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- 'Un intento fallido hubiese significado correr el peligro de no salir nunca más del sótano'
- 'Tenía que ganarme su confianza de forma sucesiva'
- 'Pensaba: seguro que no he venido al mundo para dejarme encerrar y arruinar mi vida'
![1157554223_g_1.jpg](http://external.cache.el-mundo.net/elmundo/imagenes/2006/09/06/1157554223_g_1.jpg)
VIENA.- La joven Natascha Kampusch, que estuvo secuestrada durante más de ocho años y en libertad desde hace sólo dos semanas, resaltó, en su primera y esperada entrevista a la prensa, la desesperación vivida en su largo cautiverio y su deseo permanente de huir.
"Sólo pensaba en huir", dijo Kampusch en declaraciones a la revista semanal austriaca 'News'. La joven ha confesado que soñaba con "decapitar" a su captor.
"Una y otra vez me preguntaba por qué precisamente entre los muchos millones de seres humanos (que hay) justo a mí tenía que pasarme esto", explicó en la entrevista de 'News' la joven de 18 años.
Natascha fue recluida en un zulo subterráneo, debajo del garaje de la casa de su secuestrador, Wolfgang Priklopil, un técnico en electrónica que se suicidó, con 44 años, pocas horas después de la huida de su rehén.
"Yo pensaba: seguro que no he venido al mundo para dejarme encerrar y arruinar completamente mi vida. Estoy desesperada por esta injusticia", añadió Kampusch.
"Me sentía como una pobre gallina en una batería ponedora (expresión utilizada en Austria que es similar a sardina enlatada). Seguro que han visto en la televisión y la prensa mi calabozo. Así es que saben cómo era de pequeño. Era para desesperarse".
"Siempre pensaba en cómo llegar hasta el punto de poder huir. Pero no podía arriesgarme", aseguró.
Según Kampusch, su secuestrador "sufría una fuerte paranoia y mantenía una desconfianza permanente".
"Un intento fallido hubiese significado correr el peligro de no salir nunca más del sótano. Tenía que ganarme su confianza de forma sucesiva".
Natascha se ha referido al momento en el que escapó: "Estaba allí, detrás de la puerta del jardín y sentí vértigo. Me dí cuenta por primera vez de lo débil que estaba".
Kampusch señala que su deseo es llevar adelante un proyecto "para mujeres en México, que son raptadas desde sus puestos de trabajo, secuestradas, torturadas de la forma más brutal y violadas".
El semanario 'News' y el diario 'Kronenzeitung' han adelantado las primeras imágenes de la joven. En todas ellas, Natascha aparece con un pañuelo cubriéndole la cabeza.
Pedí una manta para taparme la cara
En la entrevista concedida al diario 'Kronenzeitung', Natascha ha explicado que lo primero que hizo al entrar en el coche de policía tras escapar de su secuestrador fue "pedir una manta para taparme la cara para que nadie pudiera hacerme una foto".
Preguntada sobre por qué no pidió ayuda a Ernst Holzapfel, el amigo de su secuestrador al que la joven saludó, Natascha dice que porque si lo hacía sabía que Priklopil mataría a su amigo.
Es la primera vez que la joven relata a la prensa cómo vivió su cautiverio, en un recinto subterráneo de seis metros cuadrados, meticulosamente escondido en la casa de Priklopil, situada en la pequeña localidad de Strasshof, cerca de Viena.
Así, su calabozo se encontraba a pocos kilómetros de su antiguo hogar, en un distrito vienés, donde fue secuestrada en marzo de 1998 en su camino a la escuela.
Kampusch también habla de su nueva vida y dice que espera recuperar la formación escolar para poder estudiar una profesión, entre las que mencionó la de periodista, abogada o psicóloga.
Aparición en televisión
Toda la república alpina, conmocionada tras la liberación de Kampusch hace dos semanas, ha estado a la espera de sus primeras declaraciones públicas, así como de su primera aparición ante las cámaras de televisión, que se espera para esta noche.
La radiotelevisión pública austriaca ORF, que comercializa los derechos exclusivos a nivel internacional, emitirá a las 20.15 la entrevista con la joven hecha por un redactor que durante todos esos años estuvo en contacto con su familia.
Se espera que el espacio de 20 minutos de duración bata el récord de audiencia en la república alpina, cuyos habitantes quedaron conmocionados por el secuestro de la entonces niña, en marzo de 1998, y ahora de nuevo, con la reaparición de la joven.
El entrevistador, Christoph Feurstein, ha adelantado que "en la entrevista hay momentos que ponen los pelos de punta" y que ella cuenta cómo, durante el secuestro, trató de hacer señales de socorro con su mirada a la gente con la que se cruzaba, pero que "nadie reaccionó".
Natascha "tenía muchas ganas de hacer la entrevista y lo ha hecho muy bien", asegura Feurstein. "Estaba muy enérgica, muy activa, llena de deseos y de ilusiones para el futuro", describe.