Aunque la temática que plantea el autor del post ha sido abordada en el pasado en una multiplicidad de ocasiones -dada la longevidad de este foro-, siempre apetece recapitular, de vez en cuando, el listado de canciones que menor sintonía, en lo personal, a uno le pueden llegar a merecer -lo cual no significa que me desagraden, sino que las considero más flojas, en comparación con la concepción global que de su trayectoria yo pueda emitir en ese sentido-. En el supuesto de Michael Jackson, ello resulta una tarea un tanto laboriosa y ardua, dada la enorme regularidad de la que solió hacer alarde, con un estándar, tanto en producción, como en términos de composición, muy elevado.
En mi opinión, se encontrarían en esa galería temas como:
- Girlfriend -Off the Wall, 1979-: la habría canjeado sin titubear por la demo Sunset Driver, bastante desarrollada en su concepto como para encontrarse en dicho estado. Pero no la encuadraría en la nómina de las peores, en el furgón de cola. Michael se hallaba en un estado vocal y vital tan brillante en esa época de su existencia, que consigue transmitir con ella al oyente un cierto aura de encanto cautivador, que llega a halagar a los oídos de quien la escucha, con zalamería.
- Can´t Let Her Get Away -Dangerous, 1991-: es muy presumible que Michael Jackson la introdujera en lugar de otras en última instancia desechadas, como Monkey Business, por una simple cuestión de estrategia comercial, haciendo prevaler ante crítica y público que, en efecto, se hallaba al corriente y al tanto de la 'onda' de aquellos tiempos, los primeros noventa, caracterizados por el New Jack Swing -corriente popularizada en las masas desde fines de los ochenta, con productores tales como Teddy Riley como adalides de la misma-. Por lo tanto, para mí, un tema experimental de transición, como prefacio a la canción número siete (Heal the World), en la que el disco comienza a despegar, sin remisión alguna, hasta alcanzar la estratosfera. Comienza prometedora y con fiereza, para terminar redundante y un tanto monótona, carente de matices en su fragmento final.
- Heartbreaker -Invincible, 2001-: precursor, sin saberlo -casi diez años atrás en el túnel del tiempo- del dubstep, he aquí una muestra de cómo paliar la carencia de melodía con una sobreproducción, eso sí, arrolladora -en el buen sentido del término-. Reconozco que habría funcionado bastante bien en una gira, de haberse ésta producido; véase a partir de 1:14, pero Michael, a sus cuarenta y tres años de edad, tendría que haber aspirado a algo más que a una letra destinada a alguien veinteañero y con menores pretensiones que las de alguien de la talla musical de Jackson.
- Invincible -Invincible, 2001-: decente pista, de nuevo de la mano de la producción de los Jerkins. Para mí, remonta el vuelo en los últimos treinta segundos, al coincidir con la percusión del piano, al compás de la voz desgarrada de un Jackson en fase de desquite y resarcimiento. Puede que se trate del tema que concuerde con el título de un álbum de Michael -incluyendo los lanzados en la etapa Motown- más débil, y menos convicente, de todos los reseñados.
- Speechless -Invincible, 2001-: de gran acogida entre el público seguidor de Michael, es de estimar la solvencia con la que, en ocasiones, la simplicidad (casi acapela) conduce a un notable desempeño. Pero Speechless prueba una de las vulnerabilidades del álbum Invincible: la despersonalización de algunos de los temas incluidos finalmente en el mismo, con un descafeinado sello michaeliano. Contrariamente al sentir expresado por muchos, perfectamente podría haber sido encarnado por otros solistas, sin consecuencias que no invitaran a pensar en la consecución de un mismo resultado -a pesar de hallarse escrita íntegramente por Jackson-. Pienso, por ejemplo, en la Cèline Dion de fines de los noventa/comienzos de 2000.
- Privacy -Invincible, 2001-: de sus incursiones en el universo rock, ésta, en mi opinión, supuso la más desdibujada de todas -por debajo, si cabe, de D.S. -HIStory: Past, Present and Future, Book I, 1995-, algo mejor en mi escala de valoración-. Los arreglos de ambientación instrumental en su último tercio siempre me han retrotraído vagamente a esta serie de animación, célebre a finales de los noventa -y no ironizo con ello en mi símil de analogía al respecto-:
Por si ello no fuera poco, Michael, como paso previo al puente, interpela a Slash y no es éste quien le termina replicando, con su solo de guitarra; y su estribillo lo encuentro muy poco inspirado, siendo uno de los peores de su carrera -I need my privacy (yeah yeah)/so paparazzi (yeah yeah)/get away from me-.
- The Lost Children -Invincible, 2001-: emotiva canción, dedicada a los niños perdidos de este planeta tan insensible e inhumano al dolor de la infancia, lo cual se agradece. La industria discográfica no suele regalarnos, en el seno del mainstreaming, pinceladas de concienciación y sensibilización, que permitan reflexionar al respetable. Pero, nuevamente, ilustra a las claras la indefinición conceptual del álbum Invincible, llegando a intercalarse en un mismo disco con otras, antitéticas en su planteamiento, como 2000 Watts, o Threatened. Debió haber figurado en algún sencillo promocionable, como cara-B, lo cual le hubiera dotado de un mayor valor de mercado -habiendo sido categorizada como una rareza exclusiva en su discografía-.
- Shout -presente en el maxisingle de Cry-: excelente letra, reveladora y crítica con el sistema, tristemente ahogada por un timbre de voz cuasi inaudible por la ruidosidad de una producción, tampoco tan destacable. De haber continuado en Invincible, en detrimento de You Are My Life -un tema correcto, aunque demasiado convencional, lejos del mejor Babyface-, no hubiera modificado ni un ápice la recepción de crítica y público acerca del álbum.
- Mind Is the Magic -Siegfried and Roy-: si bien, en los últimos tiempos, he reparado en ella tras una serie de reproducciones, optimizándose mi juicio respecto de la misma, me parece una canción menor, ofrecida a un tercero, de entre el volumen de demos en que, en aquel momento, Michael trabajaba, en la etapa de Dangerous.
Por el contrario, algunas de las mencionadas entradas atrás, como
Someone in the Dark -
E.T.: the Extra-terrestrial-, o
Childhood -
HIStory: Past, Present and Future, Book I, 1995-, las considero dos baladas de signo superlativo -hallándose la primera, entre las más emblemáticas de su andadura en solitario, en dicho género-.
O la variante menos conocida para el gran público, perteneciente al mismo audiobook: