EL TABACO PIERDE EL TREN
• Renfe prohibirá a partir del martes fumar en el AVE y en los recorridos menores a dos horas
• El personal recibe cursillos para paliar posibles crisis de ansiedad
ANTONIO M. YAGÜE
MADRID
La carrera contra el tabaco circula a todo tren. A partir del 1 de febrero los adictos a la nicotina no podrán fumar ni en el vagón de cola, a no ser que el viaje dure más de cinco horas y se hagan con una de las plazas (33%) destinadas a fumadores en estos largos itinerarios.
Pero ni en el AVE, ni en los trenes regionales, ni en los cercanías se podrá ver una voluta de humo.
La nueva medida afectará a 32,7 millones de viajeros que cada año utilizan los servicios regionales y los trenes de alta velocidad. Las líneas de cercanías, que transportan a 444,8 millones de personas, son un espacio sin humo desde 1988.
La ley del sector ferroviario se aplicará con todo rigor en caso de "fumar en lugares distintos a los habilitados en coches y locales". Un portavoz de Renfe afirma que "el viajero puede ser obligado a bajar en la estación más próxima y ser multado con hasta 6.000 euros".
Renfe, aunque se lo pone difícil a sus clientes fumadores, es en el fondo magnánima y vela por la salud mental del pasaje. Para ayudar a pasar el mal trago de la abstinencia, la compañía está impartiendo cursillos a sus trabajadores con el fin de atender los casos de ansiedad que broten entre los viajeros.
"La labor del personal no es ejercer de policía, sino, sobre todo, atender con instrumentos eficaces a las personas que se encuentren indispuestas por su elevada dependencia o puedan desarrollar crisis de ansiedad agravadas por fobias, depresiones o enfermedades asociadas", explica José Luis Jabato, psicólogo del departamento de recursos humanos de Renfe.
- Agua, zumos y chicles -
Los trucos o técnicas de ayuda que Jabato propone a los empleados para atender estos casos se inician con información adecuada sobre la prohibición y comentarios de impresiones y vivencias. A continuación se recomienda ofrecerles un vaso de agua o zumos de fruta (jamás bebidas con alcohol o cafeína), un chicle o algún aperitivo bajo en calorías.
Ante la persistencia de la crisis, el psicólogo ha dotado al personal de los correspondientes cuestionarios para que los rellenen y se pueda determinar el comportamiento del fumador (placer de fumar, hábito, ritual y sitios preferidos) y su dependencia física, psicológica, gestual y social. "A la gente le gusta que te intereses por sus problemas. De paso, se les mantiene distraídos y se les informa", explica Jabato.
La terapia psicológica se completa, si no surten efecto las medidas anteriores, con una serie de ejercicios respiratorios para aumentar la capacidad pulmonar, disminuir la tasa cardíaca y conseguir un estado de mayor relajación. "Si con todo no conseguimos que calmen su crisis de ansiedad hay que llamar a los servicios de urgencia", aconseja Jabato durante sus cursillos a los empleados .
"Por las clases están pasando el millar largo de trabajadores del AVE", asegura Miguel Ángel Tejado, responsable de formación y selección de personal de la Alta Velocidad Española. "Actualmente, explica, pueden ocupar plaza de fumador y usar la cafetería 78 de los 380 pasajeros de cada tren". "La medida será acatada "como ocurrió cuando, en su día, se prohibió en los trenes de cercanías", confía Tejado.
- Como en los aviones -
Para Gema Sánchez, una de las azafatas del AVE, los pasajeros ya han asumido la prohibición y los pocos que no se acostumbren a viajar en el tren sin fumar "tendrán que hacerlo como lo hicieron en su día en los aviones". "Aquí viene gente variada, como es la sociedad. Pero la mayoría son personas educadas y correctas", resalta Sánchez.
Santiago Romero, supervisor de trenes de servicios regionales, advierte de que muchos viajeros en itinerarios que duran dos horas, por ejemplo, Madrid-Segovia, se han adaptado perfectamente a viajar sin encender un solo pitillo. "La gente lo asume. Se lleva de buena gana. Una hora o dos más se pueden aguantar perfectamente sin tener un cigarro en la boca", concluye Romero.
Fuente: El Periódico
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Por cierto, el otro día leí en un diario metro que en Estados Unidos algunas empresas están empezando por no contratar a personas que sean fumadoras. Al parecer es una nueva tendencia, ahora se van a dedicar a hacer análisis al personal para determinar según la (in)existencia de nicotina en su organismo si son válidas para formar parte de la plantilla o no. En serio, haber si encuentro online aquella noticia.
A mí eso sí que me parece excesivo y discriminatorio. Lo que se hace aquí, no.