M
Meiko
Guest
Todo el que me conoce sabe que soy una cotorra de mucho cuidado. Siempre que hablo por teléfono (y en persona, ya que estamos) hablo, hablo y hablo, como si me hubieran dado cuerda. Pero al tener contrato y no echar casi nunca un vistazo a las facturas, el disgusto no es excesivo. Ya se sabe, ojos que no ven...