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El Papa recrimina al Gobierno Zapatero su postura ante el aborto y los homosexuales
Wojtyla leyó un duro comunicado ante el nuevo representante español en el Vaticano Juan Pablo II también cuestionó la política educativa del PSOE
El Papa dejó ayer constancia del nuevo capítulo que se abre en las relaciones entre la Santa Sede y el Gobierno español tras la victoria del PSOE con una dura crítica a algunos planteamientos de José Luis Rodríguez Zapatero. Tras ocho años de entendimiento con el Partido Popular, a excepción de la postura ante la guerra de Irak y el conflicto con los obispos vascos, el Vaticano se pone otra vez a la defensiva. Y aprovechó la presentación de credenciales del nuevo embajador español ante la Santa Sede, Jorge Dezcallar, para marcar distancias.
Juan Pablo II hizo público un mensaje largo e incisivo en el que, con densidad de argumentos, reiteró su condena al aborto, a las parejas ajenas al matrimonio católico y defendió la enseñanza de la religión. Es decir, un negativo del programa con el que el PSOE ganó las elecciones, que contemplaba la ampliación de la ley de interrupción del embarazo, legalizar los matrimonios homosexuales, detener la reforma educativa del PP y una legislación progresista sobre bioética y experimentos con embriones.
Wojtyla comenzó evocando las históricas raíces cristianas de España y la multitud que encontró en Madrid en su último viaje, en mayo de 2003. Recordó con toda intención la «invitación encarecida» que lanzó aquel día en su homilía: «No descuidéis nunca esa misión que hizo noble a vuestro país en el pasado». Como un año después la ve en peligro, comenzó la carga contra «la incoherencia de ciertas tendencias de nuestro tiempo que, mientras por un lado magnifican el bienestar de las personas, por otro cercenan de raíz su dignidad». Juan Pablo II condenó el aborto y recordó al nuevo embajador que los gobernantes «en cuanto garantes de los derechos de todos, tienen la obligación de defender la vida, en particular la de los más débiles e indefensos».
Hogar estable
Luego, el Papa añadió al derecho «a nacer», el que tienen los niños a vivir en un hogar estable, pero precisó que para ser tal debe contar con una familia «donde las palabras padre y madre puedan decirse con gozo y sin engaño». De este modo, en opinión de Juan Pablo II, los menores podrán «abrirse confiadamente a la vida», mientras que la sociedad no debe ceder «a ciertas voces que parecen confundir el matrimonio con otras formas de unión». El Papa cree que estas otras parejas «parecen considerar a los hijos como meros objetos para la propia satisfacción».
Por último, una vez abordado el tema de la familia, Wojtyla entró en el tercer asunto que preocupa a la Iglesia en España, la inserción de la enseñanza religiosa en los programas escolares. Es decir, el derecho de los padres a educar a sus hijos «de acuerdo con sus propias convicciones morales y religiosas». «No se debe infravalorar la enseñanza de la religión católica en las instituciones estatales», sentenció.
Dezcallar recordó que la Constitución de 1978 consagró la libertad religiosa y mostró la disposición del Gobierno español a colaborar «en todos los ámbitos, incluidas aquellas realidades de las que la sociedad está pidiendo al Estado una regulación jurídica puesta al día». (http://servicios.elcorreodigital.co.../noticias/Sociedad/200406/19/VIZ-SOC-057.html)
Europa, libre por el cristianismo. En este mismo sentido se pronunció ayer el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuando en unas declaraciones a la agencia polaca Kai afirmó que «no se entiende» que la Constitución de la Unión Europea no haga referencia a las raíces cristianas del continente, «ya que gracias a esas raíces existe este espacio de libertad que llamamos Europa». Ratzinger, que se manifestó desilusionado, aseguró ayer en el Vaticano que son las raíces cristianas de Europa las que han permitido la creación de un pluralismo «que no existe, por el contrario, en la visión inspirada en el Corán», y que por eso es importante garantizar estos principios «que han desarrollado este espacio de libertad llamado Europa». El cardenal Ratzinger agregó que los políticos tienen ahora que garantizar este espacio de libertad y de pluralismo, y se mostró satisfecho por el hecho de que Europa goce desde ahora de una Constitución propia.(http://www.larazon.es/noticias/noti_rel01.htm)
Wojtyla leyó un duro comunicado ante el nuevo representante español en el Vaticano Juan Pablo II también cuestionó la política educativa del PSOE
El Papa dejó ayer constancia del nuevo capítulo que se abre en las relaciones entre la Santa Sede y el Gobierno español tras la victoria del PSOE con una dura crítica a algunos planteamientos de José Luis Rodríguez Zapatero. Tras ocho años de entendimiento con el Partido Popular, a excepción de la postura ante la guerra de Irak y el conflicto con los obispos vascos, el Vaticano se pone otra vez a la defensiva. Y aprovechó la presentación de credenciales del nuevo embajador español ante la Santa Sede, Jorge Dezcallar, para marcar distancias.
Juan Pablo II hizo público un mensaje largo e incisivo en el que, con densidad de argumentos, reiteró su condena al aborto, a las parejas ajenas al matrimonio católico y defendió la enseñanza de la religión. Es decir, un negativo del programa con el que el PSOE ganó las elecciones, que contemplaba la ampliación de la ley de interrupción del embarazo, legalizar los matrimonios homosexuales, detener la reforma educativa del PP y una legislación progresista sobre bioética y experimentos con embriones.
Wojtyla comenzó evocando las históricas raíces cristianas de España y la multitud que encontró en Madrid en su último viaje, en mayo de 2003. Recordó con toda intención la «invitación encarecida» que lanzó aquel día en su homilía: «No descuidéis nunca esa misión que hizo noble a vuestro país en el pasado». Como un año después la ve en peligro, comenzó la carga contra «la incoherencia de ciertas tendencias de nuestro tiempo que, mientras por un lado magnifican el bienestar de las personas, por otro cercenan de raíz su dignidad». Juan Pablo II condenó el aborto y recordó al nuevo embajador que los gobernantes «en cuanto garantes de los derechos de todos, tienen la obligación de defender la vida, en particular la de los más débiles e indefensos».
Hogar estable
Luego, el Papa añadió al derecho «a nacer», el que tienen los niños a vivir en un hogar estable, pero precisó que para ser tal debe contar con una familia «donde las palabras padre y madre puedan decirse con gozo y sin engaño». De este modo, en opinión de Juan Pablo II, los menores podrán «abrirse confiadamente a la vida», mientras que la sociedad no debe ceder «a ciertas voces que parecen confundir el matrimonio con otras formas de unión». El Papa cree que estas otras parejas «parecen considerar a los hijos como meros objetos para la propia satisfacción».
Por último, una vez abordado el tema de la familia, Wojtyla entró en el tercer asunto que preocupa a la Iglesia en España, la inserción de la enseñanza religiosa en los programas escolares. Es decir, el derecho de los padres a educar a sus hijos «de acuerdo con sus propias convicciones morales y religiosas». «No se debe infravalorar la enseñanza de la religión católica en las instituciones estatales», sentenció.
Dezcallar recordó que la Constitución de 1978 consagró la libertad religiosa y mostró la disposición del Gobierno español a colaborar «en todos los ámbitos, incluidas aquellas realidades de las que la sociedad está pidiendo al Estado una regulación jurídica puesta al día». (http://servicios.elcorreodigital.co.../noticias/Sociedad/200406/19/VIZ-SOC-057.html)
Europa, libre por el cristianismo. En este mismo sentido se pronunció ayer el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuando en unas declaraciones a la agencia polaca Kai afirmó que «no se entiende» que la Constitución de la Unión Europea no haga referencia a las raíces cristianas del continente, «ya que gracias a esas raíces existe este espacio de libertad que llamamos Europa». Ratzinger, que se manifestó desilusionado, aseguró ayer en el Vaticano que son las raíces cristianas de Europa las que han permitido la creación de un pluralismo «que no existe, por el contrario, en la visión inspirada en el Corán», y que por eso es importante garantizar estos principios «que han desarrollado este espacio de libertad llamado Europa». El cardenal Ratzinger agregó que los políticos tienen ahora que garantizar este espacio de libertad y de pluralismo, y se mostró satisfecho por el hecho de que Europa goce desde ahora de una Constitución propia.(http://www.larazon.es/noticias/noti_rel01.htm)
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