Richard Kimble dijo:
¿Lo llevas bastante bien? Hasta que tus padres te echen de casa y tu primera meta sea como sobrevivir sin haber dado un palo al agua :bye:
No sólo vives del aire amigo mío!
Perdon, no lo había leido antes.
Que intente no tener metas, al menos no demasiado "absorbentes", no significa que no de un palo al agua, o que sea un despreocupado. Cuando hablo de no tener metas me refiero con alegrarme con cualquier cosa. Puedo proponerme algo puntualmente, y puedo esforzarme, pero si no lo consigo no me amargaré.
Es como si ahora tengo propuesto ir a California cuando empiece el juicio, si lo consigo pues estupendo, pero si no puedo por el motivo que sea, pues estupendo también, no pasa nada. Puedo sentir algo de decepción al principio, pero esa decepción no me es útil, pues la descarto.
Si voy de camino a la nevera y espero encontrarme una fuente enorme llena de mi comida favorita, me alegraré, pero si solo me encuentro un limón medio podrío, qué hago? Ahogarme en mi decepción? No, sería más productivo bajar a la tienda y hacer la compra. Y si resulta que es domingo y la tienda está cerrada... pues mañana ya será lunes y estará abierta.
No me propongo metas, al menos intento evitar las metas demasiado absorbentes, por llamarlo de alguna forma, y así no me decepciono si no las alcanzao. Eso no significa que no tenga ilusión por nada o no tenga motivaciones, desde luego que tengo mucha ilusión por muchas cosas, pero como alegría sincera, no como autoengaño o autocomplacencia.
La gente vive todo el tiempo en ese mismo círculo: Me propongo algo, no lo consigo, me decepciono, lo paso mal, me vuelvo a proponer algo, vuelvo a decepcionarme, me propongo otra cosa, la consigo, la satisfacción apenas es temporal, la ilusión inicial se acaba y me vuelvo a proponer más cosas, vuelvo a decepcionarme al no conseguirlas... etc, etc, etc....
Pues yo todo ese sufrimiento y ese malestar conmigo mismo y con los demás me lo quito de encima. Pienso que la gente sufre como el doble o el triple de lo que sería razonable, y serían mucho más felices -no solo uno sino los demás- si no sufrieramos más de lo justo. Por sufrimiento me refiero a odio, prejuicios, ira, violencia, avaricia, envidia, celos, egoísmo... todas esas cosas hacen sufrir muchísimo, cuando apenas deberían estar ahí siquiera. Todo el mundo quiere más y más y más, y mientras más alto pretende uno subir, más fuerte se la pega al caer. Más alto, más rápido, más limpio, más grande, más barato, más dinero, más mío, más competitivo, más seguro, más predefinido, más de mi raza, más de mi religión, más de mi país, más moderno, más normal, más, más, más... La inmensa mayoría de los sufrimientos son fruto de deseos innecesarios, que no solo nos duelen cuando nos decepcionan, sino mientras vamos de camino a conseguirlos (o no). Yo lo que hago es alegrarme por lo que haya, querer a todo el mundo y amargarme solo lo justo. Eso no significa ser insensible, ni ser un insensato, ni ser un dejado, ni un despreocupado. No necesariamente. Significa ser más modesto, más humilde, y querer a todo el mundo, sea quien sea, igual que a uno le gusta que le quieran. Si ningún humano me quiere -algo que felizmente no me pasa- pues ya vendrá algun perrillo a olisquearme meneando el rabo, o ya me alegraré mirando la gente pasar o los rios correr, o viendo como se pone el sol, que encima lo hace todos los días...
Sin metas, no tengo todas esas preocupaciones. Desde luego que tengo algunas, pero las que considero verdaderamente importantes y que pienso que sí merece la pena cierto grado de sufrimiento. No significa que uno viva del aire, ni que pretenda que así sea. Intentar no tener demasiadas metas no quiere decir que uno no tenga la necesidad de alimentarse o de tener cuatro paredes y un techo...
Un saludote.