Os gustaría ver el primer concierto del BAD Tour en Europa? A mi también
Pero como eso de momento solo es posible para unos pocos privilegiados que tienen bien guardada esa grabación y no la sueltan ni a tiros, pues tendremos que conformarnos con unos pocos minutos de vídeo y esta crónica que, con un poco de imaginación, nos transporta hasta esa mágica noche. Que disfruten!
21.02: El estadio Flaminio de Roma brilla como a la luz del día por el resplandor de los potentes focos. De repente, el estadio se sumerge en la oscuridad. Durante unos segundos las estrellas y la luna en cuarto creciente derraman su luz sobre un fantasmal espectáculo: 65.000 fans moviendo excitadamente miles de banderas, bufandas y pancartas con los colores nacionales de Italia. Un tremendo saludo se eleva desde la excitada multitud cuando se apagan las luces, un saludo que se puede escuchar a una milla o mas lejos en el aire de esta clara noche y ahoga los primeros compases de “Wanna Be Startin’ Somethin’”, el número de apertura del impresionante espectáculo de Michael Jackson.
El sonido emitido por los altavoces apilados hasta alturas vertiginosas a ambos lados del escenario suena cada vez más alto y más insistente. 3.000 focos se encienden, su resplandor es tan potente que deslumbran incluso a los fans de las últimas filas de este gigantesco estadio. Gruesas nubes de humo artificial giran y se arremolinan frente al escenario. Y, de repente, este impenetrable muro de luces se atenúa y por primera vez podemos divisar a los 16 músicos en el escenario.
Jackson recorta una deslumbrante figura mientras se mueve a lo largo de este extravagante marco.
Ataviado con un ceñidísimo y centelleante bondage negro con amenazantes broches y hebillas, parece la imagen de una estrella del futbol americano, y este efecto es intensificado por el ancho y profusamente incrustado cinturón de piel colgado alrededor de sus estrechas caderas.
Cuando Michael sale de su pesada chaqueta para “Heartbreak Hotel”, una enorme estrella del centro de su cinturón lanza destellos y chispas a la luz de los focos. Ahora se desliza como un gato acicalado a lo largo del escenario en una iridiscente camisa de seda blanca. “¿Cómo estáis?”, grita al micrófono y, sin esperar respuesta, se lanza directo a los primeros compases de “Another Part Of Me”, que casi quedan ahogados en el grito de respuesta que sale del público.
Todo el escenario adquiere una atmósfera onírica cuando canta suavemente la balada “I Just Can’t Stop Loving You”, con cigarrillos brillando y resplandeciendo al aire en la noche en manos de casi todo el público.
La transición a “She’s Out Of My Life” es casi imperceptible y ahora parece que se ha roto el hielo, Michael empieza a sentirse en casa. Deja el escenario y, con buen humor, acerca a una de sus fans hacia él y la rodea con sus brazos.
Los primeros 30 minutos del concierto cierran con un medley de los primeros tiempos, con Jackson cantando algunas de las canciones del comienzo de su carrera en Tamla Motown.
“Rock With You” y “Human Nature” llegan ahora calentando intensamente el estadio por primera vez y el traje de mafioso que viste para “Smooth Criminal”, completado con sombrero de fieltro de ala ancha y chaqueta blanca con doble abotonadura muestran verdaderamente el soberbio sentido del estilo que tiene. Al final del número sus bailarines caen al suelo al sonido pre-programado de las ametralladoras que sale de los altavoces.
“Dirty Diana” debe ser ciertamente uno de los momentos culminantes del show. Aparece en el último álbum de Jackson, “Bad”, y fue lanzada como single a tiempo para la gira europea. Michael aprovecha la oportunidad para entrar sigilosamente con unos lascivos pequeños pasos de baile que le llevan a un provocativo flirteo con la rubia guitarrista Jennifer Batten, cuyos fuertes riffs de guitarra acentúan el efecto. Y ahora el show empieza realmente a ponerse en marcha. Efectos que se pisan los talones unos a otros y eventos en el escenario que empiezan a tomar impulso solos. El carrusel da vueltas más y más rápido y los efectos avanzan y cambian en una vertiginosa sucesión. El personal de primeros auxilios que hay frente al escenario empieza a encontrarse hasta el cuello de trabajo.
Los fans presionan para estar más y más cerca de las barreras de seguridad. Son principalmente chicas que se desmayan de éxtasis o que se sienten sofocadas en esta congestionada atmósfera. Los doctores informaron de 300 llamadas después del concierto de esa noche. Michael canta y, especialmente, baila como si su vida dependiera de ganar la aprobación, el afecto y el corazón de cada uno de sus fans. Su energía sin límites es casi sobrehumana y pone a todo el estadio en movimiento con sus explosivo estilo de baile. Su vigor aparentemente infinito electriza a sus fans y les convierte en una hirviente masa de éxtasis.
Su saco de trucos parece no tener fondo. Desaparece dentro de una carpa y aparece con una máscara de hombre lobo sobre su cara. Después, un segundo hombre lobo surge del otro lado del escenario haciendo juegos de sombras y mímica a cámara lenta. Solo cuando la máscara se levanta y la lanza al aire nos damos cuenta en realidad de que el verdadero Michael Jackson es el segundo hombre lobo. Después comienza un espeluznante baile de zombies con las luces apagadas y minúsculas lucecitas en las chaquetas de Michael y los demás bailarines son la única fuente de luz en todo el estadio.
Después de una hora, Jackson se permite a sí mismo un corto descanso y desaparece del escenario durante unos 10 minutos, lo que permite a sus músicos la oportunidad de demostrar su temple musical. “Band Groove” es el número que interpretan y dan todo lo que tienen. Después de “Working Day And Night”, el show obviamente está llegando a su climax.
Durante la intro de “Beat It” una carpa plateada cae sobre Michael en la parte izquierda del escenario y se levanta inmediatamente, pero Jackson se ha desvanecido en el aire. Mientras sus fans miran desconcertados al lugar donde estaba, esperando a que reaparezca, él ya está colgando de una grúa sobre sus cabezas en el lado opuesto del escenario. Tan solo 5 segundos han pasado desde que se desvaneció bajo la carpa plateada.
Este truco de magia fue concebido especialmente para la gira de Michael Jackson y es una creación de Siegfried y Roy, dos ilusionistas alemanes que cierran cada noche el espectáculo en Las Vegas. La idea y la puesta en práctica vinieron exclusivamente de ellos. La clave del truco es una cinta transportadora que discurre bajo el escenario, invisible para el público y que permite a Michael salir corriendo desde la izquierda hasta la derecha del escenario, cambiándose de ropa rápidamente mientras tanto.
Esta mezcla de ostentación y glamour, ilusión y Disneylandia es lo que hace de los shows de Michael Jackson un verdadero viaje por la fantasía. La consumada perfección de todo el espectáculo es fascinante y la tensión y la emoción crecen a cada segundo. Vertiginosos cambios de vestuario, alocados atuendos Mad Max, excitantes números de baile, todo ello electrizando a los fans con un apasionante mega espectáculo incomparable en la historia del pop y del rock. Por ejemplo, durante el número de “Billie Jean” todo lo que se ve en el escenario durante algunos segundos son cuatro gigantescas pantallas siguiendo sus pies en primer plano mientras baila su ahora casi legendario Moonwalk.
Michael pone punto y final al concierto de esta noche ante sus fans italianos con “Bad”, sacando a relucir todo el virtuosismo de su baile y convirtiendo el final en una verdadera orgía de baile que no será olvidada rápidamente. “The Way You Make Me Feel” y “Man In The Mirror” son interpretados como bises. El diálogo de Jackson con sus propias reflexiones y la interpretación emocional del segundo de los temas es profundamente emotivo y la estrella da un giro completo al programa de la noche. La declaración que nos deja en esta canción es que cada uno de nosotros puede hacer un poco más para hacer de este mundo un lugar mejor, echándose un vistazo a uno mismo en el espejo; reconociendo nuestras propias faltas e intentando cambiar en consecuencia.
(Algunas fotos no son del concierto de esa noche.)
Vídeo Bad Tour Roma, 1988:
Michael Jackson Live in Rome 1988 - Remastered - High Definition (720p) - YouTube
Pero como eso de momento solo es posible para unos pocos privilegiados que tienen bien guardada esa grabación y no la sueltan ni a tiros, pues tendremos que conformarnos con unos pocos minutos de vídeo y esta crónica que, con un poco de imaginación, nos transporta hasta esa mágica noche. Que disfruten!
23 de mayo de 1988, Roma. BAD Tour
UN TORBELLINO DE DINAMITA EN EL ESCENARIO
UN TORBELLINO DE DINAMITA EN EL ESCENARIO
21.02: El estadio Flaminio de Roma brilla como a la luz del día por el resplandor de los potentes focos. De repente, el estadio se sumerge en la oscuridad. Durante unos segundos las estrellas y la luna en cuarto creciente derraman su luz sobre un fantasmal espectáculo: 65.000 fans moviendo excitadamente miles de banderas, bufandas y pancartas con los colores nacionales de Italia. Un tremendo saludo se eleva desde la excitada multitud cuando se apagan las luces, un saludo que se puede escuchar a una milla o mas lejos en el aire de esta clara noche y ahoga los primeros compases de “Wanna Be Startin’ Somethin’”, el número de apertura del impresionante espectáculo de Michael Jackson.
El sonido emitido por los altavoces apilados hasta alturas vertiginosas a ambos lados del escenario suena cada vez más alto y más insistente. 3.000 focos se encienden, su resplandor es tan potente que deslumbran incluso a los fans de las últimas filas de este gigantesco estadio. Gruesas nubes de humo artificial giran y se arremolinan frente al escenario. Y, de repente, este impenetrable muro de luces se atenúa y por primera vez podemos divisar a los 16 músicos en el escenario.
Jackson recorta una deslumbrante figura mientras se mueve a lo largo de este extravagante marco.
Ataviado con un ceñidísimo y centelleante bondage negro con amenazantes broches y hebillas, parece la imagen de una estrella del futbol americano, y este efecto es intensificado por el ancho y profusamente incrustado cinturón de piel colgado alrededor de sus estrechas caderas.
Cuando Michael sale de su pesada chaqueta para “Heartbreak Hotel”, una enorme estrella del centro de su cinturón lanza destellos y chispas a la luz de los focos. Ahora se desliza como un gato acicalado a lo largo del escenario en una iridiscente camisa de seda blanca. “¿Cómo estáis?”, grita al micrófono y, sin esperar respuesta, se lanza directo a los primeros compases de “Another Part Of Me”, que casi quedan ahogados en el grito de respuesta que sale del público.
Todo el escenario adquiere una atmósfera onírica cuando canta suavemente la balada “I Just Can’t Stop Loving You”, con cigarrillos brillando y resplandeciendo al aire en la noche en manos de casi todo el público.
La transición a “She’s Out Of My Life” es casi imperceptible y ahora parece que se ha roto el hielo, Michael empieza a sentirse en casa. Deja el escenario y, con buen humor, acerca a una de sus fans hacia él y la rodea con sus brazos.
Los primeros 30 minutos del concierto cierran con un medley de los primeros tiempos, con Jackson cantando algunas de las canciones del comienzo de su carrera en Tamla Motown.
“Rock With You” y “Human Nature” llegan ahora calentando intensamente el estadio por primera vez y el traje de mafioso que viste para “Smooth Criminal”, completado con sombrero de fieltro de ala ancha y chaqueta blanca con doble abotonadura muestran verdaderamente el soberbio sentido del estilo que tiene. Al final del número sus bailarines caen al suelo al sonido pre-programado de las ametralladoras que sale de los altavoces.
“Dirty Diana” debe ser ciertamente uno de los momentos culminantes del show. Aparece en el último álbum de Jackson, “Bad”, y fue lanzada como single a tiempo para la gira europea. Michael aprovecha la oportunidad para entrar sigilosamente con unos lascivos pequeños pasos de baile que le llevan a un provocativo flirteo con la rubia guitarrista Jennifer Batten, cuyos fuertes riffs de guitarra acentúan el efecto. Y ahora el show empieza realmente a ponerse en marcha. Efectos que se pisan los talones unos a otros y eventos en el escenario que empiezan a tomar impulso solos. El carrusel da vueltas más y más rápido y los efectos avanzan y cambian en una vertiginosa sucesión. El personal de primeros auxilios que hay frente al escenario empieza a encontrarse hasta el cuello de trabajo.
Los fans presionan para estar más y más cerca de las barreras de seguridad. Son principalmente chicas que se desmayan de éxtasis o que se sienten sofocadas en esta congestionada atmósfera. Los doctores informaron de 300 llamadas después del concierto de esa noche. Michael canta y, especialmente, baila como si su vida dependiera de ganar la aprobación, el afecto y el corazón de cada uno de sus fans. Su energía sin límites es casi sobrehumana y pone a todo el estadio en movimiento con sus explosivo estilo de baile. Su vigor aparentemente infinito electriza a sus fans y les convierte en una hirviente masa de éxtasis.
Su saco de trucos parece no tener fondo. Desaparece dentro de una carpa y aparece con una máscara de hombre lobo sobre su cara. Después, un segundo hombre lobo surge del otro lado del escenario haciendo juegos de sombras y mímica a cámara lenta. Solo cuando la máscara se levanta y la lanza al aire nos damos cuenta en realidad de que el verdadero Michael Jackson es el segundo hombre lobo. Después comienza un espeluznante baile de zombies con las luces apagadas y minúsculas lucecitas en las chaquetas de Michael y los demás bailarines son la única fuente de luz en todo el estadio.
Después de una hora, Jackson se permite a sí mismo un corto descanso y desaparece del escenario durante unos 10 minutos, lo que permite a sus músicos la oportunidad de demostrar su temple musical. “Band Groove” es el número que interpretan y dan todo lo que tienen. Después de “Working Day And Night”, el show obviamente está llegando a su climax.
Durante la intro de “Beat It” una carpa plateada cae sobre Michael en la parte izquierda del escenario y se levanta inmediatamente, pero Jackson se ha desvanecido en el aire. Mientras sus fans miran desconcertados al lugar donde estaba, esperando a que reaparezca, él ya está colgando de una grúa sobre sus cabezas en el lado opuesto del escenario. Tan solo 5 segundos han pasado desde que se desvaneció bajo la carpa plateada.
Este truco de magia fue concebido especialmente para la gira de Michael Jackson y es una creación de Siegfried y Roy, dos ilusionistas alemanes que cierran cada noche el espectáculo en Las Vegas. La idea y la puesta en práctica vinieron exclusivamente de ellos. La clave del truco es una cinta transportadora que discurre bajo el escenario, invisible para el público y que permite a Michael salir corriendo desde la izquierda hasta la derecha del escenario, cambiándose de ropa rápidamente mientras tanto.
Esta mezcla de ostentación y glamour, ilusión y Disneylandia es lo que hace de los shows de Michael Jackson un verdadero viaje por la fantasía. La consumada perfección de todo el espectáculo es fascinante y la tensión y la emoción crecen a cada segundo. Vertiginosos cambios de vestuario, alocados atuendos Mad Max, excitantes números de baile, todo ello electrizando a los fans con un apasionante mega espectáculo incomparable en la historia del pop y del rock. Por ejemplo, durante el número de “Billie Jean” todo lo que se ve en el escenario durante algunos segundos son cuatro gigantescas pantallas siguiendo sus pies en primer plano mientras baila su ahora casi legendario Moonwalk.
Michael pone punto y final al concierto de esta noche ante sus fans italianos con “Bad”, sacando a relucir todo el virtuosismo de su baile y convirtiendo el final en una verdadera orgía de baile que no será olvidada rápidamente. “The Way You Make Me Feel” y “Man In The Mirror” son interpretados como bises. El diálogo de Jackson con sus propias reflexiones y la interpretación emocional del segundo de los temas es profundamente emotivo y la estrella da un giro completo al programa de la noche. La declaración que nos deja en esta canción es que cada uno de nosotros puede hacer un poco más para hacer de este mundo un lugar mejor, echándose un vistazo a uno mismo en el espejo; reconociendo nuestras propias faltas e intentando cambiar en consecuencia.
(Algunas fotos no son del concierto de esa noche.)
Vídeo Bad Tour Roma, 1988:
Michael Jackson Live in Rome 1988 - Remastered - High Definition (720p) - YouTube