaron para reunirme con él y su familia en el Conrad Hotel de Chelsea. Jermaine apareció como un hombre decente y educado. Él y su familia acababan de comer y me ofrecieron un sandwich, lo que acepté agradecido porque en este trabajo puedes pasar horas o incluso días sin comer.

Luego la familia se fue a sus habitaciones para cambiarse mientras les esperaba fuera. Y esperé. Y esperé. Y esperé... Finalmente, después de dos horas tarde, apareció un botones 'Perdone por esto' dijo, 'pero han decidido que al final no saldrán'. '¿No podían haberlo dicho antes?'. 'Se olvidaron de que estaba usted aquí dijo el botones y volvió dentro. Ah, vale, pensé, gracias por el sandwich...

[Fin]
 
Alaaaaaaaa!! Que odisea!!! Si leyese esto Spielberg seguro que hacía una peli, sin el logo de Dreamworks claro.

Por cierto Toni, lo prometido es deuda:p PINCHA AQUÍ TONI

Cómo mierdas consigues esa info??:confused:
 
gracias por tomaros el trabajo de transcribir todo. Me interesan también las partes donde habla de madonna asi que si alguien tiene un enlace para descargar el libro se lo agradecería.
 
Ya tengo ganas de leer el resto...:D

Gracias.:)

:v:

PD: Pobre Mike,que mal lo pasó...:(
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Muchas gracias por la segunda y tercera parte.:D

PD: Que mal lo de las porras...:(
 
Última edición:
Me ha encantado la 2ª parte, es genial Michael es como un niño...:eek: quién tuviera la suerte de compartir esos momentos con el, debe de ser muy divertido...

También me gustó lo de que se paseaba por el borde con los auriculares puestos, yo me paso el día así también:Djeje..

Esperamos con ganas el resto de la historia!:D
 
Última edición:
Empieza bien la historieta. Muchas gracias, la sección de "Sabías que..." es siempre interesantísima!!!!

Por cierto, siento un poco de vergüenza ajena por la "involuntaria" violencia de los fans. No me gustaría que me incluyeran en ese grupo, ante todo hay que saber controlarse...
 
Ujujú! Vaya historia! El hombre supo aguantar bastante bien la situación que cuenta de cuando estaba de chófer en Roma. Vaya responsabilidad para él!

Muchas gracias Xtarlight y Mpenziwe por el trabajo que os tomáis por nosotros :D
A la espera de los siguientes capítulos, les saluda atentamente;
thelady! :cuñao
 
Guau, me encantan estos textos y cosillas, me hago la peli mentalmente y :mareao:.
Qué trabajillo traducir todo eso,... pero vale mucho la pena, se disfrutan a base de bien, son una pasada...y lo que queda por leer:D:DGracias!!

Me encanta cuando describen las pasiones que levanta MJ y y nadie más que Michael:rey:, qué cierto es todo eso...el único que tiene semejante poder en fans y no-fans, capaz de fulminar a la gente de histeria, misterio y emoción...pero, madre mía, cómo lo pasa él, desde luego...y, efectivamente, ese tipo de situaciones pueden convertirse violentas por parte de los propios fans que están como enajenados a veces y parece que quieren comérselo con patatas...pobre Mike:miedo:

Ayyy, quería volver atrás a buscarle al nene la gorra, :eek:
 
Cómo mierdas consigues esa info??:confused:

No tengo ni idea pero la verdad es que vale la pena. A mi me encantan estas historietas-leyendas :p Son una pasada!!
Ya me estaba estresando de imaginarme que era yo el chófer XD
joer que no sabes que hacer ahí detrás con Michael y en contra dirección. :jajaja: lo dicho, me ha encantado.. kiero maaas!!!

PD: me encanta el trozo "no pasa nada" :eek:. y estos fans.. que animales madre mía!! pero lo entiendo, si yo estuviese ahí... también me pondría histérica.
 
Xtarlight y Mpenziwe dijo:
... el ruido que salió de la masa de gente debió reverberar hasta en el último árbol de los bosques de Bavaria... He sido chófer para algunos de los nombres más importantes del mundo del espectáculo, pero jamás había visto una reacción como la que tiene el público con Michael Jackson.

:D:D:D Me encanta que lo digan, es que nadie es como MICHAEL!!!! :cool:

Xtarlight y Mpenziwe dijo:
‘No pasa nada’ dijo Michael con su voz suave. ‘¿Qué hacemos ahora?’

Sencillamente adorable, es el hombre más simple (en el buen sentido) del mundo. Ays!

Xtarlight y Mpenziwe dijo:
Y así fue como comenzó una breve amistad con una de las personas más buenas que he conocido en mi vida.
Exactamente lo que es. Sí señor :bravo:

Este post se merece 545468574 estrellas, ya estoy deseando con impaciencia leer las siguientes entregas. Este señor me ha dejado un inmejorable sabor de boca.

Se nota que ha sabido captar la esencia de Michael. Es que si ya es fácil quererle en la distancia, habiéndo compartido tiempo real con él tiene que ser inevitable (exceptuando aquellas mentes sucias y corruptas que no lo saben apreciar, claro....:ains:)

Creo que los siguientes replies me van a gustar tanto o más aún que éste. La cosa promete....

Gracias Toniiiii!!!!! :muac:
 
Última edición:
wow ke Historia tan emocionante pasar de ser un simple chofer a ser amigo de michael ya kiero leer la 3ra parte gracias x ponerla
 
Última edición:
Ay Dios!! El pobre chofer creía que lo íban a despedir mientras que Michael hablaba bien de él... Y hasta me lo imagino a Mike contando como lo había llevado sanito hasta el hotel...

:eek: Si es que cuando Michael te toca con su simpleza está todo dicho...

Y si no:

Y así fue como comenzó una breve amistad con una de las personas más buenas que he conocido en mi vida.

Dijo el chofer...

Creo que todo se resume con esa frase, y que frase... adoro leer éstas cosas. Es hermoso leer anécdotas asi... y atenta a las continuaciones... :eek:

Por cierto Toni, yo estoy mal con las fechas o es asi:

Martes 23
Miercoles 24
Jueves 25

:confused:
 
Por cierto Toni, lo prometido es deuda:p PINCHA AQUÍ TONI

:jajaja: Estás fatal :jajaja:

Cómo mierdas consigues esa info??:confused:
[/QUOTE]

Pero si lo he dicho! :cuñao La primera parte y foto del pase, están en la web del chófer, la portada del libro de Amazon, la foto de Munich de nuestra carpeta de fotos y el texto principal, de una transcripción del libro. :feo:

Por cierto Toni, yo estoy mal con las fechas o es asi...

Sorry, ya está corregido :)

En breve subo la segunda parte...
 
Pro q d aventuras la vida la d este hombre parece una peli d Indiana Jones...espero la continuacion!! esto parece una novela........continuara.
 
Muchas gracias Toni, yo no sé si lo haces a posta,creando así emoción, pero nos dejas con la miel en los labios esperando la 2,3 y 4 parte, a lo mejor es que yo lo vivo demasiado, pero esta historia me parece interesantísima porque se vivió "desde dentro" y esas otras partes de las situaciones , es decir, cómo lo ha vivido Michael,casi no las conocemos, si exceptuamos a estas personas que cuentan sus vivencias.

Ahora que si nos ponemos en el lugar de Michael....QUE HORROR!!! y QUE MIEDO!!:miedo::( lo que tiene que aguantar el pobre...
Nunca he querido ser famosa, pero es que estas historias me reafirman.
 
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