En un estrecho fallo, el máximo Tribunal aprobó el desafuero por nueve votos contra ocho y desechó la petición de la defensa del octogenario militar de librarlo de procesamientos judiciales por razones de salud.
“Se confirma la sentencia anterior de la Corte de Apelaciones”, dijo el relator del tribunal, Juan Cristóbal Mera, a decenas de periodistas apostados en el Palacio de Justicia de Santiago.
La Corte de Apelaciones de Santiago había quitado la protección judicial a Pinochet hace un mes y medio, después de que un juez diera curso a una solicitud de los acusadores en tal sentido para poderlo investigar por su relación con la “Operación Cóndor”.
Pero la defensa del anciano general, de 88 años, no aceptó el dictamen y apeló ante la Corte Suprema, la que finalmente lo rechazó.
“Estoy muy molesto. Pensé que la Corte Suprema iba a corregir lo que, a mi juicio, era un error de la Corte de Apelaciones. Los fundamentos de todos los fallos anteriores no han variado, son de índole médico”, dijo el retirado general Guillermo Garín, mano derecha y coordinador de la defensa de Pinochet.
Esta es la segunda vez que Pinochet pierde su inmunidad en causas por violaciones a los derechos humanos, pero en la ocasión anterior y tras ser procesado como encubridor de los crímenes de algunos subordinados, la Corte Suprema lo sobreseyó argumentando que no podía enfrentar un juicio por padecer demencia senil. El nuevo desafuero abre la puerta a que el general retirado, que gobernó Chile con mano de hierro entre 1973 y 1990, deba responder por su presunta responsabilidad en el secuestro y desaparición de 19 opositores, en su mayoría pertenecientes al grupo rebelde izquierdista MIR.
Los detenidos desaparecidos habrían sido arrestados entre 1975 y 1976 por agentes de inteligencia en Argentina, Bolivia y Paraguay, bajo el amparo de la “Operación Cóndor”, una red de represión que detenía y asesinaba opositores de los líderes militares que gobernaron de facto en la región.
Como ya se ha hecho una costumbre en el gobierno del presidente Ricardo Lagos, otrora uno de los líderes de la oposición contra Pinochet, no hubo comentarios oficiales sobre el dictamen judicial.
Los abogados querellantes reaccionaron con satisfacción al dictamen de la Corte Suprema, mientras grupos de derechos humanos celebraban en el frente del Palacio de Tribunales.
“El país es un poco más democrático que ayer, porque este fallo de la Suprema confirma que efectivamente no hay intocables”, dijo Eduardo Contreras, unos de los más persistentes acusadores de Pinochet.
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Lo que me deja flipao es que le han quitado la inmunidad casi por los pelos. Me parece increíble que la mitad de esos jueces realmente piensen que no tenga que pagar por sus crímenes. Luego nos quejamos del Melville...