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Una pregunta sobre la Iglesia Católica

Mariana dijo:
Sólo pregunto porque no dejan que Dios bendiga un segundo matrimonio...

Ok, la idea de la Iglesia es que el matrimonio es para toda la vida.
Para ya que a veces eso no sucede, pueden negarme querer bendecir una
segunda oportunidad?

Porque cuando te casas por la iglesia haces un juramento, uno que hiciste tú misma, uno que nadie te obligó a hacer, que hiciste por elección propia sabiendo su significado ... supongo, y que termina diciendo "hasta que la muerte nos separe". No creo que debas darle más vueltas.
 
FuNn dijo:
No creo que debas darle más vueltas.

No le doy vueltas, por eso pregunto.

JACL gracias por tu mensaje.
Yo no quiero anular mi anterior matrimonio, porque la pregunta era
para sacarme esa duda y que puede tener cualquiera.
 
Última edición:
JACL dijo:
Lo que a mi me hace gracia es que muchos vayáis parloteando que si no estáis de acuerdo con esto o con aquello que la "biblia dice..." y sin embargo demostráis una ignorancia absoluta acerca de la doctrina que criticáis [y otros hasta en la ortografía]. Eso os quita cualquier autoridad moral para hacer juicios valorativos acerca del catolicismo.
Asi es... unos saben poco de doctrina (y poco les interesa) y otros saben poco de la naturaleza del hombre y aun asi osan llamarse "expertos en humanidad" :z:
 
Mariana, imagino que la única opción para contraer segundo matrimonio católico es pedir la nulidad del anterior. El problema de la nulidad es que es un proceso largo, calloso y desagradable, de búsqueda de culpabilidades más que de acuerdos. Si tu relación anterior acabó de manera amistosa no te recomiendo en ningún caso iniciar el proceso de anulación, y menos si ya estás casada con tu actual pareja. Te recomiendo que dejes las cosas estar. La mayoría de los católicos prefieren usar el divorcio civil como causa de ruptura porque se reducen plazos, no se criminaliza a nadie y cuentas con garantías legales, imagino que tú lo sabes mejor que nadie. Comprendo que como católica hubieras deseado casarte por la Iglesia, pero esta como institución privada tiene unas reglas que hoy por hoy son las que son. Además, recurriendo al humor, si lo piensas bien es el proceso inverso al de Leticia Ortiz, en aquel caso primero boda civil y luego católica, y si Juan Pablo II en su recepción romana definió a la pareja como “un ejemplo para todas las familias españolas” prueba de más para que no te comas mucho la cabeza... que no debe ser tan grave.

Espero que tu nuevo matrimonio vaya sobre ruedas :)
 
Última edición:
JACL dijo:
Lo que a mi me hace gracia es que muchos vayáis parloteando que si no estáis de acuerdo con esto o con aquello que la "biblia dice..." y sin embargo demostráis una ignorancia absoluta acerca de la doctrina que criticáis [y otros hasta en la ortografía]. Eso os quita cualquier autoridad moral para hacer juicios valorativos acerca del catolicismo.

Creo que con un nivel cotidiano de conocimiento acerca de los preceptos católicos es posible dar una serie de opiniones, que por supuesto no pasan de ser meras opiniones, que pueden ser tan validas como cualquier otra.

La gran mayoría de los imperativos católicos son dogmáticos y se apoyan en el "depósito de fe".. y lo poco que tiene fundamento, más allá del dogma, se fundamenta precisamente en mera "mitología hebrea" (El Génesis, por ejemplo). Para cualquier agnóstico o ateo no le es necesario saber sobre la "doctrina" para opinar acerca del tema. Niega la existencia de Dios y en el camino discute con las posibilidades de su existencia. Tu tampoco sabes toda la doctrina budista, atea, agnóstica, protestante, judía, sin embargo puedes opinar con respecto a ellos.


Lo de la ortografía me parece totalmente infundamentado... No entiendo el nexo entre el correcto escribir con decir opiniones... :confused:


Creo q el único que queda en ridículo eres tu, tomando una actitud agresiva y poco templada. A diferencia de ti, no considero ninguna opinión como estúpida, sino más bien diferente o contraria o por último, poco sensata.
 
JACL dijo:
Moecin, apúntate a una clase especial, yo no tengo tiempo para explicarte la importancia de la ortografía.
Lo que yo dije no tiene NADA QUE VER con la importancia de la ortografía (ese es otro tema) .....

pd. Alguna vez te dije que me parecías simpático, retiro lo dicho... xD
Por esto ahora ya no te parezco un tipo simpático? ... vaya... bueno... en fin, así es la vida... XDDDDD

Por lo otro ya paso, no voy a repetir las cosas una y otra vez hasta que logres comprender lo que trato de decir. Un saludo.
Lo mismo podría decirte yo a ti... :| :| :|

Acepto tu saludo ;)
 
JACL dijo:
Claro, como a tí no te ha dicho que opinas estupideces y que haces el ridículo...
sad.gif
moecin dijo:
A diferencia de ti, no considero ninguna opinión como estúpida, sino más bien diferente o contraria o por último, poco sensata.
He dicho todo lo contrario ;)

Vale, me callo antes de que me rrrreputeen la rrrreputación...xDDD
No te preocupes, nunca pongo negativos en la reputación ;)
 
si te puedes casar dos veces, caro, solo necesitas unos tantos millones en el banco, ir a ver al papa y al representante de mas alto manmdo ke te resiva, darle el diesmo y listo, como por arte de magia se olvidaron del sus "principios"
 
Doy completamente la razón a JACL. Viendo el nivel ortográfico del personal, te puedes hacer una idea no sólo de su conocimiento sobre el catolicismo en particular, sino sobre su cultura en general.

¿Por qué para la Iglesia sólo hay un matrimonio? Porque entiende que Jesucristo cuando dijo: "lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre", vino a elevar al matrimonio a la categoría de sacramento. Por eso sólo hay un matrimonio a los ojos de Dios.

Yo no estoy muy de acuerdo con el tema de las nulidades eclesiásticas, porque parece que sólo los ricos y los que sueltan pasta pueden acceder a ella. De todas formas, creo recordar que Juan Pablo II tenía intenciones de hacer cambios en esa cuestión para acabar con los abusos que se venían produciendo; espero que su sucesor se ponga con ello.

Ah, por cierto, a los católicos nadie nos pone una pistola en la cabeza para creer lo que diga el clero. Yo perdí la fe, me volví agnóstico, y sólo ante una grave circunstancia personal decidí volver a la Biblia y hoy no puedo más que dar gracias a Dios por haberme dado esta nueva oportunidad. No vino ningún cura a decirme en lo que tenía que creer. Os guste o no, el ser humano siempre termina buscando a Dios; antes, ahora y en el futuro.
 
The Panther dijo:
Doy completamente la razón a JACL. Viendo el nivel ortográfico del personal, te puedes hacer una idea no sólo de su conocimiento sobre el catolicismo en particular, sino sobre su cultura en general.

¿Entonces un iletrado no puede tener una opinión válida?

El lenguaje escrito supera al lenguaje con el que discurrimos? ... el razonamiento lo veo totalmente incoherente, fuera de lugar, sin pies ni cabeza y majadero... el conocimiento de la ortografía no causa mella en lo que es el pensamiento. Un hombre de campo, ignorante en materias normativas sociales puede darnos una teoría del conocimiento, de Dios, de la realidad, mucho más elaborada que un maestro en ortografía.

Alguien que utiliza bien la ortografía no prueba nada más que es experto en ortografía, cosa bastante superflua a la hora de ver el misterio de la vida o encontrar el sentido a nuestras vidas. Defender la ortografía como determinante de una cultura me parece totalmente insensato y poco propicio.

Muchos antropólogos han viajado para introducirse en las junglas de África en busca de tribus para encontrar las respuestas a muchas preguntas de suma importancia para el hombre. ¿Crees que se preocupa de la buena ortografía del nativo si a veces hasta carecen de lenguaje escrito? ....... o sea... ALUCINANTE pensar que la ortografía de alguna estrambótica e insólita forma puede dar más crédito a alguien en sus cavilaciones....

Cómo explicas el movimiento pos-modernista de muchos escritores y lingüistas que afirman q la ortografía es un estorbo para la comunicación y un esfuerzo superfluo y pueril que no tiene ningún valor verdadero en el acto de la comunicación? ... Pues pq se han dado cuenta de la inutilidad de la ortografía para el lenguaje escrito. (Exceptuando ciertas reglas que diferencias palabras que se pronuncian igual).

El lenguaje escrito SIEMPRE y en todas las culturas del mundo se deben al lenguaje oral. Quitar crédito a alguien q no se interesa por la ortografía o desconoce los cánones del correcto escribir es una sandez, un disparate infundamentado, una jugada indecente para desacreditar y un atrolleto al pensamiento, q por cierto, piensa sin reglas ortográficas.


 
Pero ¿hay alguien que se case por la iglesia y pueda no saber que ese matrimonio es indisoluble?. La gente se busca lios y luego se queja de estar en ellos. Está bien pretender que esa gente acepte el divorcio, pero mientras no lo hagan ya sabes lo que toca: el traje blanco solo se luce una vez en el altar.

¿Como se llama el tribunal al que se recurre para deshacer un matrimonio religioso? ¿El tribunal de Rota?. La mayoría de la gente que acude a esto tiene mas cara dura que Roucco.
 
Última edición:
haber yo tambien soy catolico y si se puede casar por 2da vez, pero primero hay que presentar una petición para anular el 1er matrimonio, aqui les dejo algo para que sepan como anularlo:

Una anulación, o mas propiamente, una declaración de nulidad de matrimonio, es un decreto emitido por una autoridad competente de la Iglesia o un acto eclesiástico del Tribunal de la Iglesia, generalmente a nivel diocesano.

Nadie, tampoco la Iglesia, puede poner fin al sacramento matrimonial que haya sido válidamente contraído. Pero la Iglesia reconoce que hay matrimonios que, aunque se celebraron con un rito en la iglesia, no adquirieron carácter sacramental porque faltó un elemento esencial del matrimonio. Cuando se le pide hacer justicia para clarificar estos casos la Iglesia, como madre, ejerce su autoridad en un proceso jurídico.

La Iglesia tiene obligación de ser fiel a la enseñanza de Cristo sobre la indisolubilidad del matrimonio (Cf. Mt 19,6), por eso defiende el lazo matrimonial hasta que no se pruebe que es nulo. La anulación no pone fin a un matrimonio sacramental, mas bien declara que nunca existió como sacramento, aunque se haya celebrado el rito del matrimonio.

No se niega que haya habido una unión conyugal ni cesan las obligaciones naturales y civilies. El tribunal se limita a juzgar si el matrimonio en el principio fue válido como sacramento. Puede haberse celebrado una boda en la Iglesia, haber tenido hijos y sin embargo no ser un sacramento.

El Tribunal de la Iglesia puede conceder la anulación del matrimonio después de una minuciosa investigación de las razones presentadas por la parte actora (la que presenta la petición). Durante la investigación, el tribunal se comunica con ambas partes para escuchar sus argumentos. Entre las razones que pueden llevar a la anulación:


  • Falta de procedimiento canónico si una parte es católica y requiere ser casada en presencia de un sacerdote, diácono u obispo.
  • La existencia de un impedimento que no se puede dispensar. (ejemplo matrimonio entre hermanos)
  • La presencia de una intención contraria al matrimonio en el momento de la boda.
  • La presencia de un factor psicológico que a uno o a los dos le haya impedido hacer un compromiso en conciencia.
  • La incapacidad de asumir las responsabilidades fundamentales del matrimonio.
  • El uso de la fuerza o el engaño para llevar a uno o a los dos al matrimonio.
El tribunal que decide los casos tiene su cede generalmente en la diócesis donde vive la parte actora.

Para pedir una anulación matrimonial se debe recurrir al sacerdote de la parroquia.

¿Pueden darse injusticias en estos procedimientos?. Si, pueden darse porque la anulación es un ejercicio de la autoridad no infalible de la Iglesia. El Papa ha reconocido este peligro. Pero con más frecuencia cometen injusticia los que juzgan la decisión eclesiástica y se convierten ellos mismos en jueces sin que Dios los haya instituido
 
The Panther dijo:
Doy completamente la razón a JACL. Viendo el nivel ortográfico del personal, te puedes hacer una idea no sólo de su conocimiento sobre el catolicismo en particular, sino sobre su cultura en general.

Lo verdaderamente vergonzoso es que a falta de argumentos convincentes, se tenga alguien que pegar de la fallas ortográficas de otra, para descalificarla... (y más en un foro donde se suele ser informal, y más en nuestro idioma que suele tener paradojas fonéticas).

No hace falta conocer a fondo la doctrina para dar una opinión, con lo que ya sé, me es suficiente para saber hacia donde va la cosa, así como no es necesario recorrer todo el camino para saber hasta donde llega.

y digo que la mayoría de gente religiosa es borrega y lo sostengo! porque? ves el mundo? ves los islámicos, los cristianos, los hinduistas... todos son cristianos, o islámicos o hinduistas porque sus padres lo fueron... se visten de tal forma porque así se los han dicho... piensan de tal manera porque así les han enseñado... son muy pocas las personas en este mundo, que tienen convencimientos propios... a casi todas se los han prestado. Hacen las cosas porque así les han dicho que debes ser hechas... si esto no es ser borrego no se que es.

PD: he eliminado cualquier error ortográfico que contenga este post, para ver si así se pueden concentrar en de lo que realmente va el tema.
 
Ahora me gustaría compartir este artículo de Vargas Llosa, que encontré en el diario y el cual creo que es brillante!

....


El matrimonio gay


Luego de Holanda y Bélgica, España será el tercer país en el mundo que habrá legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo, con todos los deberes y derechos incluidos, entre ellos el de poder adoptar niños. Es un extraordinario paso adelante en el campo de los derechos humanos y la cultura de la libertad que muestra, de manera espectacular, cuánto y qué rápido se ha modernizado esta sociedad donde, recordemos, hace unos cuantos siglos los homosexuales eran quemados en las plazas públicas y donde, todavía en los tiempos de la dictadura de Franco, el homosexualismo era considerado un delito y reprimido como tal.

Esta medida es un acto de justicia, que reconoce el derecho de los ciudadanos a elegir su opción sexual en ejercicio de su soberanía, sin ser discriminados ni disminuidos por ello, y que reconoce a las parejas homosexuales el mismo derecho de unirse y formar una familia y tener descendencia que las leyes reconocen a las parejas heterosexuales. Aunque esta medida constituye un desagravio a una minoría sexual que a lo largo de la historia ha sido objeto de persecuciones y marginaciones de todo orden, obligando, a quienes la conformaban, a vivir poco menos que en la clandestinidad y en el permanente temor al descrédito y al escándalo, ella no bastará para cancelar de una vez por todas los prejuicios y falacias que demonizan al homosexual, pero, sin la menor duda, constituye un gran avance hacia la lenta, irreversible aceptación por el conjunto de la sociedad -por la gran mayoría, al menos- de la homosexualidad como una manifestación perfectamente natural y legítima de la diversidad humana.

La ley, como era lógico que ocurriera, ha tenido adversarios encarnizados y ha generado movilizaciones diversas, entre ellas, en Madrid, una multitudinaria manifestación, convocada por distintas asociaciones católicas, respaldada por la jerarquía de la Iglesia, a la que asistieron dieciocho obispos y a la que dio su respaldo el Partido Popular, el principal partido de la oposición al Gobierno de Rodríguez Zapatero. Pero todas las encuestas son inequívocas: casi dos terceras partes de los españoles aprueban el matrimonio gay, y, aunque esta aprobación disminuye algo en las adopciones de niños por las parejas homosexuales, también este aspecto de la ley es convalidada por una mayoría. Buen indicio de que la democracia ha echado raíces en España y de que, por más denostada que esté de la boca para afuera, la cultura liberal va impregnando poco a poco a la sociedad española.

Los argumentos contra el matrimonio gay no resisten el menor análisis racional y se deshacen como telarañas cuando se los examina de cerca. Uno de los más utilizados ha sido el de que, con esta medida, se da un golpe de muerte a la familia. ¿Por qué? ¿De qué manera? ¿No podrán seguir casándose y teniendo hijos todas las parejas heterosexuales que quieran hacerlo? ¿Alguien, con motivo de esta nueva ley, va a forzar a alguien a no casarse o a casarse de manera distinta a la tradicional? Por el contrario, la ley, al permitir a las parejas gays contraer matrimonio y adoptar niños, va a inyectar una nueva vitalidad a una institución, la familia, que -¿alguien no lo ha advertido todavía?- padece desde hace ya un buen tiempo una profunda crisis en la sociedad occidental, al extremo de que, contabilizando el número de divorcios que crece cada año y la multiplicación de parejas de hecho que rehusan resueltamente pasar por el altar o por el registro civil, hay quienes le auguran una obsolescencia irremediable.

La paradoja es que, probablemente, sólo entre los homosexuales, que, como todas las minorías perseguidas desean ardientemente salir del gueto en que la sociedad los ha confinado, despierta la familia esa ilusión y ese respeto que en un número muy grande de heterosexuales, sobre todo entre los jóvenes, parece haber perdido. Por eso, no hay ninguna ironía en decir -yo lo creo firmemente- que es muy posible que, dentro de veinte o treinta años, las familias más estables las descubran las estadísticas entre los matrimonios gays.

Un prejuicio idéntico sostiene que los niños adoptados por parejas homosexuales sufrirán y tendrán una formación deficiente y anómala, ya que un niño para ser ?normal? necesita un padre y una madre, no dos padres o dos madres. A esta afirmación dogmática y sin el menor sustento psicológico, ha respondido Edurne Uriarte de manera inmejorable: un niño lo que necesita es amor, no abstracciones.

También padecen de una ceguera contumaz quienes no se han enterado de que, entre las parejas heterosexuales, cada día se descubren casos atroces de violencias ejercidas contra los niños, y, entre ellas, sinnúmero de abusos sexuales. Que los padres sean hetero u homosexuales no presupone de por sí nada; cada pareja es única y puede ser admirable o tiránica, amorosa o cruel en lo que concierne a la educación de sus hijos. Y también en este campo cabe suponer que entre quienes han luchado tanto por poder adoptar niños, ahora que lo han adquirido, asumirán este derecho con ilusión y responsabilidad.

En verdad, detrás de todos estos argumentos no hay razones, sino prejuicios inveterados, una repugnancia instintiva hacia quienes practican el amor de una manera que siglos de ignorancia, estupidez, oscurantismo dogmático y retorcidos fantasmas del inconsciente, han satanizado llamándolo ?anormal?. En verdad, la ciencia -la biología, la antropología, la psicología, la historia, sobre todo- ha puesto las cosas en su sitio ya hace tiempo y establecido que hablar de ?anormalidad? en el dominio de la vocación sexual de los seres humanos es riesgoso y alienante.

Salvo casos extremos, que entrañan criminalidad, y que de ninguna manera se pueden identificar con una opción sexual específica, en el universo del sexo hay variedades, una constelación de vocaciones y predisposiciones de las que de ninguna manera da cuenta cabal la demarcación entre heterosexualidad y homosexualidad, pues se refracta y multiplica en el seno de cada una de estas grandes opciones, como ocurre en tantos otros campos de la personalidad individual: las aptitudes, las preferencias, los gustos, las incompatibilidades, las facultades físicas e intelectuales, etcétera.

El Gobierno que ha dado esta ley en España es socialista y hay que reconocerle todo el mérito que ello tiene. Pero, para evitar confusiones, conviene recordar que se trata de una medida de profunda entraña democrática y liberal, y nada socialista. El socialismo ha sido a lo largo de toda su historia, en materia sexual, tan puritano y prejuicioso como la Iglesia católica. Si de él hubiera dependido, la gazmoñería y la pudibundez hubieran dictado la norma aceptable en materia de costumbres sexuales y ésta se hubiera impuesto a la sociedad por la fuerza. Por eso, en las sociedades comunistas, la discriminación y persecución del homosexual fue, en ciertos períodos, tan feroz como en la Alemania nazi, donde en las cámaras de la muerte de los campos de concentración perecieron muchos millares de homosexuales. También en el Gulag soviético padecieron y murieron gran número de seres humanos cuyo único delito era practicar una opción sexual que la ?ciencia comunista? del temible Pavlov consideraba una perversión ?urbano-burguesa?. Carlos Franqui cuenta en alguna parte que, cuando él, como director del diario Revolución, asistía a los consejos de ministros de Cuba, a principios de los años sesenta, Fidel y sus lugartenientes preguntaron a los ?países hermanos? qué política aconsejaban para enfrentar ?el problema homosexual?. La respuesta de la China Popular de Mao Tse Tung fue la más meridiana: ?Ya no tenemos ese problema. Los fusilamos a todos?. Sin llegar a esos extremos, Fidel creó las Umap (Unidades movilizables de apoyo a la producción), es decir, campos de concentración donde eran acarreados homosexuales de ambos sexos junto con criminales comunes y disidentes políticos.

Han sido las sociedades democráticas, impregnadas de cultura liberal, como los países escandinavos y los Estados Unidos, donde se ganaron las primeras batallas contra la discriminación de los gays y donde, poco a poco, se les ha ido reconociendo tal cual son: seres humanos normales y corrientes cuya opción sexual debe ser aceptada y reconocida como perfectamente legítima por el conjunto de la sociedad.

Es difícil, para mí, entender las razones por las que el Partido Popular ha apoyado la manifestación contra el matrimonio gay. Aunque es verdad que su dirigente máximo no asistió, y que tampoco estuvieron presentes sus principales líderes, que el partido la hubiera respaldado sólo puede haber contribuido a confundir y lastimar no sólo a los homosexuales que hay en sus filas sino, sobre todo, a su sector liberal, y a dar argumentos a quienes lo presentan como una formación política ultraconservadora.

El oportunismo político da beneficios muy pasajeros y superficiales. Hay muchas razones para criticar al Gobierno de Rodríguez Zapatero. Su desastrosa política internacional, por ejemplo, que ha abolido a España de la escena mundial, donde llegó a tener influencia y a figurar entre los países de vanguardia. Sus ventas de armas al Gobierno demagógico del comandante Chavez, en Venezuela, que alienta y subvenciona grupos subversivos. Su acercamiento, que linda con la alcahuetería, a la satrapía de Fidel Castro, a la que trató de salvar de la condena que ha merecido de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. O sus concesiones sistemáticas a los nacionalismos, que rompen una tradición de defensa de la unidad de España del socialismo democrático de la que el Gobierno de Felipe González nunca se apartó. Pero no tiene sentido atacar a un Gobierno por todo lo que hace y, mucho menos, por haber hecho avanzar, con esta ley, la democratización y modernización de la sociedad española

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