Yo perdí a mi amado padre en el 2006 tras una enfermedad de 5 años, el dolor fue insoportable, fue mi padre y mi amigo, me entregó amor incondicional, lloré, lloré y sigo llorando a veces aunque claro, el dolor ya no es tan persistente. Tuve tiempo de decirle todo lo que lo quería, de darle las gracias por su amor, de intentar minimizar su miedo y su soledad, pero con Michael todo ha sido una explosión, una catarsis inesperada del mundo. Michael era mi consuelo, mi compañía cuando yo tenía 6 y 7 años, cuando me sentía sóla y vacía, incomprendida muchas veces. ël estaba ahí, haciéndome sonreir con su música, con su consuelo, en mi adolescencia, en mi juventud temprana, siempre eramos él y yo. Nunca podremos comparar el dolor de la pérdida de un padre, o madre eso es obvio, pero Michael era una ser querido de mi, de mi corazón y aún estoy en profundo duelo, eso sí ahora lloro a escondidas, evito hablar de él porque los que me rodean ya estan hartitos, pero mi corazón sigue con él, sufriendole, y ansiando noticias suyas.
El corazón es una casa de huspedes, y cada uno tiene su experiencia y su dolor, Yo también sé que le lloraré toda la vida, auqnue gracias a Dios, el tiempo aminorará ese dolor punzante, esa rabia contenida... Ánimo, Michael se ha hecho gigante como en Ghosts, después de desaparecer, él ya lo sabía muy bien. Un abrazo a todos los que aún le lloran, yo sigo así.