Michael no le debía nada a Joe, al contrario, lo convirtió en un hombre rico haciendo lo que más le gustaba. Joe Jackson utilizó a sus hijos, los explotó y los sometió a base de terror y palos.
Los malos tratos que Joe infligió sus hijos no se puede justificar ni por la época, ni por la educación recibida ni por la infancia que él hubiera tenido, ni por el entorno en el que vivían ni por nada, lo que hizo nace del sadismo puro y duro que llevaba dentro. Untar a un hijo en aceite para pegarle con el cinturón es de un sadismo absoluto. Y no porque se haya muerto esto vaya a dejar de ser así.
Afirmar que sin Joe no tendríamos a Michael Jackson es conocer muy poco de su naturaleza. Nada, nada, se habría interpuesto en su camino para llegar a la cima porque ha sido uno de los genios más grandes que ha dado la música y un genio nace, no se hace, y mucho menos a golpe de cinturón.
Sin Joe no tendríamos a la estrella infantil, posiblemente nos habríamos perdido aquellas canciones de aquellos maravillosos años en los que se estaba gestando el sonido de la joven América, aquellas canciones de aquellos niños que han conformaron la banda sonora de la vida de muchos de los que estamos aquí, las que seguimos escuchando con nostalgia y nos siguen erizando la piel. Pero cambiaría todos esos momentos felices de mi infancia escuchando sus canciones solo porque él hubiera podido disfrutar de una niñez normal y anónima. Una niñez en la que empezar a construir en un entorno familiar feliz y seguro. Posiblemente habría sido una persona mucho menos insegura en muchos aspectos, mucho menos atormentada, posiblemente habría dado más de sí si no hubiera tenido que perderse en una lucha constante con sus propios miedos y traumas, no sabemos a dónde habría podido llegar, es posible que más lejos aún, es posible que aún estuviera aquí enfrascado en nuevos proyectos… Quién sabe…Pero aunque nos gustaría cambiar la historia, la HIStoria es la que es.
Es posible que Michael perdonara a su padre, no me cabe duda de que al menos lo intentó, sus fuertes valores morales sin duda le empujaban a ello, si lo consiguió o no es algo que nunca sabremos. Lo que es cierto es que en los últimos momentos de su vida Michael no dejaba a su padre entrar en casa, y eso indica que seguía habiendo recelo y desconfianza o al menos distanciamiento, cuando no rencor.
El resto de la familia, el resto de los hermanos, a los que por cierto también hizo daño, no sé si le han perdonado, parece que sí a juzgar por los comunicados recientes, o al menos de cara a la galería, pero eso es algo que me da absolutamente igual, no tengo más interés en toda esa familia que el meramente musical. Sólo me interesa de ellos sus proyectos en ese campo, como músicos, que es a lo que me hubiera gustado que se hubiesen dedicado exclusivamente todos estos años, pues eran buenos. Le tengo cariño a esos niños de Gary Indiana, sufrieron también la rigidez del padre, el trabajo sin descanso, el sacrificio de la infancia, etc., a los adultos en que se convirtieron no tanto. Fueron víctimas también pero se perdieron dentro de ese mundo, no deberían de haber dejado la música, es una buena noticia el que se vuelvan a subir a los escenarios.
No me alegro de la muerte de Joe, ni mucho menos le he deseado nunca ningún mal, pero su fallecimiento me ha producido indiferencia total y absoluta.
El único bien que Joe le hizo a su hijo sin pretenderlo fue el que Michael acabara proponiéndose el parecerse lo menos posible a su padre. Puso todo su empeño transformando los defectos de Joe en virtudes en su persona, recibió ira y violencia y devolvió amor y paz.
Eso es lo que aprendió de él, ese es el legado de Joe Jackson.