AMORES BIZARROS: LA BODA FINAL (PARTE II)
Tras frustrarse el emotivo momento Chanquete ha muerto, continuaron vagando torpemente por aquel tortuoso y ventoso pasillo. Caminaron y caminaron, con las mentes pensando que pensaban.
Finalmente, atravesaron una puerta rosa que se hallaba en el punto mismico donde terminaba aquel pasadizo. Aparecieron en el hall de la universidad de Pozo Cañada. Casualmente, se encontraron con Elizabeth Heredia, que estaba haciendo un “Máster de mejora de la autoestima mediante el fortalecimiento de las glúteos”. De la misma emoción, el Abuelo Salustiano experimentó un vahído.
-No te mueras tú también, que ya tuvimos bastante con la falsa muerte de Espinete- señaló Pussy Salvatierra.
Salustiano se recuperó. Tomó aire y se le escapó un eructo que rompió en añicos los ventanales de aquel templo de cultura. Asustada por semejante estruendo, Elizabeth miró con un ojo a Salustiano y con otro a Cuenca.
-Elizabeth, he atravesado océanos de matojo de Neptuno para llegar hasta ti. ¿Quieres casarte conmigo?
-Pos mira, pa casarme con otro, me caso contigo mismo, que me voy a quedar pa vestir santos-respondió Elizabeth Heredia, con una sonrisa de pocas luces plasmada en la cara.
Todos rompieron a aplaudir, y Stephen Carmona encendió una pipa de matojo.
Mientras tanto, en el año 2080, estaban todos reunidos en el Cuartel general de los X- Men Gay. Iban a contraer matrimonio Cíclope N y Tormenta Lésbica. La ceremonia la oficiaría el propio profesor Gaylor, que aquel día no tenía otra cosa mejor que hacer.
-Si alguien tiene algo que decir, que hable ahora o calle para siempre-dijo.
De repente, el Conde Magnetos irrumpió en la ceremonial estancia: ¡Yo tengo algo que decir!
Cíclope enfureció: “nos ha jodío la boda. Esto es cosa de Magnetos, fijo. Vamos p´allá a hincharlo a hostias, nadie impedirá este matrimonio…”
En el año 2012, Stephen Carmona y compañía seguían festejando el futuro enlace entre Elizabeth Heredia y el Abuelo Salustiano. Sin embargo, algo se oscureció. Moluscus, el enano hechicero, entró en escena.
-Me voy a vengar de vosotros. Voy a abrir en el suelo un boquete de desintegración y os vais a colar por él.
Moluscus abrió en el suelo un boquete, pero se equivocó de hechizo y abrió un agujero temporal. Todos se colaron por él.
En el 2080, continuaba la accidentada boda de Cíclope-N.
-Cíclope, no me hinches aún a hostias, tengo algo que confesarte-dijo Magnetos-Yo he impedido todas tus bodas, pero es porque te quiero con to mi alma. Desde que te vi en la Batalla de los Nísperos, me quedé prendao de ti. Por eso frustré tus matrimonios. Cásate conmigo.
-A mí me da igual no casarme, yo era por lástima, más que otra cosa- dijo Tormenta Lésbica con gesto de indiferencia.
-¡Casémonos, Magnetos!- exclamó Cíclope-N.
Y tras este bochornoso numerito, se atizaron un morreo.
Repentinamente, cayeron en aquella majestuosa estancia Stephen Carmona, Salustiano, Elizabeth Heredia, Pussy Salvatierra, Mona, Espinete Donetes y Bernarda, que se habían colado por el agujero temporal. El profesor Gaylor los reconoció, gracias a sus poderes mentales.
-¡Stephen, el gran gurú! Qué placer conocerte .Admiro tus enseñanzas. Te cedo el privilegio de oficiar esta boda.
-Encantado lo haré, en cuanto acabe de fumarme esta pipa espiritual.
-Podemos aprovechar y celebrar las dos bodas a la vez- indicó Elizabeth.
Salustiano eructó, lo que se interpretó como un “de acuerdo”.
Cuando la ceremonia ya estaba a punto de concluir, Stephen Carmona indicó: “si alguien tiene algo que decir, que hable ahora o calle para siempre”.
-A mí anoche me se abrieron las carnes- dijo Mona.
-Eso es uno de los tres signos de la fin del mundo, pero, por lo demás, no tiene más importancia.
-¿Cuáles son los otros signos?-preguntó Pussy Salvatierra.
-Sentir un clujío- respondió Stephen.
-Yo hace un rato he sentío un clujío. Pensé que era un cuesco-dijo el Abuelo Salustiano.
-Bueno, el tercer signo de la fin del mundo es un pájaro muerto en una copa de vino. Como eso no se ha producido, no pasa na- remató el maestro Stephen.
Tras ponerse los anillos, todos comieron gazpacho de comino (cortesía de Picarón), se metieron una tripera de alubias de la Bernarda, bebieron, bailaron la jota desabría y fumaron matojo. Eran felices. Habían alcanzado su destino.
FIN