Pues yo lo viví desde mi casa en Burgos y hoy es el día que no puedo dejar de sentir terror al ver y pensar en los acontecimientos de ese día. Se me encoge el corazón.
Cierto es que cada día ocurren tragedias crueles, igualmente condenables y estremecedoras, pero las diferencias son varias: lo vimos en directo, vimos como miles de personas morían en una especie de reality espantoso sin que nadie pudiera hacer nada. Vimos, no un campo de batalla, o explosiones lejanas, o imagines posteriores de la devastación (que ya son imagenes suficientemente fuertes), lo que vimos fué gente normal, en un día normal, en su puesto de trabajo morir, porque dos aviones comerciales, llenos de personas, se estrellaron contra dos de las torres más altas del mundo en una de las ciudades más emblemáticas del planeta, es sencillamente acojonante... y eso nos hace más conscientes, más vulnerables y nos convierte en posibles objetivos cualquier día de nuestra vida en cualquier lugar del mundo.
Pienso en la gente que se tiró por las ventanas y siento una patada en el estomago
Pienso en la gente atrapada sin respiración, sin posibilidades
Pienso en todas esas personas que se quedaron a mitad de camino porque las torres se deplomaron sobre ellos
Pienso en los familiares que recibieron llamadas de despedida y en cómo debe ser mirar al cielo y ver que los seres a quienes amas o estimas están apunto de morir tan terroríficamente delante de tus ojos sin que puedas hacer nada, porque entre otras cosas ni te puedes creer lo que ves.
Pienso en los bomberos, en cómo un hombre sabe que no quiere entrar en el infierno pero el deber le empuja dentro, aún sabiendo que sus posibilidades son minusculas... pienso en ellos subiendo y en los civiles bajando...
Pienso en el trauma ciudadano que esos acontecimientos supusieron
Pienso en esa amputación física y espiritual que sufrió esa ciudad y el mundo en general de manera tan brutal
Pienso en los terroristas, ciegos de ¿fanatismo? ¿locos? ¿qué son? ¿por qué?
Fué impune, cobarde, terrible
En definitiva pienso que miro toda esta mierda de guerras, terrorísmo y muertes todo ello aderezado con la sombra de la política y el poder, y me encuentro que las personas, como seres, simplemente, pobladores del mundo aislados de fronteras y banderas y políticos, no merecen en ningún caso ni circunstancia morir a manos de la ira provocada por los efluvios humanos que emanan del poder y la religión.
Y yo sí recomiendo ir, la tele enfría todas las circunstancias, ver que es real, tenerlo delante, aunque sepas lo que ocurrió, te cambia algo por dentro. No sé qué, pero creo que algo se enciende en el interior de cada persona.
También quiero decir que por mucho que vea esas imagines, al igual que otras muchas references a atrocidades históricas o guerras actuales, sufrimiento humano en general, jamás estaré inmunizada. Ver morir a personas y no solo morir sino sufrir de tal modo nunca, por mucho que lo vea, me dejará indiferente o saturada.
Quiero ser consciente de estos sucesos. Quisiera poder hacer algo más, y cómo no está en mi mano, al menos no quiero dar la espalda u olvidar, es lo menos que se merecen los muertos de cualquier guerra, pasajeros de un tren de un avión, trabajadores de una oficina, o soldados o lo que sea porque en el fondo sólo son padres, hijos, madres, hermanos, novios, nietos...
Es muy triste, muy increíble y muy incomprensible.
Cierto es que cada día ocurren tragedias crueles, igualmente condenables y estremecedoras, pero las diferencias son varias: lo vimos en directo, vimos como miles de personas morían en una especie de reality espantoso sin que nadie pudiera hacer nada. Vimos, no un campo de batalla, o explosiones lejanas, o imagines posteriores de la devastación (que ya son imagenes suficientemente fuertes), lo que vimos fué gente normal, en un día normal, en su puesto de trabajo morir, porque dos aviones comerciales, llenos de personas, se estrellaron contra dos de las torres más altas del mundo en una de las ciudades más emblemáticas del planeta, es sencillamente acojonante... y eso nos hace más conscientes, más vulnerables y nos convierte en posibles objetivos cualquier día de nuestra vida en cualquier lugar del mundo.
Pienso en la gente que se tiró por las ventanas y siento una patada en el estomago
Pienso en la gente atrapada sin respiración, sin posibilidades
Pienso en todas esas personas que se quedaron a mitad de camino porque las torres se deplomaron sobre ellos
Pienso en los familiares que recibieron llamadas de despedida y en cómo debe ser mirar al cielo y ver que los seres a quienes amas o estimas están apunto de morir tan terroríficamente delante de tus ojos sin que puedas hacer nada, porque entre otras cosas ni te puedes creer lo que ves.
Pienso en los bomberos, en cómo un hombre sabe que no quiere entrar en el infierno pero el deber le empuja dentro, aún sabiendo que sus posibilidades son minusculas... pienso en ellos subiendo y en los civiles bajando...
Pienso en el trauma ciudadano que esos acontecimientos supusieron
Pienso en esa amputación física y espiritual que sufrió esa ciudad y el mundo en general de manera tan brutal
Pienso en los terroristas, ciegos de ¿fanatismo? ¿locos? ¿qué son? ¿por qué?
Fué impune, cobarde, terrible
En definitiva pienso que miro toda esta mierda de guerras, terrorísmo y muertes todo ello aderezado con la sombra de la política y el poder, y me encuentro que las personas, como seres, simplemente, pobladores del mundo aislados de fronteras y banderas y políticos, no merecen en ningún caso ni circunstancia morir a manos de la ira provocada por los efluvios humanos que emanan del poder y la religión.
Y yo sí recomiendo ir, la tele enfría todas las circunstancias, ver que es real, tenerlo delante, aunque sepas lo que ocurrió, te cambia algo por dentro. No sé qué, pero creo que algo se enciende en el interior de cada persona.
También quiero decir que por mucho que vea esas imagines, al igual que otras muchas references a atrocidades históricas o guerras actuales, sufrimiento humano en general, jamás estaré inmunizada. Ver morir a personas y no solo morir sino sufrir de tal modo nunca, por mucho que lo vea, me dejará indiferente o saturada.
Quiero ser consciente de estos sucesos. Quisiera poder hacer algo más, y cómo no está en mi mano, al menos no quiero dar la espalda u olvidar, es lo menos que se merecen los muertos de cualquier guerra, pasajeros de un tren de un avión, trabajadores de una oficina, o soldados o lo que sea porque en el fondo sólo son padres, hijos, madres, hermanos, novios, nietos...
Es muy triste, muy increíble y muy incomprensible.