No es posible que el PP en su irresistible ascensión lamine todos los valores alcanzados por los progresistas españoles. España es más que el PP, por mucho que traten de acapararla y monopolizarla.
En nuestra sociedad hay numerosísimos grupos de anarquistas, abstencionistas, izquierdistas, y hasta socialistas de cuestionada reputación. Hay jóvenes que rodean el Congreso para exigir responsabilidades. Hay parados que mitigan su odio por la injusticia social a la que se les somete. Hay pensionistas disconformes. Estafados por los bancos. Mujeres que quieren ser libres para disponer de sus cuerpos que son de ellas y no del ministro del ramo. Ateos, agnósticos, gente de buena voluntad, participantes en foros cívicos, ciudadanos que rechazan la corrupción reinante, republicanos, funcionarios cabreados incluso porque el colmo de los sarcasmos llega a que se les descuenten las cotizaciones sociales de suprimidas pagas extra de Navidad, gente que respeta la democracia y no argumenta falacias como la lideresa emérita Aguirre que culpa al Tribunal Constitucional del éxito de Bildu y no a quienes aprobaron la Ley de Partidos, gente que no difama, gente que soporta la lentitud de la justicia que la convierte en injusticia, gente que no comprende cómo se puede gastar un euro en armamento mientras se suprimen prestaciones sociales mínimas e imprescindibles, gente que aguanta la brutal subida de la vida, gente que no comprende los privilegios económicos y de toda índole de la iglesia católica, maestros que no desfallecen ante las sevicias legales, médicos inmaculados que se prestan a curar a quien sea aunque no tenga eso que llaman necesarios papeles, cooperantes arriesgados, gente que está enamorada, gente a la que les preocupa porque les aterra el futuro de sus hijos, madrugadores que comprenden las huelgas de transportes, independentistas serios, nacionalistas honestos, gente que tributa correctamente sin artificios contables, gente que adopta hijos, que los conciben en inseminación si es necesario para su paz personal y de pareja, viejos que no protestan de que no se organice su muerte digna, hambrientos que no comprenden lo que pasa, gente que no es borde ni zafia en sus gustos y decisiones, gente que no miente o promete y cumple, gente de economías machacadas inicuamente asfixiadas, gente que nunca ha vivido por encima de sus posibilidades, gente no solo ávida de riqueza al costo que sea, gente que no fuerza voluntades, gente que no lo supedita todo al poder, millones de ciudadanos de limpio corazón.
Sí, somos más, y España es un país con gente cojonuda. Solo nos hace falta unirnos. Spain is not PP.
Arturo González