Speechcrepes dijo:
La idea de un Dios omnisciente conlleva necesariamente la existencia de un todo cognoscible por Él, ese todo que Dios conoce al dedillo incluye a los seres humanos que a su vez no pueden hacer nada que se salga de ese todo, pues ése acto Dios lo desconocería y entonces dejaría de ser omnisciente.
Entonces la disconformidad no está en lo que cada uno entiende por libertad, sino en la concepción que cada uno tiene del futuro.
Moecin ha dicho que el hecho de que Dios conozca el futuro, implica que nosotros ya estamos predeterminados por Dios y, por tanto, no somos libres. Reflexionadlo bien, no creo que sea así.
Desconozco completamente la teoría de la relatividad de Albert Einstein, pero he escuchado que él afirmó categóricamente que era posible viajar al futuro en base a ésta teoría. Aunque bien podría tratarse de una leyenda urbana para darle credibilidad a los fantoches que se declaran investigadores de lo paranormal, la idea de poder viajar al futuro, ¿conlleva acaso que viajaremos a lo que ya estaba predeterminado? la respuesta varía dependiendo de la acepción que cada uno tome del futuro, y es aquí donde nos hemos separado.
Lo que si conozco, ya que él aun vive, es la afirmación de Stephen Hawking en el sentido de que el tiempo es materia; es decir, el tiempo no es únicamente una forma de medir que se hace innecesaria sin objetos móviles, sino algo objetivo e independiente que seguiría su curso incluso si en el universo no hubiera nada que medir.
El metro es una unidad preestablecida de medición ya que implica comparación, si no existiera nada que medir, el concepto de metro desaparece. El tiempo es, en cambio, materia; y según el axioma básico de física tenemos que la materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma.
Luego entonces, si uno afirma que es posible viajar en el tiempo ¿es que veremos la decisión que ha tomado fulano antes de que él mismo la tome? no es así: manipularemos el tiempo, es decir, lo adelantaremos hasta llegar a un punto del futuro... ¿y para ir al pasado? retrocederemos el tiempo.
Si no podemos hacer nada más que lo que Dios ha planeado, ¿somos libres? por otra parte, ¿Cómo puede existir la libertad cuando alguien lo sabe todo?
Luego, Dios no nos ha predeterminado ni ha planeado nada en la conducta del hombre, sino que como Ser atemporal, que vive viendo como transcurre el tiempo sin que éste lo afecte a Él, que es capaz de unificar el pasado, el presente y el futuro; así también es capaz de conocer la
voluntad del hombre y en base a ése conocimiento elaborar un plan providencial que incluya los actos de los malvados y de los santos.
Se me ha ocurrido un ejemplo. Primero, para no hacer larga ésta reflexión, vamos a definir libertad únicamente en una acepción restringida, pero figurando la libertad en su sentido más amplio. Entonces, escojamos para el ejemplo el concepto de libertad física: libertad física es la ausencia de trabas en los posibles movimientos de una persona.
Ahora imaginemos a un individuo aíslado en una caja, imaginemos también que poseemos la cualidad de conocer el futuro y podemos manipular el tiempo viendo la voluntad de éste individuo. Entonces pasará que por más que éste individuo trate de engañarnos, siempre sabremos que va a hacer: si él piensa, "voy a pensar que quiero mover la izquierda, y de improvisto muevo la derecha" para tratar de engañarnos, tantas veces como lo quiera hacer, las mismas daremos con cual es
su voluntad.
Entonces, éste conocimiento que en Dios llamamos presciencia, ¿cómo puede coartar la libertad?
Evidentemente ésta reflexión es simplista. La mayoría de los Doctores de la Iglesia atribuyen a Dios la capacidad de unificar los tres tiempos (presente, pasado y futuro) y ver los tres tiempos a la vez; como si tuviera el universo capturado en una esfera y es capaz de moverla y mirarla de lado a lado.
P.Y.T. dijo:
Cuando se refiere a imagen y semejanza de Dios, se refieren a que no pusieron por ejemplo, un animal como dios, sino a alguien de la misma especie.
:cuñao De hecho, no se supone que Dios sea "una especie", ni se supone que sea varón ni tampoco mujer. Hace muchos siglos, los filósofos presocráticos querían llegar al conocimiento de qué era el "arjé", es decir, la unidad de todas las cosas: para Democrito el arjé era el átomo, para Tales de mileto el agua, para Empedocles eran los cuatro elementos (tierra, aire, fuego, agua) que se mezclaban entre sí y formaban el universo. En cambio, para Parménides, quien completó la teoría de Zenón, la unidad fundamental de todas las cosas era el
Ser, el Ser es aquello que no necesita de absolutamente nada para "llegar a ser", es aquello que se basta por sí mismo para ser lo que es.
Aún hoy, miles de años después, la Lógica acepta que la expresión más simple que existe es el Ser:
el ser es lo que es, y el
no ser es lo que no es; esas definiciones son las únicas que pueden definir lo que es y lo que no es.
Pero resulta que mucho tiempo antes de que Parménides plantease ésta teoría, varios siglos antes, y a varios miles de kilómetros de distancia, los Judíos escribían el nombre propio de Dios: Yahve, que traducido del hebreo significa "Yo Soy"; por supuesto, los judíos nunca reflexionaron acerca de éste nombre, era algo aprendido, más no comprendido.
Y respecto a la semejanza del hombre con Dios, el dogma afirma que en el principio dijo Dios: "hágamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza"; Dios, según el cristianismo, es una Trinidad y en ese pasaje Dios hablaba entre sí: el Padre hablaba con el hijo y con el Espíritu Santo, y el hijo con el Padre y con el Espíritu y decían: "hágamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza". Es decir, que el vínculo que une entre sí a las tres divinas personas, es el mismo vínculo que une al hombre con Dios.