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*RECOMENDADO* Un ex-modelo de Armani, victima del vitíligo.

Propongo hacer una cadena de mails con el articulo y las fotos, ( alguien puede hacerlo ?yo no se colgar ni bajar las fotos de aqui)- también podriamos enviarlo a todos los medios de españa-
Creo que seria verdaderamente una ayuda a esta gente y especialmente a MJ.
 
esta es la clase de informacion que deberiamos de enviar a los medios, relacionandolo con la enfermedad de MJ.
 
Lo patético de todo esto es que ahora mismo si buscas por ciertos circulos "fans" puedes encontrar frases como: "la obsesión de Michael por ser cada vez más blanco":(
 
Pues si Pedro, la gente de ahí fuera, puede estar desinformada, ser ignorante, no querer aprender, estar llena de mala leche y preferir ver un escándalo que de que hablar a una triste realidad, pero que los própios fans no quieran ver, entender o aprender es bastante doloroso :(

Muchos de esos dicen también que es imposible que entre Thriller y Bad hubiera ese cambio de color en tan poco tiempo. Hablando de una temporada de más de 4 años cuando el modelo del artículo dice: "En tan sólo seis meses, Jeffrey Stanton Bell, negro americano, pasó a ser blanco de la cabeza a los pies."

Este artículo también tapará bocas a los que dicen que Michael "es el único famoso" al que le ha pasado U_U Lo que pasa es que es el único famoso al que le ha pasado y le ha echado agallas a la vida y ha seguido adelante. :|
 
Increible articulo, y pobre la gente que tiene esta cruel y macabra enfermedad que mas que daño fisico hace daño moral y de un tamaño incalculable :(
Michael fue muy fuerte y dio ese paso pero como algunos seres humanos son unos ignorantes, nunca lo entenderán. Ojala este articulo tenga ciertta difusión y haga pensar a algunos
 
A mi personalmente es lo que mas me molesta de todo. Yo mismo hace tiempo me planteaba si Michael tendría una enfermedad o no, dada la falta de información que existía.

En cualquier caso a mi me daba exactamente igual que fuese fruto de una enfermedad que una decision voluntaria, pero que hoy en día siga existiendo gente que teniendo acceso a toda la información siga dudando a este respecto me parece un poco fuerte, quizá porque supone dudar por completo de Michael, realmente pienso que hoy por hoy no se puede dudar en este tema, almenos si uno siente cercano a michael, porque sería como dudar por completo de él.

Este e sun tema en el que creo que todo el mundo tiene que estar con Michael, y si el dice que es una enfermedad, hay que creerle. No es lo mismo que discrepar en si se ha operado la nariz 2, 3 ó 6 veces o si se ha operado los pómulos:| Para mi este tema es parecido al de los abusos, hay que estar con Michael al 100%.

Sobre todo para los que no crean os recuerdo algo que para mi es definitivo. Hace unos meses vino el cirujano de Michael a España y le estuvieron entrevistando. Este hombre dijo que el le operó varias veces la nariz y que Michael quería volversela a operar y que el se negó a hacersela y que pensaba que se la habían dejado muy mal (luego es poco dudoso de mentir) y cuando fue preguntado por su color de piel el dijo que Michael tenía una enfermedad, un desorden de la pigmentación. Para mi está todo dicho. NO creo que el cirujano más prestigioso del mundo vaya por ahí mintiendo sobre la enfermedad de piel de Michael. Basta ya por favor!

Voy a ver si encuentro la noticia....

Aquí esta: http://www.mjhideout.com/foro/showthread.php?s=&threadid=10246&highlight=cirujano
 
Última edición:
genial el articulo. Mirar lo que voy a hacer, voy a imprimirlo ,enrollarlo y luego meterselo por el culo a todos los desgraciados que insultan a michael por "renegar de su raza operandose ra ser cada vez mas blanco"(esto lo dice muuuuucha gente.....pues rollos por culito pa tos ellosssss)
 
La gente nunca llegaremos a comprender lo que sufren psicologicamente los enfermos con enfermedades como el Vitiligo. Mas de un "periodista" antes de hacer una broma cruel o cualquier comentario despectivo acerca del color de piel de MJ deberia leer un testimonio asi.
 
Escrito originalmente por liyah82
Me gustaria ver alguna foto de este chico antes de tener vitiligo pero no consigo encontrarlas :(

He buscado fotos suyas como un loco y no he encontrado nada de nada, si alguien puede postear alguna foto suya antes de comenzar a sufrir vitiligo se lo agradeceria.

Saludos!
 
ESTOY MUY PERO QUE MUY CONTENTA DE QUE SE SHABLE MÁS DE LA ENFERMEDAD...

QUE NO SE LA HA INVENTADO MICHAEL!!

A VER SI DE UNA VEZ LA GENTE ES MÁS RESPETUOSA Y NO SE METEN CON ELLOS!

LA PENA ES QUE SIEMPRE TIENEN QUE SUFRIR ANTES QUE LA GENTE LES CREA.
PORQUÉ ES TAN ESTÚPIDA LA GENTE?


50% Femenino.
 
Escrito originalmente por Invincible Ram
Estas noticias se las deberiamos de restregar por la cara a los periodistas que hablan mal por estás razones de Mike!

Solo es cuestion de que la ciencia aporte algo ese caso me sorprendio, tengo algun conocido que padece esto y se como se siente ahora que bueno que los casos se expongan para que vean que Michael no se aclaró ni se hizo nada artificial lo que le pasó es netamente natural
La ciencia debe tener conciencia y crear al menos un metodo que pueda hacer mas rapido el proceso de despigmentacion o por lo menos una cura
Muchicimas gracias por el mensaje es de lo mas valioso
esperamos sacar de la ignorancia a los reporterillos no?
 
NEGRO Y BLANCO, unas fots muy hermosas

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“Cambié de piel, pero sigo siendo el mismo. La esclavitud de la belleza y del bienestar nos hace inhumanos. Ahora soy más libre”

Jeffrey Stanton Bell, ¿negro o blanco? Nació negro, pero el vitíligo está ganando la partida y la mayor parte de su cuerpo ya es de color blanco. Jeffrey, de 43 años, era un cotizado modelo en Nueva York hasta que esta enfermedad de la piel le retiró de las pasarelas, le dejó casi sin amigos y le sumió en la depresión y en la angustia. “Sólo tenía una obsesión: dar sentido a mi existencia”, dice. Ha abandonado los tratamientos a base de rayos ultravioleta y ha decidido asumir su cambio de identidad. “Cuando comprendí que la naturaleza había hecho su camino y que sus pasos eran irreversibles, me dejé llevar por el río de la vida”. Hoy regenta un bar en Manhattan y lee a los clásicos.
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por Virginie Luc. Fotografías de Gérard Rancinan
El color desaparece primero en los pequeños pliegues que forma la piel y en las articulaciones. Luego, las manchas claras se van extendiendo por todo el cuerpo. En tan sólo seis meses, Jeffrey Stanton Bell, negro americano, pasó a ser blanco de la cabeza a los pies. Incluso sus cabellos se aclararon. Le detectaron la enfermedad en i993. Tenía entonces 33 años y el diagnóstico le cayó encima como un mazazo: vitíligo (que deriva de la palabra latina para designar las manchas blancas), provocada por una disfunción de las células de la pigmentación. Afecta al 2% de la población mundial.

El vitíligo surge por azar, sin causa conocida, y sus orígenes se pierden en la noche de los tiempos. Desde los faraones a los griegos y a los antiguos hebreos, la despigmentación ha sido percibida históricamente como “un castigo de los dioses”. Jeffrey, el negro blanco, ha visto cómo cambiaba toda su vida, cómo naufragaba su identidad en medio del olvido y del miedo, antes de renacer como “una nueva persona”.

Su familia materna es originaria de Barbados, en las Antillas. La hermana de su abuela también perdió su color de ébano y fue condenada a la soledad y al aislamiento. “El tiempo de la superstición no ha pasado”, dice Jeffrey. “Esos miedos ancestrales siguen presentes en enfermedades como la lepra, y también en el vitíligo, unas manchas inofensivas”.

No tan inofensivas, en realidad. “El dolor no es físico, es moral y afecta a la integridad del ser humano”. Habla de él en tercera persona. Porque ahora se ha trasmutado en otro ser. “Soy dramáticamente diferente”. Se ha sometido a sesiones de fototerapia durante un año. Con rayos ultravioleta y píldoras de melanina, intenta revivir el color que se ha apagado. El negro vuelve a la superficie, pero sólo en forma de manchas. “Manchas de color”, dice. “No podía dar marcha atrás. Mi cuerpo blanco se sembró de grandes manchas negras. Era peor el remedio que la enfermedad. Y todas mis esperanzas se rompieron, saltaron hechas añicos”.

La metamorfosis es tanto más difícil de aceptar en cuanto que Jeffrey pertenecía al exclusivo mundo de la moda y de la belleza. “Era modelo de Giorgio Armani en Nueva York. Al principio, maquillaba las manchas, pero no pude seguir camuflando la enfermedad, que avanzaba a gran velocidad. Me vi obligado a renunciar a mi carrera”. Ayer era un cotizado objeto del culto a la apariencia, y hoy se cuenta entre sus víctimas. “Es cierto que la gente me sigue mirando. Quizás más todavía que antes. Pero ya no se trata del mismo tipo de miradas. Ya no hay deseo en ellas, sino asco y una curiosidad insana”.

Son ojos anónimos que se adhieren a su cuerpo. “En la calle, en el metro, las miradas son de estupefacción. Miradas de miedo tangible que se vuelven contra mí. Me he convertido en una excepción. Parece que la gente teme ser contaminada. Noto un miedo agresivo. Me perciben como una provocación y, a veces, adoptan una actitud defensiva. Algunos amigos, con los que trabajaba como modelo, me ignoraban. Por mucho que les decía que era yo, Jeffrey, que era el mismo, se apartaban de mí. ‘¿Cómo puedes mirarte en un espejo?’, me decían. Durante años viví en medio de una pesadilla”.

“Lo más doloroso es sentirse marginado. No tener sentido de pertenencia. No me podía identificar con ningún grupo conocido de individuos. Me sentía como un bloque aislado, en soledad”. Esas sensaciones le transportaban hasta su infancia. Como en una cuenta atrás. Su padre es estadounidense y Jeffrey creció, con su dos hermanas, en la comunidad blanca de Boston, en Connecticut. “No era blanco, pero tampoco negro. A los i3 años pasé una larga temporada en Suecia. Y allí sentí las mismas miradas de miedo, inquisitoriales. Notaba entonces el mismo sentimiento de diferencia que hoy. Ya ejercía esta misma fascinación”.

A medida que el color original de su piel va desapareciendo, se encierra en sí mismo. Replegado, esconde su herida. Durante meses ha vivido “un tiempo sin fin”, dice. No era capaz de salir de esa situación. Fue su padre el que tomó la iniciativa. “No tienes elección. Tienes que aceptarte”, le dijo. “Si esto es lo peor que te va a suceder en la vida, eres una persona con suerte”.

Y Jeffrey, poco a poco, fue explorando su interior. “Sólo tenía una obsesión: volver a dar sentido a mi existencia”. Así aprendió a aceptar a ese otro ser. Como si el segundo guiase al primero. Ahora ya es capaz de explicar esta extraña liberación en su cautividad. “Cambié de piel, pero sigo siendo el mismo. Soy plenamente el mismo. Tuve que morir de alguna manera, perderme en el blanco de mi cuerpo para llegar a reencontrarme, para saber por fin quién era, para experimentar el simple hecho de ser. Renuncié al tratamiento con rayos ultravioleta y a cualquier introspección narcisista y complaciente. Me negué a hacerme la víctima y contemplar mi propio desastre”.

Andrea comparte la vida de Jeffrey desde hace i6 años. Es ella la que le anima a optar por la vida. “Tenía que ser feliz para poder hacer felices a los demás”. Andrea aguantó el descenso a los infiernos, las depresiones y las renuncias. “A pesar de mi cólera, de mi malhumor, ella se mantuvo a mi lado. No sé si sería capaz de superar esta prueba sin su ayuda. Pero no consagraré nuestro amor con un hijo. No lo tendremos. Tengo demasiado miedo a que pase por lo mismo. Tengo 43 años y no estoy seguro de que él fuese tan fuerte como yo”.

“Durante los primeros 30 años de mi vida estuve rodeado de un bienestar material que me anestesiaba. En muchas ocasiones era egoísta y narcisista. Flotaba en una especie de galaxia, seducido por los espejismos. De pronto, salí de mi letargo. El drama que viví me aportó el sentido de lo trágico y, por lo tanto, de la felicidad también. Hoy sé que estar bien no significa no estar mal. Sé, en mi propia carne, que la belleza no es lo que no es feo. Ya no confundo felicidad con satisfacción. Me he vuelto más fuerte y más sensible ante los demás y ante sus imperfecciones. Somos esclavos de las divinidades modernas: la belleza y el bienestar. Esta esclavitud hace a los hombres inhumanos. Hoy, soy más libre”.

A pesar de todo, lleva su angustia a flor de piel. “He sufrido tanto tiempo… El día que comprendí que la naturaleza había hecho su camino y que sus pasos eran irreversibles, fue cuando me dejé llevar por el río de la vida. Y ya no tengo tiempo para las miradas asesinas”. Aunque conserva las secuelas de ese sufrimiento en sus ojos, que se mantienen siempre al acecho.

Jeffrey ha recuperado su pasión por el teatro y por la literatura, que estudió hace más de 20 años en la Universidad de Yale. Y devora en cuanto puede las grandes obras de los clásicos, sobre todo de los escritores del siglo XIX. Su ídolo es la poetisa Emily Dickinson. “A veces entro en un estado eufórico, experimento un apetito inmenso de conocimiento”. Desde hace cuatro años se gana la vida con un bar, Bongo, que abrió junto a su amiga Cyntia en el corazón de Manhattan. El local es una especie de vínculo con el África negra y misteriosa.
 
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