Weno, como dije antes, la verdad es que no tengo una idea bien formada sobre la reencarnación, y no porque no lo haya pensado nunca. Al contrario, pienso mucho en ello y ahora mismo la creencia que tengo es que sencillamente no lo sé. De todas formas me queda mucho que pensar en ello.
En cualquier caso, si no me reencarno, es posible que una vez deje este mundo, sea consciente de que no me he reencarnado -al menos hasta ese momento- con lo cual se cumpliría lo que en términos generales yo creo. También cabe la posibilidad de que una vez abandonado este mundo, ni me reencarne, ni sea consciente de ello, con lo cual el hecho de reencarnarse o no, no tendría la menor importancia al menos para mi espíritu.
Y en caso de que sí me reencarne, es de suponer que no me acuerde de mi paso por esta vida, con lo cual tampoco merece mi preocupación. Lo que sí me extrañaría es reencarnarme y sí ser consciente de ello, porque al menos que yo conozca, no he visto nunca nadie que recuerde una vida anterior, y no me refiero a hacer regresiones y tal, sino a acordarse de forma natural, plena y completamente inequívoca. Si acaso, el único que al parecer vió sus vidas anteriores fué el propio Buda en el momento mismo en que se convirtió en Iluminado.
Alguien ha hablado por aquí del budismo, pero ojo: Hay muchas otras doctrinas y filosofías que también creen en la reencarnación. De todas formas hablaré del budismo porque es lo único que conozco relacionado con la reencarnación, y ni mucho menos en profundidad. Estaba pensando hace un momento que ahí me encuentro con un choque de opiniones:
Por un lado, creo plenamente en lo que enseñó el Buda y por supuesto mantiene el Dharma (el Dharma se podría decir que es la puesta en práctica de la filosofía budista, en el día a día, ya sea de acto, pensamiento, etc), es que el "yo" no existe. Pienso que es una parte fundamental de la verdad: El alma, o el espíritu, sí existe, pero no existe el "yo" de ese alma. Yo no existo por mí mismo, así por las buenas. Es un cúmulo de circunstancias, lo que se conoce como causalidad, de millones y millones, tal vez infinitas circunstancias, causas y sus respectivos efectos, las que han hecho que yo este aquí ahora pensando, tecleando, sintiendo el aire del ventilador, rascándome una oreja, o lo que sea... Una buena forma de explicar lo que es el Yo es el barro que se usa para hacer jarrones y esas cosas: El jarrón en sí no existe, no es real. Tenemos ahí un objeto que por sus características y sus circunstancias, llamamos jarrón, pero no existe. Está hecho de barro, pero eso no hubiera sido posible de no haber tenido arcilla y agua. Pero qué sería de la arcilla sin los minerales que la componen y hacen que "exista"? El agua tampoco sería posible sin el oxígeno y el hidrógeno, que a su vez deben su existencia a moléculas, átomos y demás. Como vemos, ese jarrón en sí mismo no es una realidad: Es una etiqueta que le ponemos para definirlo en concordancia con la utilidad que le damos, el idioma que hablemos, o la cultura que viviamos; Es igual que cuando llenamos ese jarrón de agua, el agua no tiene forma: Es la forma del jarrón, la que parece darle una forma al agua, aunque sepamos que no es verdad, porque el agua es siempre amorfa, se ponga en el recipiente que se ponga. Pues igual que la forma del agua, es el Yo.
Con lo cual, el ser humano se compone de seis sentidos: Vista, gusto, olfato, oido, tacto y mente. Mente? Claro, la mente. Muchas veces tendemos a caer en el gran error de creer que el Yo es la mente, o que la mente es la forma de expresión del Yo. Pero no es así: La mente obedece a circunstancias, igual que el agua. Si aplicamos al agua la circunstancia de estar metida en un vaso, el agua adoptará forma de vaso. Así, si aplicamos a nuestro sentido de la mente las circunstancias que conforman nuestra vida en este mundo, esa mente no hará más que adaptarse a esas circunstancias. Si por ejemplo, tenemos una mentalidad rural, pensamos que lo normal es no tener televisor, levantarnos con las gallinas, cultivar el campo y nos gusta el silencio de la huerta, todas esas cosas no son más que "la forma del agua" que es nuestra mente. Si nos fijamos en lo muy diferentes que somos de los demás, tanto a nivel inmediato como a nivel mundial, y nos fijamos en cómo cada uno tiene una forma de ser, un personalidad, un carácter, unos valores, un cierto sentido del humor, una crueldad, una compasión, un hambre, un gusto por tal serie de televisión... veremos que todas esas cosas que conforman lo que conocemos como el Yo, no son más que "vasos" de distintas formas en las que se fomentan esas particularidades, esos pequeños detalles que poco a poco nos llevan a mirarnos al espejo, en sentido figurado, y reconocernos como "yo".
Lo que intento decir con esto es que si el Yo en realidad no existe y en realidad se trata de un cúmulo de circunstancias que empiezan a influirnos desde nuestro nacimiento (ya se entienda nacimiento como concepción o como parto, ahí ya no entro), además de con la educación, influencia de nuestro entorno, etc... ¿Cómo es posible que pretendamos que sea ese mismo "yo", con esas mismas creencias, valores, circunstancias, etc.... el que se reencarne en otra vida? Pensarlo y os daréis cuenta de que es verdad. ¿Acaso mi próxima vida no será una vida completamente diferente? Porque la Vida, con mayúsculas, es enorme, inmensa, descomunal, casi inimaginable para la concepción humana. Ahora puedo ser una persona con circunstancias tales como ser idealista, ser indeciso, medio tímido, fan de Michael, enamorado de los cachorritos, me gusta el color azul, odio las alcachofas, etc... ¿Qué me hace pensar que en una vida posterior -o anterior- vaya a repetirse ninguna de esas circunstancias? Porque fijaos que con lo inmensa que es la variedad de posibilidades de ser un ser vivo, en otra vida yo podría ser un gusano que viviré en el subsuelo de una luna de Júpiter, o podría ser un canguro de hace 200 mil años, o podría haber sido una medusa, o qué se yo... Es decir, por qué voy a pretender que seré un humano, y muchísimo menos que seré YO MISMO pero en otra época y otro lugar? Creo que pensar algo así es ser muy cerrado de mente.
Y por el otro lado, hay cosas con las que no puedo estar de acuerdo; por supuesto no puedo saber -o al menos no sé en este momento- si mi desacuerdo es por tener la razón o por no tener ni idea o por las dos cosas a la vez. El caso es que por circunstancias de mi vida, he llegado a creer fervientemente, y confiar plenamente en esa creencia, que sí conservamos una parte de ese "yo" ficticio cuando abandonamos esta vida. Y es que sorprendentemente para el punto de vista budista, los llamados espíritus sí resultan tener cierta "personalidad" que en principio no deberían tener. De todas formas todavía tengo que pensar en esto mucho más, o esperar a que los propios espíritus me lo expliquen, porque es posible que no haya llegado a entender del todo si realmente tienen una personalidad, o si soy yo quien sin darme cuenta les he dado esa personalidad, o me ha parecido que la tenían al relacionarlos yo mentalmente y sin querer con personas de este mundo...
Así que tengo que pensarlo más, pero me encuentro con ese conflicto: Creo en la posibilidad de que la reencarnación sea un hecho, pero también creo que quienes se van de este mundo pueden ser contactados, o pueden ellos contactar con los que estamos en esta vida...
Aunque siendo sincero conmigo mismo, es posible que mis experiencias espirituales solo hayan sido -sin yo saberlo- con espíritus que se encuentran en algo así como una sala de espera hacia su próxima vida, cuando se despojan definitivamente de lo que llamamos "yo" y vuelven a ser "reinsertados en Matrix"
No estoy seguro de si eso es lo que en otras religiones llaman "limbo", no? El sitio donde se quedan los espíritus recién muertos a la espera de irse a otro sitio, sea cual sea...
La cosa es que el budismo también contempla ese "limbo", un espacio intermedio entre la muerte de esta vida y la reencarnación en otra distinta... Aunque como dijo alguien arriba, una de las cualidades del kharma es que, supuestamente y resumiendo mucho y mal, si haces cosas malas te reencarnas en animales y si haces cosas buenas te reencarnas en humano. Eso también tengo que pensarlo, aunque en general tiendo a no estar de acuerdo con ello. Lo que el budismo tiene muy claro, y yo tambien, es que la acumulación de conocimientos no supone EN NADA un acercamiento al Nirvana, ni muchísimo menos, con lo cual... no estoy del todo seguro por qué un humano podría alcanzar la Iluminación y un perro no. Aunque de todas formas creo que sé por donde van los tiros y posiblemente no pase mucho tiempo para estar de acuerdo con esa idea. Pero de momento, creo que no lo estoy.
JACL, tengo que corregirte en eso: El budismo no cree que el cuerpo sea una jaula para el alma. Es como lo que decía del conocimiento: El conocimiento en sí no te acerca a la Verdad. En todo caso puede ayudar a "ordenar las ideas" y a comunicarnos, pero no te acerca al Nirvana. Pues lo mismo pasa con el cuerpo. No hay más que ver al propio Buda en persona: Precisamente alcanzó la Perfección pocos días después de comprender que el estado de su cuerpo físico no tenía nada que ver con esa Perfección, y no se sabe que su condición de príncipe le ayudara para nada a convertirse en Buda (indirectamente por circunstancias de su vida sí, pero el hecho en sí de ser un príncipe, no). Esto también lo desarrolló mucho el filósofo Khrisnamurti, que siempre defendía el hecho de que no por ser más culto, haber adquirido cientos, miles, millones, trillones de conocimientos, datos, recuerdos, etc en la memoria, no se acerca uno ni un solo paso al Nirvana. En todo caso esos conocimientos nos pueden echar una mano a la hora de comunicarnos, pero ya está. Un razonamiento muy interesante que daba Khrisnamurti es el hecho de que ahora somos muchísimo más cultos y letrados que hace miles de años, y sin embargo nos seguimos matando a porrazos igual o incluso más que antes. De igual manera que yo estoy tan cerca o tan lejos de la Iluminación exactamente igual ahora mismo, que 10 minutos antes de ponerme a escribir este mensaje; el hecho de saber escribir y ordenar mis pensamientos, y hacerlo más o menos bien, lo unico que consigue es ayudarme a expresarlo y compartirlo con vosotros, y esa comunicación siempre es positiva; pero ese hecho en sí mismo no me acerca ni mucho menos a la Iluminación.
Además, JACL, los budistas no creemos para nada en eso de la "salvación". Es algo radicalmente ajeno al Dharma. No creo que la salvación desde el punto de vista cristiano, por ejemplo, pueda compararse al estado de Nirvana budista. El Nirvana es un estado plenamente consciente; cuando te conviertes en un Buda, o en un Boddhisatva, lo sabes. Nadie puede decirtelo ni antes, ni durante, ni después, y aunque te lo dijeran, solo el Perfecto puede saberlo, solo él o ella se da cuenta de cuándo se ha iluminado. Creo que no tiene nada que ver con la idea de salvación. Para el budismo, no hay nada de lo que "salvarse". Ni tampoco conlleva, al menos necesariamente, que la persona que alcanza el estado de Perfección se despoje de su cuerpo físico. De hecho, el propio Buda en persona llegó a ese estado cuando tenía cosa de 35 años, y falleció a los 80...
Esta doctrina no es atractiva porque evite la creencia en un juicio, JACL, por algo muy simple, y es que el budismo se basa en la no doctrina, el no rechazo, ni puede haber juicio alguno puesto que el budismo en sí mismo es ateo. Un budista no concibe que pueda jugarse el destino entero, porque sabe que su destino es el que es, haga lo que haga por favorecerlo o evitarlo. Justo por ese motivo, no lo hace. Lo que el Dharma busca es conocer la Verdad absoluta. Una vez entendido ese concepto, hallar el fín del sufrimiento se convierte tanto en la base fundamental, como en el objetivo, y promueve la idea de que el fín del sufrimiento individual es totalmente imposible si no se busca también el fín el sufrimiento en los demás, dado que todos somos iguales y todos queremos ser felices. Como ves, el Nirvana no tiene nada que ver con lo que llamas salvación.
Un saludito.