Hace unos meses encontré esta entrevista con Weldon McDougal en la que contaba sobre los comienzos de los J5 y habla del libro que escribió en 1984: "The Michael Jackson Scrapbook". Tuve la suerte de conseguir uno y lo voy a compartir aquí por capítulos.
Conocí a los Jackson 5 cuando estaba en Motown. Yo trabajaba con Bobby Taylor y The Vancouvers, cuyo éxito del momento era: “Does Your Mama Know About Me?”. Cuando Bobby se unió a Motown nos hicimos buenos amigos. Motown le dio la oportunidad de convertirse en productor y artista musical. Él estaba en Chicago, tocando en un club llamado High Chaparral.
Los miércoles se celebra la noche de la búsqueda de talentos y el club estaba abarrotado. Había una gran expectación. Eso ayudaba a los grupos nuevos cuando se enfrentaban a una gran actuación. De repente escuché un rugido: “Guau, ¿quién será?”, dije. “No lo sé, quizás sea uno de los chicos en la búsqueda de talentos”, dijo él. Fui a la puerta y había tanta gente que no se podía ver bien el escenario. El dueño del club miró por encima y dijo: “Oh, son los Jackson 5, esos chavales son buenísimos”. ”¿Quiénes son los Jackson 5?”, dije. “Son de Gary, Indiana, y siempre dan lo máximo. Deberías verlos”. Me quedaba asombrado por cómo pensaban los adultos que los Jackson 5 eran de buenos. Toda la banda eran chicos jóvenes. Cuando empezaron, los Jackson 5 tenían un primo con ellos. Johnny tocaba la batería, y un amigo, Ronnie Ransom, tocaba los teclados. Ambos fueron esenciales ayudando a los Jackson 5 musicalmente porque, en aquel momento, Ronnie tenía más talento que todos ellos. Conocía bien los teclados para ser tan joven. Pero yo siempre pensaba en la venta de discos en primer lugar. No sabía si la gente compraría un disco de un grupo tan joven, incluso sabiendo que los Five Stairsteps lo estaban haciendo bien en ese momento.
El viernes volví al club con Bobby Taylor y The Vancouvers y se los presenté a dos disc jockeys. Mientras tanto, Bobby estaba hablando con un señor que más tarde supe que era Joe Jackson. Hablaban de una carta de Atlantic Records, que estaban interesados en grabar con los Jackson 5. Ya tenían un disco con el sello Steeltown. Joe Jackson estaba interesado en venirse a Motown. Motown tenía tanto éxito en ese momento que la mayoría de la gente estaba obviamente interesada. Bobby me presentó a Joe. “Estaría encantado de presentarte”, dije. “Tendrías una oportunidad”. Pero solo era por hablar amistosamente porque, obviamente, yo no estaba en posición de concertarles una cita con Motown.
Los Jackson 5 interpretaron “I Feel Good”, de James Brown. Recuerdo perfectamente los pasos y canciones de James Brown que hicieron. Michael estuvo haciendo sus pasos y vueltas. Hablé con Joe Jackson y era muy ambicioso. Como yo era de Filadelfia y había estado en el negocio de la música durante mucho tiempo, podía ver que estaba siguiendo el camino correcto. Joe estaba haciendo bien las cosas; paso a paso. Estaba haciendo contratos para los chicos por toda la zona. Estaban cantando por todo Chicago. Actuaron en el Regal. Abrieron para Jerry Butler. Muchos artistas diferentes de Chicago les habrían apoyado. Bobby Taylor estaba tan entusiasmado que dijo: “Escucha, estás en el departamento, ¿podrías hablar con Barney Ales del grupo?”. Hablar bien de ellos, porque en ese momento, el verano de 1969, Las Supremes, Los Four Tops, Marvin Gaye y Stevie Wonder estaban en la cima.
Estaba trabajando de gira el mes siguiente y fui al Apolo de Harlem, donde los Jackson 5 aparecían abriendo un evento. Había mucha confusión junto a la entrada del escenario cuando llegué. El servicio de seguridad solía mantener la entrada libre de gente. La gente trataba de mirar por encima de las vallas intentando echar un vistazo a algo. Me pregunto qué estará pasando. Entré y vi a Clarence Burke, el padre de los Five Stairsteps. Estaba hablando con el manager de escenario y estaba enfadado. Me acerqué y saludé a Clarence, pero estaba ocupado y no pude hablar con él entonces. Así que subí las escaleras y me dirigí hacia Michael Jackson. Me dijo: “Hey, hombre, ¿qué haces aquí?”. Me recordaba de Chicago. “Estamos trabajando aquí”, dijo muy espontáneamente. “Voy a buscar una soda, ven conmigo”, dijo. Así que pasamos la entrada del escenario y todos los chicos gritaron y se volvieron locos. Le pregunté: “¿Qué habéis hecho?”. “Dos shows. Somos el número de apertura”. Después dijo: “Vamos, mi padre está arriba”. Así que me llevó allí y todo el mundo me saludó como “el chico de Motown”. Fui hacia donde estaba Joe y charlamos. Era un buen tipo.
Me quedé a ver el primer show porque quería ver cómo lo hacían ante el público del Apolo. Arrasaron. El público enloqueció. Tenían una estrella frente a ellos. Michael hacía lo que tenía que hacer cuando actuaba. Es como si fuera otro chico diferente. Disfrutaba y lo transmitía al público. Cantaba temas de James Brown y actuaba como él. Se convertía en otra persona, seguro de lo que hacía y muy competente. El show del Apolo me alucinó. Realmente me dejó muerto por como respondía el publico ante ellos. En Chicago la gente se volvió loca. Yo estaba fascinado. Los Five Stairstep estaban furiosos porque los Jackson 5 les robaron el show. Desde el momento en que terminaron los Jackson 5, la gente gritaba: “¡Jackson 5, Jackson 5!”. Fue sorprendente cómo los aceptó el público de Harlem. Se convirtieron en estrellas en lo que al público del Apolo se refiere.
Solían viajar en un Volkswagen que se rompía bastante. Llevaban ropas normales de calle, pero tenían chalecos de cuero que solían ponerse. Recuerdo a Michael enseñándome su chaleco. Los cinco hermanos viajaban en el coche con sus dos primos, su padre, Joe, y el primo de Joe, que conducía. Después de los shows del Apolo y de Chicago, yo estaba entusiasmado y llamé a Motown. Dije: “Tío, hay un grupo que es pura dinamita. Creo que lo harían bien”. Llamé a Al Kline, que era vicepresidente de Motown a cargo de las ventas y promoción. Dijo: “Ok, veremos lo que podemos hacer. Pero ¿cómo va el disco?”. Al estaba más preocupado por el disco que estaba promocionando. Los Jackson 5 iban a actuar en el Uptown de Filadelfia. Georgie Woods, un DJ local, les contrató. Yo le contaba a todo el mundo en Filadelfia sobre ellos. Allí pasó lo mismo que en el Apolo. La gente se volvió loca.
Especialmente los niños; los adoraban. Los Five Stairsteps actuaban también. Era una rivalidad amistosa porque eran de Chicago y habían oído hablar de este grupo de Gary que lo estaba haciendo bien. Pero los Jackson 5 simplemente los aniquilaron.
Eran siempre muy profesionales en escena. No eran unos jovencitos en el escenario, pero fuera de él, sí eran chicos normales. Michael, por ejemplo, podía ser un diablillo, llamando en las puertas de todos los camerinos y preguntando: “Hola, ¿Cómo estás? ¿Qué haces?”. Era muy inquisitivo. Estaba afuera, arriba, por todas partes, en el balcón. Recuerdo cuando fui al Uptown. Todos los chicos estaban en la parte de atrás y Michael se asomaba a la puerta y decía: “Hola”. Era muy extrovertido en aquel tiempo y todo el grupo era muy amable. Fue su primera vez en Filadelfia y a la gente les encantó.
Arriba a la izquierda, Rose Fine, tutora de los Jacksons
Mientras tanto, yo estaba contento. El último show en el Uptown fue en domingo. Mi trabajo consistía en ir por diferentes ciudades para promocionar discos. Pero estaba tan contento que en vez de ir a mi siguiente cita en Atlanta, decidí ir mejor a Motown y contarles lo extraordinarios que eran los Jackson 5. Yo sabía que podíamos vender discos. Vi a Al Kline en el pasillo y me preguntó qué estaba haciendo allí. Le dije: “Vengo a contarte de un grupo”. Él estaba enfadado. Me preguntó: “¿Qué grupo?”. Le dije: “Los Jackson 5”. Él dijo: “No quiero oír hablar de los Jackson 5. ¿Qué estás haciendo en Detroit? Se supone que debías estar en Atlanta”. Nos metimos en una discusión sobre el tema y me dijo: “Te voy a decir una cosa, estás despedido porque te contraté para promocionar discos, no para buscar talentos”. Le dije: “¿Vas a despedirme porque te estoy diciendo que este grupo lo va a conseguir?”. Dijo: “No quiero oír hablar más del tema”, y eso fue todo. “recoge tus cosas”, dijo, “y te daremos un cheque”.
Naturalmente, me sentí mal y fui a recoger mis cosas.
Nuestra compañía de representación estaba en otra planta. Fui allí para hablar con mis amigos y decirles que me habían despedido. Me sentía mal. Por las escaleras vi a Bobby Taylor. Le dije: “Tío, les estaba hablando del grupo y…”. Me contestó: “Lo siento, no te preocupes por eso, te ayudaré. Necesitas algún dinero, te ayudaré. Pero escucha, el grupo viene hoy a la ciudad”. Dijo: “No solo vienen a la ciudad sino que Berry quiere verles. Van a ir a actuar a su casa. Conseguí averiguar en qué casa iban a actuar para él.
Subí las escaleras para ver a Barney Ales, quien me dijo que Al Kline quería verme. Me dice: “Escucha, si puedes llegar a Atlanta a las 3 de esta tarde, lo olvidaré todo. Y no eres un cazatalentos”. Lo agradecí. Llegué a Atlanta y conservé mi empleo. Pero así es como conocí a los Jackson 5.
Continuará...
THE MICHAEL JACKSON SCRAPBOOK
THE EARLY DAYS OF THE JACKSON 5
Weldon A. McDougal III
THE EARLY DAYS OF THE JACKSON 5
Weldon A. McDougal III
Conocí a los Jackson 5 cuando estaba en Motown. Yo trabajaba con Bobby Taylor y The Vancouvers, cuyo éxito del momento era: “Does Your Mama Know About Me?”. Cuando Bobby se unió a Motown nos hicimos buenos amigos. Motown le dio la oportunidad de convertirse en productor y artista musical. Él estaba en Chicago, tocando en un club llamado High Chaparral.
Los miércoles se celebra la noche de la búsqueda de talentos y el club estaba abarrotado. Había una gran expectación. Eso ayudaba a los grupos nuevos cuando se enfrentaban a una gran actuación. De repente escuché un rugido: “Guau, ¿quién será?”, dije. “No lo sé, quizás sea uno de los chicos en la búsqueda de talentos”, dijo él. Fui a la puerta y había tanta gente que no se podía ver bien el escenario. El dueño del club miró por encima y dijo: “Oh, son los Jackson 5, esos chavales son buenísimos”. ”¿Quiénes son los Jackson 5?”, dije. “Son de Gary, Indiana, y siempre dan lo máximo. Deberías verlos”. Me quedaba asombrado por cómo pensaban los adultos que los Jackson 5 eran de buenos. Toda la banda eran chicos jóvenes. Cuando empezaron, los Jackson 5 tenían un primo con ellos. Johnny tocaba la batería, y un amigo, Ronnie Ransom, tocaba los teclados. Ambos fueron esenciales ayudando a los Jackson 5 musicalmente porque, en aquel momento, Ronnie tenía más talento que todos ellos. Conocía bien los teclados para ser tan joven. Pero yo siempre pensaba en la venta de discos en primer lugar. No sabía si la gente compraría un disco de un grupo tan joven, incluso sabiendo que los Five Stairsteps lo estaban haciendo bien en ese momento.
El viernes volví al club con Bobby Taylor y The Vancouvers y se los presenté a dos disc jockeys. Mientras tanto, Bobby estaba hablando con un señor que más tarde supe que era Joe Jackson. Hablaban de una carta de Atlantic Records, que estaban interesados en grabar con los Jackson 5. Ya tenían un disco con el sello Steeltown. Joe Jackson estaba interesado en venirse a Motown. Motown tenía tanto éxito en ese momento que la mayoría de la gente estaba obviamente interesada. Bobby me presentó a Joe. “Estaría encantado de presentarte”, dije. “Tendrías una oportunidad”. Pero solo era por hablar amistosamente porque, obviamente, yo no estaba en posición de concertarles una cita con Motown.
Los Jackson 5 interpretaron “I Feel Good”, de James Brown. Recuerdo perfectamente los pasos y canciones de James Brown que hicieron. Michael estuvo haciendo sus pasos y vueltas. Hablé con Joe Jackson y era muy ambicioso. Como yo era de Filadelfia y había estado en el negocio de la música durante mucho tiempo, podía ver que estaba siguiendo el camino correcto. Joe estaba haciendo bien las cosas; paso a paso. Estaba haciendo contratos para los chicos por toda la zona. Estaban cantando por todo Chicago. Actuaron en el Regal. Abrieron para Jerry Butler. Muchos artistas diferentes de Chicago les habrían apoyado. Bobby Taylor estaba tan entusiasmado que dijo: “Escucha, estás en el departamento, ¿podrías hablar con Barney Ales del grupo?”. Hablar bien de ellos, porque en ese momento, el verano de 1969, Las Supremes, Los Four Tops, Marvin Gaye y Stevie Wonder estaban en la cima.
Estaba trabajando de gira el mes siguiente y fui al Apolo de Harlem, donde los Jackson 5 aparecían abriendo un evento. Había mucha confusión junto a la entrada del escenario cuando llegué. El servicio de seguridad solía mantener la entrada libre de gente. La gente trataba de mirar por encima de las vallas intentando echar un vistazo a algo. Me pregunto qué estará pasando. Entré y vi a Clarence Burke, el padre de los Five Stairsteps. Estaba hablando con el manager de escenario y estaba enfadado. Me acerqué y saludé a Clarence, pero estaba ocupado y no pude hablar con él entonces. Así que subí las escaleras y me dirigí hacia Michael Jackson. Me dijo: “Hey, hombre, ¿qué haces aquí?”. Me recordaba de Chicago. “Estamos trabajando aquí”, dijo muy espontáneamente. “Voy a buscar una soda, ven conmigo”, dijo. Así que pasamos la entrada del escenario y todos los chicos gritaron y se volvieron locos. Le pregunté: “¿Qué habéis hecho?”. “Dos shows. Somos el número de apertura”. Después dijo: “Vamos, mi padre está arriba”. Así que me llevó allí y todo el mundo me saludó como “el chico de Motown”. Fui hacia donde estaba Joe y charlamos. Era un buen tipo.
Me quedé a ver el primer show porque quería ver cómo lo hacían ante el público del Apolo. Arrasaron. El público enloqueció. Tenían una estrella frente a ellos. Michael hacía lo que tenía que hacer cuando actuaba. Es como si fuera otro chico diferente. Disfrutaba y lo transmitía al público. Cantaba temas de James Brown y actuaba como él. Se convertía en otra persona, seguro de lo que hacía y muy competente. El show del Apolo me alucinó. Realmente me dejó muerto por como respondía el publico ante ellos. En Chicago la gente se volvió loca. Yo estaba fascinado. Los Five Stairstep estaban furiosos porque los Jackson 5 les robaron el show. Desde el momento en que terminaron los Jackson 5, la gente gritaba: “¡Jackson 5, Jackson 5!”. Fue sorprendente cómo los aceptó el público de Harlem. Se convirtieron en estrellas en lo que al público del Apolo se refiere.
Solían viajar en un Volkswagen que se rompía bastante. Llevaban ropas normales de calle, pero tenían chalecos de cuero que solían ponerse. Recuerdo a Michael enseñándome su chaleco. Los cinco hermanos viajaban en el coche con sus dos primos, su padre, Joe, y el primo de Joe, que conducía. Después de los shows del Apolo y de Chicago, yo estaba entusiasmado y llamé a Motown. Dije: “Tío, hay un grupo que es pura dinamita. Creo que lo harían bien”. Llamé a Al Kline, que era vicepresidente de Motown a cargo de las ventas y promoción. Dijo: “Ok, veremos lo que podemos hacer. Pero ¿cómo va el disco?”. Al estaba más preocupado por el disco que estaba promocionando. Los Jackson 5 iban a actuar en el Uptown de Filadelfia. Georgie Woods, un DJ local, les contrató. Yo le contaba a todo el mundo en Filadelfia sobre ellos. Allí pasó lo mismo que en el Apolo. La gente se volvió loca.
Especialmente los niños; los adoraban. Los Five Stairsteps actuaban también. Era una rivalidad amistosa porque eran de Chicago y habían oído hablar de este grupo de Gary que lo estaba haciendo bien. Pero los Jackson 5 simplemente los aniquilaron.
Eran siempre muy profesionales en escena. No eran unos jovencitos en el escenario, pero fuera de él, sí eran chicos normales. Michael, por ejemplo, podía ser un diablillo, llamando en las puertas de todos los camerinos y preguntando: “Hola, ¿Cómo estás? ¿Qué haces?”. Era muy inquisitivo. Estaba afuera, arriba, por todas partes, en el balcón. Recuerdo cuando fui al Uptown. Todos los chicos estaban en la parte de atrás y Michael se asomaba a la puerta y decía: “Hola”. Era muy extrovertido en aquel tiempo y todo el grupo era muy amable. Fue su primera vez en Filadelfia y a la gente les encantó.
Arriba a la izquierda, Rose Fine, tutora de los Jacksons
Mientras tanto, yo estaba contento. El último show en el Uptown fue en domingo. Mi trabajo consistía en ir por diferentes ciudades para promocionar discos. Pero estaba tan contento que en vez de ir a mi siguiente cita en Atlanta, decidí ir mejor a Motown y contarles lo extraordinarios que eran los Jackson 5. Yo sabía que podíamos vender discos. Vi a Al Kline en el pasillo y me preguntó qué estaba haciendo allí. Le dije: “Vengo a contarte de un grupo”. Él estaba enfadado. Me preguntó: “¿Qué grupo?”. Le dije: “Los Jackson 5”. Él dijo: “No quiero oír hablar de los Jackson 5. ¿Qué estás haciendo en Detroit? Se supone que debías estar en Atlanta”. Nos metimos en una discusión sobre el tema y me dijo: “Te voy a decir una cosa, estás despedido porque te contraté para promocionar discos, no para buscar talentos”. Le dije: “¿Vas a despedirme porque te estoy diciendo que este grupo lo va a conseguir?”. Dijo: “No quiero oír hablar más del tema”, y eso fue todo. “recoge tus cosas”, dijo, “y te daremos un cheque”.
Naturalmente, me sentí mal y fui a recoger mis cosas.
Nuestra compañía de representación estaba en otra planta. Fui allí para hablar con mis amigos y decirles que me habían despedido. Me sentía mal. Por las escaleras vi a Bobby Taylor. Le dije: “Tío, les estaba hablando del grupo y…”. Me contestó: “Lo siento, no te preocupes por eso, te ayudaré. Necesitas algún dinero, te ayudaré. Pero escucha, el grupo viene hoy a la ciudad”. Dijo: “No solo vienen a la ciudad sino que Berry quiere verles. Van a ir a actuar a su casa. Conseguí averiguar en qué casa iban a actuar para él.
Subí las escaleras para ver a Barney Ales, quien me dijo que Al Kline quería verme. Me dice: “Escucha, si puedes llegar a Atlanta a las 3 de esta tarde, lo olvidaré todo. Y no eres un cazatalentos”. Lo agradecí. Llegué a Atlanta y conservé mi empleo. Pero así es como conocí a los Jackson 5.
Continuará...
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