Chicos, este es el mío, es modosito, pero espero que le cale hondo a la muy... en fin, que aquí os dejo el mensaje que le he mandado:
Sra. Montero:
Quiero decirle que sigo su trayectoria profesional desde hace mucho tiempo y siempre he considerado que usted es una buena profesional, no tengo dudas al respecto.
De todas formas, leí su artículo en El País Semanal acerca de Michael Jackson y puedo decir que usted me ha decepcionado, no he visto a la Rosa Montero que me había acostumbrado a artículos inteligentes y perpicaces. Como usted podrá imaginar, soy un fan de Michael Jackson y, le repito, no me ha gustado para nada su artículo; no se engañe, usted ha publicado artículos con los que yo no estaba de acuerdo en nada pero, aún así, me gustaban; en este caso, ni eso.
Ante cada cosa que dice usted sobre su carrera artística y su estatus actual, se le puede mostrar datos que indican lo contrario; por ejemplo, dice usted que Michael Jackson está acabado... si eso fuera verdad, no se entendería que haya hecho tambalear a la directiva de Sony (¡de Sony!) hasta provocar el despido de su presidente, Tommy Mottola, quien, por cierto, promocionó nulamente el disco Invincible (para nada decadente, escuche la canción con Santana, por ponerle un ejemplo).
Sobre la cirugía estética le diré, simplemente, que lo único que de verdad pertenece al ser humano para siempre es su cuerpo y la voluntad para hacer con él lo que quiera es algo incuestionable y que no debe despertar juicios de valor; aparte de eso, el blanqueamiento se debe a una enfermedad conocida como vitíligo o leucodermia, enfermedad que, de padecerla usted o alguien de su entorno, crearía una mofa insoportable, como es el caso.
Sobre el asunto de sus hijos, he de decirle que en el reportaje Take 2, Debbie Rowe, su segunda esposa, dice que fue ella quien le pidió a Michael el que tapara a sus dos hijos cuando estuvieran en público, por miedo a algún posible secuestro (como, le informo, estuvo a punto de pasar con Athina Onassis hace unos 3 años en Suiza). Ha de saber usted, además, que Michael Jackson tiene tres hijos y no dos, como escribe usted en su artículo.
En el tema de las acusaciones por abusos deshonestos a menores, le recuerdo que hay un principio básico en Derecho llamado presunción de inocencia, y nadie lo pierde pagando extrajudicialmente a los padres del demandante, es más, gana el hecho de no pasar por lo que pasó en su día O. J. Simpson, un circo mediático interminable. Cuando usted, en su artículo, empieza a divagar sobre "esos niños de esas familias... qué harán allí" usted da a entender algo sucio cuando, en realidad, no lo es. Dígame cuanta gente pone, a disposición de niños con enfermedades terminales, un parque de atracciones; seguro que él no es el único que se lo puede permitir.
Seguramente me habré olvidado de algo. Saludos de,
Un lector perplejo