Rafam
2
El 74% de los electores aprobó el proyecto. La región adquiere así amplios poderes a pesar del temor de los conservadores de que ello provoque la desintegración del país
Los catalanes aprobaron el domingo en un referéndum una propuesta de darle poderes mucho más amplios a la región, a pesar de los temores de que ello podría debilitar al gobierno central.
Con el conteo de los sufragios en el 91% por ciento de las mesas de votación instaladas, el 74% de los electores aprobó el proyecto, conocido como el estatuto, y poco menos del 21% lo rechazó, informó el gobierno catalán.
La participación en las urnas fue de casi 49%. "Los ciudadanos han decidido abrir una nueva era con más fortaleza, más conocimiento de la realidad nacional catalana, más áreas de jurisdicción, más recursos y más capacidad de intervenir en la política española y europea'', manifestó José Montilla, el ministro español de industria y el segundo directivo en importancia del gobernante Partido Socialista en Cataluña.
"Ahora tenemos un nuevo estatuto'', dijo el vocero del gobierno catalán Joaquim Nadal. La región, que se considera una nación dentro de una nación, votó por una rebanada más grande en los ingresos fiscales recabados en Cataluña, el derecho a participar en la designación de jueces y fiscales en las cortes regidas desde Madrid y, de manera crucial, la proclamación indirecta de Cataluña como una "nación''.
La nueva constitución también da a la región mediterránea el control sobre diversas áreas como la infraestructura, incluyendo el servicio de trenes y las carreteras, y la concesión de permisos laborales para inmigrantes en la región. El referéndum es de cumplimiento obligatorio y el resultado es definitivo porque el proyecto ya había sido aprobado por el parlamento español.
Los conservadores se opusieron a la nueva carta con el argumento de que distancia a Cataluña del resto de España, la aleja injustamente de ventajas especiales y alienta a otras regiones semiautónomas de España a seguir su ejemplo. Y esto, afirman, plantea el riesgo de dejar al gobierno español sin dinero ni poder para gobernar el país al quitarle sentido de ser.
Asun Busquets, una secretaria de 40 años de edad, dijo que votó por el "sí'' porque Cataluña merece más facultades para compensar su fuerza económica - 20% de la economía española. "Es una forma de lograr igualdad con el resto de España'', consideró. Pero Gabino Escribano, un técnico industrial de 38 años que radica en la sureña región de Valencia, dijo que votó contra el estatuto debido a que no lo considera bueno para Cataluña ni para España.
"No me gusta la idea de España resquebrajándose'', dijo y añadió que los políticos catalanes "están jugando con fuego''.
Las nuevas atribuciones reforman la constitución de casi 30 años que concedió a Cataluña una gran dosis de autogobierno tras la muerte del general Francisco Franco en 1975 y al final de un régimen proclive a concentrar el poder en Madrid.
Los catalanes aprobaron el domingo en un referéndum una propuesta de darle poderes mucho más amplios a la región, a pesar de los temores de que ello podría debilitar al gobierno central.
Con el conteo de los sufragios en el 91% por ciento de las mesas de votación instaladas, el 74% de los electores aprobó el proyecto, conocido como el estatuto, y poco menos del 21% lo rechazó, informó el gobierno catalán.
La participación en las urnas fue de casi 49%. "Los ciudadanos han decidido abrir una nueva era con más fortaleza, más conocimiento de la realidad nacional catalana, más áreas de jurisdicción, más recursos y más capacidad de intervenir en la política española y europea'', manifestó José Montilla, el ministro español de industria y el segundo directivo en importancia del gobernante Partido Socialista en Cataluña.
"Ahora tenemos un nuevo estatuto'', dijo el vocero del gobierno catalán Joaquim Nadal. La región, que se considera una nación dentro de una nación, votó por una rebanada más grande en los ingresos fiscales recabados en Cataluña, el derecho a participar en la designación de jueces y fiscales en las cortes regidas desde Madrid y, de manera crucial, la proclamación indirecta de Cataluña como una "nación''.
La nueva constitución también da a la región mediterránea el control sobre diversas áreas como la infraestructura, incluyendo el servicio de trenes y las carreteras, y la concesión de permisos laborales para inmigrantes en la región. El referéndum es de cumplimiento obligatorio y el resultado es definitivo porque el proyecto ya había sido aprobado por el parlamento español.
Los conservadores se opusieron a la nueva carta con el argumento de que distancia a Cataluña del resto de España, la aleja injustamente de ventajas especiales y alienta a otras regiones semiautónomas de España a seguir su ejemplo. Y esto, afirman, plantea el riesgo de dejar al gobierno español sin dinero ni poder para gobernar el país al quitarle sentido de ser.
Asun Busquets, una secretaria de 40 años de edad, dijo que votó por el "sí'' porque Cataluña merece más facultades para compensar su fuerza económica - 20% de la economía española. "Es una forma de lograr igualdad con el resto de España'', consideró. Pero Gabino Escribano, un técnico industrial de 38 años que radica en la sureña región de Valencia, dijo que votó contra el estatuto debido a que no lo considera bueno para Cataluña ni para España.
"No me gusta la idea de España resquebrajándose'', dijo y añadió que los políticos catalanes "están jugando con fuego''.
Las nuevas atribuciones reforman la constitución de casi 30 años que concedió a Cataluña una gran dosis de autogobierno tras la muerte del general Francisco Franco en 1975 y al final de un régimen proclive a concentrar el poder en Madrid.