Natasha Lang, madre de un niño en el Hospital de Niños en Sydney, cuenta sobre la visita de Michael:
"...Nunca olvidaré ese día mientras viva, cuando Michael vino al hospital con una abundancia de animales de juguete, dados tan generosamente, a todos los niños en la sala del hospital. Él fue por toda la sala y visitó a cada niño personalmente y les habló tranquilamente palabras de consuelo y nunca olvidaré el deleite de esos niños, el personal médico y los padres que estaban de visita ese día. Mi hijo ahora es un hombre y deseo compartir esta fotografía con todo el mundo porque muestra la naturaleza desinteresada y generosa de Michael. Mi hijo, desafortunadamente, perdió su ojo en un accidente escolar esa semana y , como se pueden imaginar, fue una real tragedia para toda la familia, pero ese día él nos dió algo de alegría, gran placer y abundancia de felicidad".